Aquí pueden escuchar a Jonathan Ruiz con esta columna Parteaguas. También disponible en Spotify.
Este texto no se refiere al exorbitante y probablemente incomprensible precio del nuevo Iphone 17 que me niego a comprar. Empieza en 24 mil 499 pesos, en su versión más accesible.
Pese a ser usuario del IOS y de la mayoría de los modelos históricos de este teléfono, siento que pagar una cifra similar por ese producto me expone a ser víctima de una burla. Ni Siri funciona todavía como yo espero.
Desahogado de lo anterior puedo entrar al asunto: el economista Robert Gordon ha explicado la lentitud de los avances tecnológicos desde 1970 a la fecha con una lógica expuesta en su libro El Crecimiento y la Caída del Crecimiento Económico. Su conclusión puede ser resumida en una pregunta: ¿Qué prefieren tener, excusado y drenaje en la casa o un Iphone y sus aplicaciones?
Los más jóvenes pueden responder distinto, pero yo prefiero el drenaje. No puedo imaginar cómo resolvían la disposición de inmundicia doméstica en otra era.
La era de los smartphones no se caracterizó por hacernos más productivos, de acuerdo con otro experto, Joseph H Davis, economista en jefe de Vanguard Global, uno de los principales administradores de fondos del mundo.
Tal vez por eso sentimos que en realidad, en lo esencial, poco cambió desde hace 50 años. Pero eso no significa que no estemos a punto de observar una revolución comparable con la llegada de los coches, de la electricidad o el drenaje casero.
En su libro, Coming into view. How AI and Other Megatrends Will Shape Your Investments, publicado este año, Davis reconoce que ha tenido que retar sus propias asunciones.
El marco basado en datos de este libro desafía creencias comunes, algunas de las cuales aquí reproduzco:
Percepción: Altos niveles de deuda gubernamental sofocan el crecimiento del PIB futuro.
Realidad: Aunque la deuda debe pagarse, no existe un vínculo causal fuerte entre niveles de deuda más altos hoy y menor crecimiento económico en el futuro. Nuestro marco captura mejor cómo el gasto con déficit fiscal en EE. UU. afecta el crecimiento y la inflación futuros.
Percepción: Las invenciones actuales son más marginales que las del pasado y es poco probable que cambien. Las grandes ideas son más difíciles de encontrar.
Realidad: La primera parte de esa afirmación es cierta, pero el pasado no dicta el futuro. La inteligencia artificial posee las tres características necesarias de una tecnología de propósito general emergente, lo que eleva la posibilidad de un crecimiento futuro mayor al esperado.
Percepción: La inteligencia artificial provocará un desempleo masivo al desplazar muchos trabajos.
Realidad: Altamente improbable. Esta creencia confunde la automatización de tareas con la automatización de empleos. La mayoría de los trabajos se componen de docenas de tareas críticas, algunas de las cuales serán aumentadas por la IA o permanecerán sin cambios (por ejemplo, tareas físicas). Sin embargo, la IA sí tiene la posibilidad de provocar el mayor cambio en una generación en la mayoría de las ocupaciones, en términos de la transformación de las tareas del trabajo humano.
Percepción: En una era de cambio tecnológico, las acciones de “crecimiento” concentradas en tecnología superan al mercado bursátil en general.
Realidad: No necesariamente. De hecho, la difusión de tecnologías de propósito general se ha asociado con que las acciones de “valor” superen a las de crecimiento durante largos períodos (típicamente después de que disminuye la euforia inicial del mercado sobre la tecnología), ya que las empresas en una gama más amplia de industrias adoptan la tecnología, aumentando su rentabilidad. Las nuevas empresas tecnológicas, a través de la destrucción creativa, también pueden erosionar los rendimientos de las compañías tecnológicas.
El que el innovador Iphone haya cambiado nuestra manera de comunicarnos, sin duda significó una revolución, lo que no implica un cambio dramático en nuestra capacidad de producir más cosas de manera eficiente. La IA sí puede hacerlo. Regresaré a este libro de Davis en futuras columnas.