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Corto y largo plazo en tiempos de caos

Un liderazgo de alto nivel debe ser capaz de mantener atención a la situación actual y sus implicaciones inmediatas sin perder de vista objetivos y horizontes de mediano y largo plazo.

En épocas convulsas resulta fundamental tratar de mantener la perspectiva en la toma de decisiones.

A nivel internacional la nueva política comercial de los Estados Unidos ha puesto de cabeza estructuras tradicionales alrededor del mundo.

En nuestro país, la política arancelaria de la administración Trump y el futuro del tratado comercial se acompañan de retos internos impuestos por decisiones adoptadas por la administración federal, poniendo en tela de juicio la capacidad de atraer inversiones de calidad y de largo plazo.

La decisión de optar por una perspectiva de corto plazo o de largo plazo depende de varios factores, incluidos los objetivos y la condición financiera de la empresa y las condiciones del mercado relevante.

A menudo las empresas optan por estrategias de corto plazo en aras de asegurar liquidez y reducir costos, incluyendo mediante la reducción de gastos, la optimización de operaciones y el enfoque inmediato en el flujo de caja.

Sin embargo, centrarse en el corto plazo exclusivamente puede resultar perjudicial. Las decisiones que no consideran el futuro pueden llevar a la pérdida de oportunidades de crecimiento o a un deterioro en la competitividad. Las inversiones en innovación, desarrollo de productos y relaciones con clientes son cruciales para asegurar la viabilidad a largo plazo.

La publicación The Insightful Leader - Kellogg Insight, de la Escuela de Administración de Kellogg, Universidad de Northwestern, dedica su edición más reciente a la incertidumbre económica actual y la tentación de los liderazgos corporativos de tomar decisiones con un enfoque de corto plazo.

Un liderazgo de alto nivel debe ser capaz de mantener atención a la situación actual y sus implicaciones inmediatas sin perder de vista objetivos y horizontes de mediano y largo plazo.

La publicación de Kellogg incluye reflexiones a cargo del profesor de Administración y Empresas Harry M. Kraemer acerca de la importancia de mantener un equilibrio en la toma de decisiones.

Kraemer analiza en un artículo reciente How To Avoid Derailment In This Very Uncertain World, Forbes, abril 2025, la tentación de adoptar decisiones con base en un enfoque cortoplacista.

En una época en la que los inversionistas de alto perfil alertan del potencial de una guerra nuclear económica, Kraemer formula el ambiente volátil actual de la siguiente manera: CAMBIO + INCERTIDUMBRE = CAOS.

La recomendación es poner atención a la situación actual y los cambios de realidad, asegurándose de escuchar y leer análisis y opiniones en los dos lados del espectro (corto y largo plazo), con énfasis en puntos de vista distintos a los personales.

La clave está en no perder el enfoque en el largo plazo con una estrategia multianual y un plan de acción con hitos, entregables y medición de resultados, manteniendo a la empresa en el rumbo adecuado. Al mismo tiempo, el liderazgo de la empresa debe evitar enfocarse en el futuro exclusivamente, manteniendo atención y cuidado en la navegación eficiente en aguas turbulentas y cambios abruptos.

Kraemer bromea frecuentemente con sus alumnos –estoy retirado, pero si en algún momento escuchan ustedes acerca de una empresa que únicamente quiera enfocarse en el largo plazo, cuenten conmigo como candidato; ese trabajo va a pagar mucho dinero, sin presión alguna para hacer nada en el corto plazo, y el futuro en realidad nunca llega.

Toda planeación de largo plazo requiere de la rendición de cuentas en el corto plazo. Piénsense de esta manera, refiere Kraemer, ¿qué es 2025? En el corto plazo es muy sencillo, nos referimos a este año. Pero en una perspectiva de largo plazo, es también el segundo año de un plan de cinco años trazado en 2024 y el quinto año de un plan trazado en 2021.

Se refiere finalmente que una administración adecuada del corto y el largo plazo permite mantener ambos en perspectiva y sincronía, y evitar un descarrilamiento derivado del caos que ocurre en el momento.

Para las empresas que operan en nuestro país, el corto y el largo plazo presentan retos y particularidades derivados de una situación distinta a la experimentada durante los últimos treinta años.

En el plano externo, el concepto de comercio libre se aleja cada vez más de las reglas concebidas a partir de 1994.

En lo interno, cambios de rumbo formulados desde el Poder Ejecutivo, avalados por el Legislativo, están presentes sin duda alguna en el mapa de riesgos cualitativos que las empresas consideran en la toma de decisiones, para el corto y el largo plazo.

Juan Carlos Machorro

Juan Carlos Machorro

Líder de la práctica transaccional de Santamarina y Steta

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