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Le fallan las palabras o la intención, pero el gobernador de Nuevo León hace muy bien algo que la mayoría de los políticos mexicanos, no: poner en la discusión de la gente el nombre de empresas que en el mundo ya sustituyeron a las petroleras en influencia y valor.
Está en marcha una reindustrialización, si ustedes se suben o no, es asunto personal. Los que quieran sumarse aparten el 4 de diciembre para revisar lo que pasará en Cuernavaca. Vamos por partes.
El miércoles, Samuel García informó equivocadamente que llegaría a su estado una inversión de “un billón de dólares”.
En sus redes sociales atribuyó esa apuesta a Nvidia, la empresa famosa entre otras razones por ser la primera en alcanzar un valor de 5 billones de dólares.
Dos errores sumó el mandatario norteño y uno fue aritmético. Un billón en español es un millón de millones.
Es el menor de los asuntos. Viví en Monterrey y comprendo la vinculación de los regios con el lenguaje texano en donde one billion son en realidad mil millones, la cifra que estaba en su mente.
Pero la pifia le valió en redes sociales el recuerdo de la inversión de Tesla prometida por Elon Musk para construir una gigafactory, una promesa que sí existió, pero incumplió el magnate.
Fue un cambio de estrategia para concentrar a su compañía en la generación de nueva tecnología, más que en la fabricación solamente de coches.
Él quiere vender robots, en especial “robotaxis” y el humanoide Optimus.
Las empresas que metieron en problemas al mandatario estatal, Nvidia y Tesla, están en la punta de lo más importante en la economía global.
Si bien el acercamiento de Samuel García no ha sido el más certero, también es verdad que él ha sido el gobernador que muestra públicamente interés y aproximaciones con estos gigantes. Ahora hasta en las banquetas la gente habla de estas compañías.
Lo que revela desde hace tiempo el ascenso de éstas y otras tecnológicas ya recibe nombre en los pasillos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y le llaman, precisamente, “reindustrialización”.
Si los bisabuelos se sorprendieron con máquinas que les permitieron moverse más rápido, a ustedes les toca asombrarse con la velocidad a la que trabaja su mente.
Sobre la Main Street de Cambridge, cerca de los cafés Flower y Tatte que se llenan a diario de genios en gestación, el MIT instaló The Engine hace menos de un lustro.
Es un edificio iluminado y con ventanales con vista a la calle. En su interior hay gente que trabaja en la cura del cáncer y en la fabricación de estrellas en la Tierra, fusión nuclear para generar energía eficientemente en sustitución de la fisión que prevalece como tecnología.
Trabajan con inteligencia artificial (IA) que en ese lugar es una herramienta, no el propósito de las inversiones.
Hace 20 años, en este lugar hablar de autos eléctricos o de algo parecido a ChatGPT, sonaba tan raro como platicar hoy de estrellas terrestres, pero ya estaba en camino.
¿Qué están haciendo los mexicanos en ánimo de aprovechar el cambio?
En Nuevo León, Yucatán y Veracruz entrenaron gente en esa institución para acelerar el emprendimiento.
En otras oficinas, los miembros del CCE, la organización que agrupa a líderes de las mayores empresas del país, vaticinan que la IA sumará a México 9 mil millones de dólares de inversión extranjera directa, alrededor de 25 por ciento más que las sumas habituales.
La mayor parte del dinero destinado a estos proyectos va a empresas extranjeras fabricantes de chips, como Nvidia. Tampoco generan muchos empleos nacionales de manera directa.
Seguramente lo que pretende el CCE es usar esa infraestructura como herramienta para generar otros negocios y eso sí podría derivar en prosperidad.
¿Como cuáles? Como los que se mostrarán el 4 de diciembre en Cuernavaca, durante el STS Forum un foro de Ciencia y Tecnología que bien podría ser llamado foro de reindustrialización para sacudir ese olor a laboratorio que asusta a las masas.
El equipo de Marcelo Ebrard, en la Secretaría de Economía, promete que habrá una combinación de proyectos disruptivos y capital, mezcla atípica en este tipo de eventos.
Es lo que en verdad puede mostrar a los mexicanos una ruta a la prosperidad. El lunes seguiré con el tema.