Capital Jurídico

El papel de las empresas en la consecución de la paz

El concepto de paz relacionado con la empresa va más allá de la realización de actividades de negocios en zonas de conflicto y abarca el desarrollo económico que atiende aspectos medioambientales y otras causas raíz de conflictos internacionales.

Los tiempos convulsos que nos toca vivir incluyen conflictos bélicos en distintas latitudes. Aun cuando la humanidad experimenta progresos tecnológicos a pasos agigantados, las raíces y las razones que conducen a conflictos armados son profundas y difíciles de erradicar de la psique más primaria de nuestra especie.

Además de la realidad geopolítica y comercial, de los conflictos armados y la recomposición de conceptos tradicionales de democracia liberal, la época actual nos trae un replanteamiento de lo que se espera de las empresas en términos de sustentabilidad y la implementación de iniciativas eficaces en términos ESG (en temas ambientales, sociales y de gobernanza).

Los embates de la realidad Trump 2.0 a iniciativas en materia de ESG, incluyendo temas de diversidad e inclusión, parecen poner en entredicho el papel que venía vislumbrándose para la empresa en términos de un capitalismo responsable que pasa por el respeto al planeta y a la dignidad de las personas.

Recientemente fue introducido un concepto de ESG renovado en el seno del Foro de Negocios para la Paz Global Hiroshima 2025. La idea de ejecutivos y académicos asistentes es la de elevar el nivel de conciencia acerca del impacto que las actividades de negocios pueden tener en la concepción de la paz y la importancia que esta reviste en la creación de economías estables.

El concepto de paz relacionado con la empresa va más allá de la realización de actividades de negocios en zonas de conflicto y abarca el desarrollo económico que atiende aspectos medioambientales y otras causas raíz de conflictos internacionales. Ello incluye en forma destacada el rol de la empresa en las industrias de turismo, cultura, deporte y educación y el papel que juegan los medios de comunicación en fomentar el diálogo internacional entre los ciudadanos y las naciones.

El foro de Hiroshima arroja un nuevo ingrediente a la ecuación ESG: la P, referida a la paz y la manera como debe entenderse el papel a cargo de las empresas en la generación de condiciones que contribuyan a lograrla.

En la edición de julio de Kellogg Insight, revista de investigación a cargo de la Escuela de Administración de Kellogg, se incluye un artículo que destaca la participación de Cynthia Wang, profesora de Administración y Directora del Centro de Investigación de Solución de Controversias, en un panel que analizó la importancia del concepto ESG-P.

Una de las primeras conclusiones indica que los líderes de negocios deben dar un paso atrás y asegurarse de entender los riesgos de operar en regiones que enfrentan temas de inestabilidad social. Las empresas deben acercarse ex ante a los grupos de interés en la región y tomar acciones para visualizar objetivos comunes.

Tomoyuki Kimura, excolaborador del Banco de Desarrollo para Asia, puso un ejemplo ilustrativo relacionado con inversiones del banco en Afganistán a principios del siglo XXI. Algunos de los proyectos de infraestructura financiados estaban cercanos a completarse, pero fueron destruidos por miembros de las comunidades locales a quienes paradójicamente el banco pretendía beneficiar. Para proyectos futuros el banco desarrolló contratos tripartitos que involucran no solamente al gobierno local y a los contratistas, sino a los líderes de la comunidad.

El concepto ESGP tiene más resonancia en algunas regiones que en otras y ello depende de la importancia que revisten los factores E, S, G o P en la vida de las personas que integran los grupos de interés alrededor de la empresa.

En las islas Maldivas, por ejemplo, la población se encuentra preocupada por los niveles altos de la marea. Los pobladores se encuentran interesados en el factor medioambiental, íntimamente relacionado con sus vidas y su propia subsistencia.

En otros casos las prioridades son distintas y los líderes de negocios deben orientar los esfuerzos ESGP en sintonía con aquellas.

Cuando las empresas se encuentran desarrollando actividades de negocios en regiones propensas a situaciones de conflicto requieren de estructuras institucionales que proporcionen flexibilidad ante sucesos inesperados, pero también la estructura necesaria para permanecer en operación hasta el arranque de los proyectos.

Lo anterior pasa por el conocimiento y la construcción de confianza mutua con las comunidades y los grupos de interés locales y el trabajo colaborativo hombro con hombro, desplegándose así una más de las funciones sociales a cargo de la empresa.

Juan Carlos Machorro

Juan Carlos Machorro

Líder de la práctica transaccional de Santamarina y Steta

COLUMNAS ANTERIORES

¿Un nuevo Pemex?
Certeza jurídica: componente central de la estrategia económica

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.