Parteaguas

¿Van a vender su coche? Esperen un poco

La guerra comercial de EU y China, creada por los aranceles de Donald Trump, puede afectar el precio de los autos nuevos y usados en México y EU, explica Jonathan Ruiz Torre.

Durante la pandemia ocurrió algo que contradijo lo que sabíamos de los coches usados: que se devalúan tan pronto salen de la agencia. Por el contrario, elevaron su precio.

Un fenómeno similar podría llegar derivado de la campaña del presidente Donald Trump para establecer aranceles a otros países, que aún con el acuerdo con China, sigue vigente.

¿Se acuerdan de las agencias vacías y de los tiempos de espera para recibir un automóvil nuevo, al inicio de esta década?

En esos días pocos querían manejar y las firmas automotrices redujeron su producción.

La consecuencia: los pocos coches disponibles o nuevos elevaron su precio rápidamente.

Mientras la inflación general creció 19 por ciento en México durante el lapso de 2020 a 2022, los automóviles se encarecieron 26 por ciento en esos tres años, de acuerdo con el Inegi.

Después de ese periodo, los productores de coches recuperaron sus suministros, incluidos los semiconductores. China abrió nuevamente sus puertos y finalmente se restableció la cadena de proveedores, tal vez con mayor fuerza, a decir del volumen de marcas disponibles ahora, provenientes de esa nación.

La mayor oferta tumbó los precios y la narrativa tradicional regresó: los coches se depreciaron rápidamente, en términos reales.

Durante los últimos tres años, los precios de los automóviles se elevaron solamente 6 por ciento en todo el periodo, mientras la inflación superó apenas el 10 por ciento. Hoy quien vende un coche lo remata. ¿Están seguros de querer vender ahora?

La semana pasada, periodistas de la Radio Pública Nacional (NPR en inglés) de los Estados Unidos alertaron sobre un posible cambio que está en camino. A través de su podcast The Indicator dijeron que los precios de los coches podrían subir… otra vez.

Ahora, lo que influye sobre ellos es que los fabricantes deben pagar nuevos impuestos o aranceles por las piezas para armarlos, producto de la guerra comercial iniciada por el presidente estadounidense Donald Trump, que hasta ahora no se ha detenido.

¿Han leído las noticias que emergen estos días de las principales automotrices del mundo?

El Chevrolet Malibu producido en Estados Unidos enfrenta un incremento de costos de 2 mil a 3 mil dólares por unidad, que se trasladarán parcialmente a los consumidores.

Algo similar ocurriría con Toyota, cuyos modelos Camry Hybrid y RAV4 Prime se ensamblan en Japón y Kentucky, Estados Unidos.

Ford advirtió a su red de distribución que los precios de los vehículos podrían aumentar a partir de junio de 2025 si los aranceles se mantienen.

La atribulada Stellantis enfrenta costos adicionales en modelos como el Jeep Wrangler y la pickup Ram 1500.

Volkswagen, cuyos modelos ID.4 y Atlas se ensamblan en Tennessee (EE. UU.) con componentes alemanes, estima que los aranceles elevarán sus costos operativos en mil 200 millones de dólares anuales.

La mayoría de los productores coincide en que los aranceles tendrán un efecto inflacionario inmediato, con aumentos en sus precios que inician en un 5 por ciento.

El mercado de coches actúa en cascada. Quienes no pueden comprar un coche nuevo acuden a los usados, peleando con la billetera con aquellos que buscan habitualmente un seminuevo.

Si ciertos aranceles se sostienen, como los que aplican al aluminio y el acero, y aún otros que permanecen aún después de las negociaciones entre Estados Unidos y otros países, es factible esperar un alza de precios en todos los mercados, incluso en México.

¿Qué tan rápido puede llegar ese ascenso? Tal vez para este verano.

Aquellos que puedan esperar un poco para vender su coche quizás deban considerar el momento ideal para obtener el mejor precio posible y alcanzar todavía alguna oferta que les permita actualizar su medio de transporte.

Parece que se aproxima un juego de oportunidades. Suerte.

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