Geoeconomía

Lecciones de la reducción arancelaria de Trump

Una de las lecciones que dejan las medidas de Donald Trump refiere a los efectos negativos de aplicar aranceles a productos que el mercado doméstico no produce o lo hace en cantidades muy pequeñas.

Como lo anunció en la semana el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, el presidente Trump firmó el viernes por la tarde una orden ejecutiva que elimina los aranceles para diversos productos agrícolas que no se producen en territorio estadounidense, o que no se producen en cantidades suficientes, lo que ha empezado a reflejarse en aumentos importantes de sus precios. Esta medida ocurre a dos semanas del Día de Dar Gracias en Estados Unidos, lo que inicia la temporada de fiestas de fin de año en ese país y que genera una demanda adicional en los alimentos, lo que a su vez puede propiciar una mayor inflación durante los primeros dos meses del siguiente año.

Este decreto elimina de manera inmediata los aranceles al café, té, frutas tropicales, jugos de frutas, cocoa, especies, plátanos, naranjas, tomates, carne de res y los fertilizantes sujetos a este gravamen implementados en base a la Ley de Poderes Económicos Internacionales de Emergencia -conocida por sus siglas en inglés como la IEEPA- y aunque no se menciona a ningún país en particular, o se haga alguna aclaración, de acuerdo a su redacción la medida deberá también beneficiar a los productos mexicanos listados en el anexo II que no cumplan con la regla de origen del TMEC, con excepción de los tomates. La orden ejecutiva con los anexos que indican las fracciones arancelarias afectadas por el decreto y otros detalles técnicos deberá publicarse en el Federal Register esta semana.

La primera lección que deja esta medida se refiere a los efectos negativos de aplicar aranceles a productos que el mercado doméstico no produce o lo hace en cantidades muy pequeñas. La aplicación de aranceles no hace que la industrial nacional empiece a producir inmediatamente los productos gravados, ya sea por condiciones climáticas, porque los insumos necesarios no se encuentran en el país, por no contar con la tecnología necesaria o incluso por carecer de los derechos para producir algún producto patentado cuando se trata de bienes semi-terminados, entre otras causas. Los aranceles a productos finales generan un impuesto a los mismos, mientras que los aranceles a productos intermedios generan aumentos en los costos de producción en todas las industrias en que se usan, generando aumentos de precios en una mayor cantidad de bienes.

Todos estos son argumentos para no aumentar los aranceles a las importaciones de países con los que no tenemos tratados comerciales descritos en las 1,463 fracciones de la propuesta de ley de ingresos incluída en el paquete fiscal para el próximo año. Y aunque la diputada Patricia Armendáriz (Morena), integrante de la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad, responsable de dictaminar la propuesta, declaró que la revisión del TMEC llevó a aplazar la discusión de los aranceles a Asia, su presidente, Miguel Angel Salim (PAN), dijo posteriormente que el dictamen se votará y aprobará en este periodo legislativo, que termina el 15 de diciembre, a pesar de las advertencias de China y con lo que persiste la incertidumbre sobre el tema.

La segunda lección es que la situación abre una ventana de oportunidad para retomar la renegociación de un nuevo acuerdo tomatero, el que fuera suspendido de manera unilateral no por razones económicas, sino por motivos políticos y con el apoyo del ahora Secretario de Estado, Marco Rubio. Aunque la importación de tomates mexicanos está sujeta a una cuota compensatoria que es independiente de la IEEPA, el aumento en los precios de las diferentes variedades de este producto es uno de los mejores argumentos en favor del gobierno mexicano y de los productores, a quienes apoyan diversas autoridades federales y estatales y organizaciones de consumidores en Estados Unidos. Aunque la cuota promedio es del 17%, algunas empresas enfrentan un gravamen superior al 200%.

La tercera es la importancia de que la renegociación del TMEC se haga con la participación del congreso de Estados Unidos para evitar, como en el caso de los aranceles de la IEEPA, que Trump pueda modificar a su antojo, y sin previo aviso, las condiciones pactadas, como también lo ha hecho con Brasil e India, o que pretenda el cumplimiento de condiciones que no fueron acordadas con claridad, como en el caso de Japón, Reino Unido y Corea del Sur. Esta es una de las principales razones por las que Trump no quiere solicitar la renovación del Trade Promotion Authority para la negociación con México y Canadá y que para Carney es una prioridad obtener. También debe serlo para Sheinbaum.

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