Muchos de los 21 países asistentes a la 33ª Cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) se sorprendieron de que México solicitara la sede del evento en 2028, luego de que el presidente mexicano haya asistido sólo una vez en los últimos ocho años. De acuerdo con la declaración de los líderes, México presidirá la 36ª cumbre del organismo, después de que China y Vietnam lo hagan en los próximos dos años. La presidenta Sheinbaum estaría entonces iniciando su quinto año de gobierno, Trump estaría por concluir el suyo y se esperaría que el nuevo TMEC estuviera a punto de entrar en vigor –o lo habría hecho algunos meses antes– según el proceso que se acuerde para su renegociación.
A lo largo de la última década, la relevancia de APEC para los países asiáticos ha crecido, donde se ha tratado de alcanzar un delicado equilibrio entre la creciente influencia económica de China, que es el principal proveedor de 15 de los países miembros, y el papel de Estados Unidos como el país clave para la seguridad de la región. Sin embargo, sigue creciendo la percepción de que Estados Unidos ha perdido interés en el área, en particular luego de que Trump evitara la ratificación del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP), negociado por Obama, y que el Marco Económico Indo-Pacífico para la Prosperidad, que Biden propuso como un mal sustituto del TPP, careciera de un capítulo de acceso al mercado estadounidense.
China continúa desplegando todas las herramientas a su alcance para aumentar y fortalecer su influencia en esa área. En su intervención durante la cumbre, Xi Jinping presentó un plan para establecer las directrices del desarrollo económico en APEC, que ha sido incluido en el próximo plan quinquenal chino: 1) preservar el sistema comercial multilateral, 2) generar un ambiente económico abierto en la región, 3) trabajar para lograr la estabilidad de las cadenas de suministros, 4) avanzar en la transformación verde y digital del comercio, y 5) generar un desarrollo que sea inclusivo y que beneficie a todos.
Sheinbaum sabe que China tomó con toda seriedad la propuesta de aumentar los aranceles a sus productos, los que representan el 20% de nuestras importaciones totales y siendo México el principal comprador de autos chinos en el mundo. Pero Beijing no tomará ninguna medida hasta que México lo haga primero. China es nuestro segundo proveedor, después de Estados Unidos, y nos surte de una gran variedad de productos semi-terminados. Las restricciones a las exportaciones de productos que contengan tierras raras afectarán a diferentes sectores, como el de equipo médico, telecomunicaciones y diversos productos electrónicos.
Mientras que Obama decidió que Estados Unidos ingresara a la negociación del TPP porque la región de Asia-Pacífico es considerada como la de mayor crecimiento potencial durante los próximos 25 años, nuestra relación con el área es muy pobre. Nuestras relaciones comerciales con los países de APEC se rigen básicamente por el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) que sustituyó al TPP y al que pertenecen 10 de los países del organismo. Y tenemos acuerdos para la protección y promoción de la inversión (APPRIs) sólo con China, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur, por lo que atraer inversión de esos lugares es un reto.
Para legitimar al Plan México, es indispensable la participación de la presidenta en foros internacionales. Hoy en día, siete de nuestros diez principales proveedores pertenecen a APEC: China (2º), Taiwán (3º), Vietnam (4º), Corea del Sur (5º), Japón (7º), Malasia (8º) y Tailandia (9º) que en su conjunto representan el 44% de nuestras importaciones, la mayoría bienes semi acabados, mientras que el CPTPP rige nuestras relaciones sólo con Japón, Malasia y Vietnam.
FYI–hoy a las once de la noche, hora del DF, vence el plazo en Washington y Ottawa para recibir comentarios por escrito relacionados con la renegociación del TMEC. Hasta ayer al mediodía, USTR había registrado 840 documentos de empresas y organismos de las tres partes, que pueden ser consultados, y 43 solicitudes para participar en la audiencia pública de este lunes 17, la que es independiente de las audiencias que organice el congreso el próximo año. Por su parte, este es el segundo periodo de consultas auspiciado por Global Affairs Canada, luego del que se celebró el año pasado entre agosto y octubre y del que existe un reporte público. En ambos casos, los gobiernos federales tienen la obligación de considerar todo el material recibido.