Más allá de incrementar los aranceles del 25% al 30% a los productos que México exporta a Estados Unidos, argumentando que el gobierno mexicano no ha hecho “lo suficiente” para detener el tráfico de fentanilo, la carta enviada este viernes por Donald Trump a la presidenta Sheinbaum viene a complicar la negociación del acuerdo marco en seguridad, migración y comercio que ambos países han estado negociando desde hace tres semanas, desechando todos los esfuerzos que el país ha realizado en los últimos cuatro meses y pone nuevamente a la 4T contra la pared para que haga nuevas concesiones.
Además, lo que resulta más preocupante es que Trump seguirá usando la llamada emergencia creada por el tráfico de fentanilo para sabotear la renegociación del TMEC y argumentar la necesidad de generar un nuevo instrumento que incluya comercio, seguridad y el control fronterizo en un solo documento, lo que se presta a generar mayores disputas entre ambas naciones. Este escenario tiene el potencial de propiciar mayor incertidumbre que afecte las decisiones de producción e inversión y de fracturar el tratado en acuerdos bilaterales que atiendan la problemática de México y Canadá por separado.
Trump también utilizó el tráfico de fentanilo para justificar el arancel del 35% a Canadá, a pesar de que los datos del Customs and Border Protection -la agencia responsable del control fronterizo- indican que entre febrero y mayo de este año se han decomisado 1,294 kg de fentanilo, a comparación de los 2,858 kg del mismo periodo el año pasado, lo que representa una reducción del 54.7%. Además, un estudio publicado a principios de este mes por el Manhattan Institute for Policy Research, documenta que entre el 2013 y el 2024 los mayores decomisos tanto de polvo como de pastillas se hicieron en la frontera con los estados de Baja California y Sonora. De acuerdo con un informe del gobierno canadiense, entre 2023 y 2024 se incautaron 27 kg de fentanilo en su frontera con Estados Unidos, mientras que en la frontera de México con la Unión Americana se decomisaron más de 28 toneladas.
La insistencia de Trump en que México no ha hecho lo suficiente para detener el tráfico de fentanilo hará que el gobierno de Sheinbaum tenga que negociar nuevas concesiones para concluir el acuerdo marco de seguridad, migración y comercio, lo que puede restarle fichas que pudiera usar durante la renegociación del TMEC. Este acuerdo marco representa un reto muy complejo que está requiriendo la participación de las secretarías de Economía, Hacienda y Crédito Público, Energía, Relaciones Exteriores y otros organismos federales de seguridad y la experiencia de los canadienses indica que luego de dos meses de conversaciones al más alto nivel aún no logran concluirlo.
Por otra parte, se siguen generando elementos que hacen dudar la continuidad del TMEC, al menos como un acuerdo trilateral. Hasta la fecha, la comisión del tratado -compuesta por los tres secretarios responsables y que es el máximo órgano del tratado- no ha realizado su reunión anual y no hay fecha para que lo haga. Pero mientras que Trump tiene muy ocupados a México y Canadá con negociaciones para evitar la aplicación de nuevos aranceles, la cumbre trilateral con Carney y Sheinbaum que se iba a realizar en Kananaskis para acordar el proceso de la renegociación del tratado y los posibles tiempos, sigue sin fecha.
Al mismo tiempo, han empezado a surgir voces hacia adentro del gobierno mexicano que proponen que México debiera ingresar al grupo de los BRICS, compuesto por Arabia Saudita, Brasil, China, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, India, Indonesia, Irán, Rusia y Sudáfrica y alejarse de Estados Unidos. A excepción de China, que es nuestro segundo socio comercial y representa el 11% de nuestro comercio total, nuestras relaciones comerciales con el resto de estos países son nulas, pues incluso se intentó negociar un TLC con Brasil en tres ocasiones y el sector privado carioca se opuso.
El concepto de América del Norte como región productiva parece ser historia. Sin importar si se renueva el TMEC, el proteccionismo definirá la relación con Estados Unidos, con aranceles y cuotas de exportación para sectores estratégicos y Canadá sigue distante. Por ello, resulta indispensable generar un entorno al menos que de certeza a la inversión y a la producción para echar a andar nuevamente la economía y para ello primero hay que resolver las diferencias con Estados Unidos de manera proactiva. No hacer nada dejó de ser la solución.