Parteaguas

La última columna

Ésta es la última para El Financiero, pero no es mi última columna.

En abril de 2013, Enrique Quintana, el maestro con el que me vinculé profesionalmente desde 2001 en Grupo Reforma, me invitó a trabajar en el nuevo proyecto de un joven empresario Manuel Arroyo para revivir el medio de negocios más importante del País: El Financiero.

Esa historia de 12 años concluye hoy.

Mi columna Parteaguas nació en 2014. Atiende a las madres, a los padres ocupados en guiar a sus hijos y a quienes veo viajando para firmar un trato, a aquellos que abren y cierran el negocio, a los que llenan cafés, talleres y laboratorios con ideas, y abrazan una tarea apasionante que merece sus horas de trabajo.

Huyo de la agenda. Me concentro más en la aventura que en el ruido, quiero mostrar puertas y caminos que la gente abre con creatividad. Busco y encuentro parteaguas. Porque vale la pena.

Por eso aviso de tendencias que veo en el horizonte:

Petróleo. Los humanos necesitarán petróleo muchos años más, pero no del modo ni en el volumen que lo consumieron antes.

Salvo por Norteamérica, la matriz energética cambia en el mundo. Es un giro empujado inicialmente por el capital político que ofreció una ‘agenda verde’ y ahora por la disminución de costos y dependencias geopolíticas.

Asia y Europa acuden cada vez más a todos los modelos de transporte y generación eléctrica ajenos a la quema de derivados de petróleo. Salvo por su complemento, el gas natural.

Hasta ahora, la caída paulatina más prolongada del siglo en el precio del crudo es congruente con ese cambio estructural en el mercado global. Bien por los electricistas, cuidado con Pemex.

IA. Internet es muy relevante, pero mucho de lo que hacemos en un Iphone, podíamos hacerlo en los ochenta.

Claro, no con la misma velocidad, ni la misma eficiencia, pero mi abuelo también podía tomar y editar fotos, tener una llamada con alguien de otro país y enviarle una imagen vía fax.

Lo que él no alcanzó a ver es una inteligencia paralela a la nuestra que multiplica las actividades productivas de nuestro cerebro; empleados artificiales brillantes que solo necesitan instrucciones claras y seguimiento puntual para producir aquello que hasta antes de noviembre de 2022 solo hacían las personas. Luego ChatGPT llegó a nuestras pantallas.

La inteligencia artificial nos trajo superpoderes. En sentido literal, no de ciencia ficción.

Se alargará la vida de la gente, viajaremos más lejos, comprenderemos lo que hoy ignoramos. Haremos más negocios.

‘Boomers’ vs. ‘Gen Z’. Las recientes protestas políticas frente al Palacio Nacional en México carecen todavía de la fuerza que brinda la razón a una lucha. Sus incongruencias mostraron artificios. Quizás sí fueron impulsadas por intereses políticos radicales.

Pero eso puede confundir. La Generación Z sí está abandonada por los dueños de las cuentas, las casas y los cargos. En México y en el mundo.

Los nacidos antes de 1970 tomaron lo que correspondió con sus luchas políticas, pero no quieren soltar.

Casi una cuarta parte del presupuesto del gobierno de México es destinado a pensiones; el resto a la operación del Estado. ¿Qué queda para quienes nacieron después de 2000? Vienen choques.

Naciones del mar. Los líderes verán más allá de la frontera de su país. Una ‘nación’ que blinde el negocio incluirá, por ejemplo, a Houston, Monterrey, Santo Domingo, San José, Panamá, El Salvador y Cartagena. Llamémoslo ‘País del Golfo y el Caribe’.

La vida de los liderazgos políticos se acorta. Surgen y surgirán alcaldes y presidentes cuyos mandatos broten de "las vibes de un post en insta“.

Las reglas cambian mucho al ritmo de los ánimos sociales. La diversificación geográfica es obligada, pero más que nunca, posible… y rinde frutos.

Ésta es la última para El Financiero, pero no es mi última columna.

Les informaré después de un breve descanso. Mientras, búsquenme en mi podcast Parteaguas Diario, o en mis redes @parteaguasclub.

Gracias, Enrique y Manuel por brindarme perspectiva y trascendencia. Gracias, Vic, Xime, Eli, Pablo, Richard, Jard, Shani, Lucero, Aranchú, Alex M.

Muchas gracias a un grupo de geniecillos que creyó en lo imposible: Ale C, Gonzo, Ugarte, Karla, Maldonado, Baude, Leyva, Abraham, Óscar, Isaid, Arbusti, Luckie, Elvia, Carla, VH Michel. A mis ‘mates’, Spinetto y Carlos.

Gracias a la imbatible reina de mi mundo, ‘La Chango’; a Apachofas, a Titi y a Muno por tolerar mis ausencias. A mis amadas Any y Pao, que se la juegan por uno; a Javiercito que no se raja. Gracias, Martha y Jorge, por su familia.

Gracias siempre a ‘MAVA’, en Milenio, por abrirme la puerta del periodismo.

Gracias a ustedes que me leen diariamente, nos veremos muy pronto.

COLUMNAS ANTERIORES

¿Va a reponerse Walmart?
La ‘compu’ que le falta a Pemex

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.