Parteaguas

Colecciona cerebros y le gusta México

Geoff DeLizzio los conserva a -80 grados centígrados y también le extrae células madre para estudios vivos, permitiendo experimentos avanzados en paralelo al análisis de tejidos.

Aquí puedes escuchar a Jonathan leyendo su columna Parteaguas

Los tiene congelados: son más de 5 mil cerebros humanos los que guarda Geoff DeLizzio. Es la colección activa más grande del mundo y está en Baltimore, pero Geoff está entusiasmado con México.

Toda la retórica lanzada por políticos en contra de inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, que eleva la atención sobre la región, está motivando quizás por esa misma razón a los más talentosos a fijarse en lo que esta zona del mundo ofrece para sus propósitos.

Ignoro si es una suerte de rebeldía contra la política actual de la Casa Blanca, quizás no, pero parece.

Geoff pertenece a un equipo de unas 140 personas que están en la punta de la investigación acerca de la ciencia que viene detrás de la inteligencia artificial generativa: es la IA física, la que tiene que ver con nuestra piel, con nuestro cuerpo.

Marca una nueva frontera en biotecnología y ciencias de la vida, combina inteligencia artificial, robótica avanzada y automatización para acelerar descubrimientos, optimizar procesos y transformar cadenas de valor industriales.

Geoff DeLizzio es un internacionalista con un MBA por la Carey Business School, es también el “Chief Advancement Officer” del Lieber Institute for Brain Development (LIBD), basado en Baltimore, Maryland, en Estados Unidos. Es una palanca estratégica para empresas que van por el mercado de salud, de materiales innovadores.

Dice que uno de sus científicos de datos es mexicano y trabaja con un equipo de estudiantes de posgrado y doctorado en la Ciudad de México, colaborando con el LIDB de forma remota en el análisis de datos complejos relacionados con enfermedades cerebrales.

DeLizzio advierte que están construyendo laboratorios virtuales, permitiendo que la investigación no esté limitada geográficamente a Baltimore, sede de sus oficinas.

Su emoción por lo que ocurre en México parece legítima.

Una sensación similar me dejaron otras conversaciones con personas como Kim Majerus, vicepresidente de Educación Global de Amazon Web Services, en Estados Unidos, durante la Cumbre de AWS Washington, DC 2025.

Es inevitable pensar en la posibilidad de conectar talentos nacionales con otros internacionales con el ánimo de aprovechar cientos de oportunidades de actividades y negocios que se aproximan a partir de muchas vertientes disruptivas.

Lean, por ejemplo, lo que hace el LIBD: realiza investigaciones que luego se convierten en participación accionaria en empresas que las comercializan, con lo que obtiene dinero para más investigación, en un ciclo virtuoso.

La colección de cerebros bajo su resguardo crece a un ritmo de 300 o 500 por año. Son recolectados de forma proactiva para asegurar diversidad genética y diagnóstica. Trabajan con oficinas forenses en lugar de hospitales. Los quieren ‘vivos’.

Cada cerebro donado va acompañado de historial médico, entrevistas a familiares y un diagnóstico psiquiátrico postmortem riguroso, lo que garantiza precisión en los estudios de enfermedades como esquizofrenia, Alzheimer o Parkinson.

Los conservan a -80 grados centígrados y también les extraen células madre para estudios vivos, permitiendo experimentos avanzados en paralelo al análisis de tejidos.

El instituto ya tiene cuatro medicamentos licenciados en fase clínica. Uno de ellos, por ejemplo, reduce la sensibilidad sensorial en personas con autismo, sin necesidad de actuar directamente sobre el cerebro. Promete ofrecerles una mejor vida.

Ahora se enfocan en investigar padecimientos neurológicos que provocan parálisis.

Los avances de empresas israelíes con exoesqueletos mecánicos que sostienen partes del cuerpo prometen soluciones para los más afectados por falta de motricidad.

Gigantes como AWS, NVIDIA, IBM, colaboran con biotechs o centros de investigación y desarrollo para desarrollar ecosistemas de IA física en investigación clínica y descubrimiento de fármacos.

Los mexicanos involucrados en esa interacción están creando una imagen del país que pocas veces sale a la luz. Ténganlo en cuenta.

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