Aquí puedes escuchar a Jonathan Ruiz Torre con esta columna Parteaguas (IOS). (También disponible en Spotify)
¿Por qué ahora? Porque esto va más allá de la gloria en la pista para Checo y para GM, la compañía dueña de Cadillac que podría influir en el tipo de coche que compramos todos. Veamos.
Este fin de semana varios medios deportivos lo dieron como un hecho: Sergio Pérez se integrará al primer equipo que Cadillac tendrá en la Fórmula 1, y el tapatío se complementará con el finlandés Valteri Bottas, para lidiar con las dos naves de la escudería en 2026.
Acá no encontrarán mucha información deportiva. Me interesa revisar el fondo del negocio para ambos.
Primero voy a especular. Asumo que al menos existe un millón de aficionados a Sergio Pérez dispuestos a pagar individualmente unos 100 dólares por un ‘jersey’ representativo de su nueva organización. Quien venda esas casacas muy probablemente tendrá el bonito problema de administrar unos 100 millones de dólares que llegarían de golpe por esta vía y que servirán bien para pagar la nómina del conductor mexicano más famoso del mundo.
Quienes presumiblemente tendrán el derecho a venderlas serán los accionistas de GM. Platiqué el otro día con uno de los concesionarios de Cadillac y me mostró entusiasmo por ese posible nuevo negocio en su tienda de coches:
El de un nuevo mostrador para este tipo de prendas que –a decir de lo que pasó con las camisetas del anterior equipo de Pérez– saldrán volando como bolillos en Nochebuena.
Pero obviamente, GM tiene miras más altas.
El mes pasado, la directora general de la compañía (CEO), Mary Barra, dijo que hace cinco años el mercado de vehículos eléctricos tenía prácticamente un solo competidor, Tesla. Agregó que hoy existen 30 y Chevrolet, que también pertenece a GM, es ya la segunda marca de vehículos eléctricos en Estados Unidos, gracias a las ventas del Blazer EV y el Equinox EV.
El ascenso viene justo a la hora de un cambio estructural en la Fórmula 1.
A partir de nuevas reglas que aplicarán en 2026 –cuando Cadillac se convierta en el equipo número 11 de la competencia– todos los vehículos de esta categoría deben triplicar la fuerza del motor eléctrico que hoy complementa su motor de combustión.
Los coches contarán con unos mil caballos de fuerza que significan más que los que tiene un tráiler convencional de carga o incluso, cualquiera de los Ferrari que circulan en las calles.
Es una locura que provocará que los autos híbridos Fórmula 1 sean todavía más rápidos que en 2025 gracias a su poder eléctrico, y Cadillac, de GM, podrá mostrarse como la única marca estadounidense de coches que compite con Ferrari, McLaren, Mercedes, Aston Martin, incluso Audi, que estarán en la nueva parrilla.
Tal fuerza de mercadotecnia llegará en un gran momento:
“Cadillac se ha convertido en el líder de vehículos eléctricos de lujo (en Estados Unidos)”, dijo Mary Barra en julio. El ascenso fue apoyado en el lanzamiento del Escalade IQ, el Lyriq y el Optiq.
La empresa elevó su valor de mercado un 20 por ciento durante los últimos 12 meses y superó los 47 mil millones de dólares. Las acciones de Ford, que ha tenido problemas para detonar ventas de coches híbridos y eléctricos solo tuvo un ascenso del 6 por ciento en ese periodo y su valor de mercado se ubica en 43 mil millones de dólares, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg.
El posible éxito de Cadillac en la Fórmula 1 puede provocar que la gente que aún evita los coches eléctricos por desconfianza, dé un salto definitivo a esa tecnología con marcas tan conocidas como las de GM. Eso puede cambiar el mercado por completo.
Pero luego está lo de Checo, un hombre de negocios que ha dicho públicamente que su interés está en dedicarse al desarrollo inmobiliario al final de su carrera deportiva.
La semana pasada exhibió en sus redes sociales una imagen de la que parece ser su oficina en donde destaca la vista y una terminal Bloomberg sobre el escritorio.
No hay individuo dispuesto a pagar una suscripción mensual de unos 2 mil dólares por tener ese aparato en la mesa, que no esté involucrado directamente en alguna manera con actividades para aumentar su capital y que en el caso de Pérez, luego puede servirle para construir edificios.
Una forma de acelerar el proceso es cerrar un contrato millonario con una escudería, lo cual parece haber ocurrido la semana pasada.