Este año parece haber frenado. Y ahora, además, se acercan las vacaciones.
La cantidad de elementos en el aire impide hacer planes y quienes pueden invertir pueden quedar pasmados, esperando que todo se resuelva. ¿Y si éste es el mejor momento para arriesgarse?
Cuando converso con empresarios en estos días, me dejan la sensación de que hay pánico.
La inseguridad y el cambio que se aproxima luego de la elección en el Poder Judicial son suficientes ingredientes para planear una ruta de escape.
Están en su derecho de buscar una mejor vida en donde les plazca. ¿La cosa es, en dónde? ¿En dónde están las cosas mucho mejor?
Por supuesto que Europa representa una oportunidad, aunque allá crece la narrativa anti inmigrantes de la ultraderecha, y la beligerancia de Rusia que hoy ataca a Ucrania impide pensar en una estabilidad de largo plazo.
¿Estados Unidos? Desafortunadamente los vecinos enfrentan una situación relativamente común para los latinoamericanos, pero nueva de aquel lado: una ruptura en la política.
Su sistema de gobierno dividió a la población y empieza a afectar la operación misma del Estado. Las fotos de estos días en Los Ángeles, con manifestantes en favor de la inmigración chocando contra la Guardia Nacional de ese país, dista de la imagen “americana” aspiracional que antes surgía de las calles de Hollywood.
Escuchar a empresarios que quieren salir del país me recuerda la narrativa del México posterior a la Revolución. Muchos millonarios hacendados que perdieron sus contactos con el Gobierno salieron corriendo del país malbaratando sus bienes que en algunos casos fueron adquiridos por William Jenkins.
De acuerdo con el libro de Andrew Paxman, En busca del señor Jenkins, ese estadounidense se benefició del pánico de esos días para hacerse de tierras productoras de azúcar y otros negocios, convirtiéndose aquí en uno de los hombres más ricos de México y de su propio país.
Al cabo de un tiempo, otra oligarquía asociada con el gobierno creció hasta el final del siglo pasado. Pero fue en esos días de turbulencia cuando él aprovechó precisamente el caos.
El hombre más rico de México, Carlos Slim, no creó su fortuna en los años de estabilidad financiera del país. Bien por el contrario, estuvo atento a los movimientos de su era.
Lorenzo Servitje, fundador de Bimbo, decía que nunca hay un “buen momento” para abrir un negocio.
Hoy México enfrenta un periodo de reacomodo; los partidos políticos fuera de Morena lucen cada vez más irrelevantes. Es difícil recordar el poder que tuvieron el PRI o el PAN.
Los más astutos están viendo oportunidades en este momento, que cosecharán después.
En el mejor de los casos, esas oportunidades deben derivar en un mejor país que comienza en la empresa. Me dio gusto saber que algunas instituciones educativas están pensando en eso.
Francisco Fernández me explicó la semana pasada que en el Tec de Monterrey construyen una nueva lógica para las compañías que son o serán dirigidas por sus egresados.
El director del Centro de Empresas Conscientes me dijo que proponen que una empresa debe generar utilidades, pero ese no es su fin, ese es su medio para resolver una problemática o una necesidad de la sociedad, de manera rentable. Es un punto de vista que amplía la visión de los líderes. Sus decisiones impactan el barrio o la ciudad en la que operan.
Algunos innovan o entrenan a su equipo para fortalecerse. Liverpool tiene una antigua universidad que prepara a su gente. No solo sucede en las más grandes empresas.
FullGas es una creciente cadena de gasolineras que opera en México, Honduras y Guatemala, y fue premiada la semana pasada por la Onexpo, precisamente por una estrategia establecida en ese sentido.
Estableció hace años un Programa Trainee para el equipo gerencial para habilitarlos en administración, sistemas, logística, contabilidad, habilidades tecnológicas y comunicación, lo que genera fidelidad en los que están adentro y atractivo entre el talento que quieren captar.
No sabemos si este momento es más retador que otros en México, pero es el que estamos viviendo los de esta generación.
Para quienes no están pensando en salir, quizás es tiempo de hacer músculo y tener los ojos bien abiertos.