Geoeconomía

Subió el costo político de la revisión

El anuncio de Donald Trump el jueves, dando por terminadas “todas las negociaciones comerciales” con Canadá, se debe entender como un mensaje a Ottawa y Palacio Nacional para aumentar el costo político de la renegociación del T-MEC.

Aunque hay muchas interpretaciones del anuncio de Trump el jueves, dando por terminadas “todas las negociaciones comerciales” con Canadá, se debe entender como un mensaje a Ottawa y Palacio Nacional para aumentar el costo político de la renegociación del T-MEC, cuyo proceso oficial está agendado para iniciar a más tardar en febrero. Y por su parte, las recientes declaraciones de la Presidenta que no asistirá a la Cumbre de las Américas porque Nicaragua, Venezuela y Cuba no fueron invitados, así como los reportes que México envió más de 3,000 millones de dólares en combustibles subsidiados a Cuba entre mayo y agosto, elevaron aún más este costo.

Trump ha dejado en claro que el comercio es un componente esencial de su estrategia de seguridad nacional y, siendo México y Canadá sus principales socios comerciales durante los primeros siete meses del año –el cierre del gobierno ha evitado la publicación de estadísticas desde el pasado primero de octubre– sabe que es imposible romper con ellos relaciones comerciales de la noche a la mañana. México representa el 15% de sus importaciones y el 15.75% de sus exportaciones, Canadá el 11.2% de sus importaciones y el 15.84% de sus exportaciones y China, su tercer socio comercial, el 9.4% de sus importaciones y el 5.2% de sus exportaciones. Sólo a estos países les aplicó aranceles por fentanilo, buscando tener una posición más ventajosa.

El mensaje del jueves se refiere a las negociaciones que se estaban desarrollando con Canadá, donde Carney ha buscado eliminar los aranceles aplicados a su país antes de iniciar la renegociación del T-MEC y reducir la ventaja de Washington. Son parte de una negociación más ambiciosa que inició en mayo, donde Ottawa buscaba un acuerdo general de seguridad para evitar que este tema se incluyera en el texto del tratado comercial y prevenir la aplicación caprichosa de aranceles por parte de Trump. Sin embargo, la Casa Blanca empantanó este proceso en junio y se destrabó con la reciente visita de Carney a la Casa Blanca.

Como escribí la semana pasada, varias fuentes en Washington y Ottawa me comentaron que había un avance muy importante en acero, aluminio y energía y que se esperaba la firma de un acuerdo este fin de semana sobre estos tres insumos en el marco de la cumbre de la APEC, en Corea del Sur. Canadá es uno de los tres principales proveedores de acero y aluminio en Estados Unidos y su petróleo es de alta calidad, por lo que paga sólo un arancel del 10%, no del 35%.

Hay que destacar que Trump es un empresario, no es un político, y no es la primera vez que amenaza con dinamitar la relación con otros países. Está el caso de Brasil, por el juicio político al expresidente Bolsonaro, y ayer Trump se reunió con Lula en Kuala Lumpur, donde ambos mandatorios asisten a la cumbre de los países del este de Asia. O el caso de India, donde luego de haber negociado un acuerdo arancelario bilateral, Trump decidió incrementar los aranceles a la India por las compras de petróleo de este país a Rusia, a quien no ha aplicado ninguna sanción.

China ha sido el único país que Trump no ha podido doblegar por ser el principal productor y refinador de tierras raras en el mundo y porque lo tienen muy bien estudiado. A pesar de haber aplicado controles de exportación a 12 de las 17 tierras raras, Trump se retractó de su amenaza de imponer un arancel del 100% a todas las importaciones chinas, porque estos minerales son indispensables para la cadena de suministros de la industria militar y de muchos productos de la más alta tecnología. Sin ellos, Estados Unidos se paraliza y Canadá tiene seis de estos minerales. México tiene la 10ª reserva más grande de litio, que no es una tierra rara, pero se considera mineral estratégico, siendo clave para la producción de baterías de todo tipo.

Ausentarse de foros internacionales como el de APEC el fin de semana, donde México tiene un lugar, aumenta su aislamiento y vulnerabilidad. Además, el apoyo incondicional a países donde se violan abiertamente los derechos humanos está generando dudas sobre la firma de la actualización del tratado comercial con la Unión Europea y promueve oposición en Washington. Ojalá que el secretario Ebrard tomara como un consejo, y no como una crítica, que es indispensable volver a generar una plataforma de apoyo en Washington, porque hoy a los únicos que escucha Trump son aquellos que han contribuido a su campaña, o que son republicanos, y han experimentado los beneficios del tratado. Su desdén por otros políticos es conocido.

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