¿Recuerdan la inteligencia artificial? Ya nadie hace exposiciones de ‘internet’, como tampoco nadie analiza en foros la ‘electricidad’. Pero nuestras actividades estarían muertas sin estos.
Me recomendaron una aplicación llamada make.com que aún no sé si sea buena o no, pero entendí que hemos pasado a otra etapa. Es una herramienta que le cambió el nombre a los ‘agentes’.
Hasta hace unas semanas todavía estábamos en un nivel más o menos técnico de comprensión de la inteligencia artificial y quienes estudiaron ingeniería nombraron ‘agentes’ a quienes en la práctica funcionan como ejecutivos virtuales. Son jefes.
Tal como lo hacen con su gerente de la sucursal, ustedes le indican a qué hora abre el negocio, a qué hora cierra; lo que debe acomodar y vender cada trabajador y finalmente, lo que esperan del trabajo. Dinero es una de las metas. El gerente se encarga o pierde el puesto.
También los agentes reciben instrucciones, usan varias herramientas, como el correo electrónico o el sistema de contabilidad. Pero seguimos en lo mismo, estamos en el ambiente de quienes estudiaron ‘sistemas’.
Lo que noté es el surgimiento de herramientas que ya no explican qué son. Tampoco lo hace su wifi o el interruptor de electricidad.
Da igual. La cosa es que ustedes comienzan a ver en su teléfono y en su computadora botones o aplicaciones que les servirán como un gerente.
Ustedes, hablando o escribiendo en español, le dirán qué hacer y lo que esperan que hagan con la empresa. Revisarán el resultado, pulirán errores y mejorarán.
Hay una diferencia, las computadoras no llegan tarde y no olvidan.
Quienes somos periodistas, contadores, expertos en leyes o tenemos oficios similares podemos crear compañías enteras con agentes. Eso es lo que espera ‘Y Combinator‘, una de las empresas más conocidas entre emprendedores tecnológicos, basada en Mountain View, California.
Se dedica a proveer de contactos y de capital, o ‘acelerar’ pequeñas empresas recientemente creadas. Está buscando compañías. Su director, Jared Friedman, convoca a compañías que sean ‘full stack AI‘. Algo así como servicio completo de inteligencia artificial.
No quieren a la empresa que facilita la vida a abogados de un despacho mediante un servicio de AI. Quieren que mediante agentes, esas empresas sustituyan a esos abogados y al despacho entero.
Que bajo una pequeña supervisión, puedan resolver lo que hoy resuelven bufetes. No solo para el ambiente legal, sino en general compañías involucradas en negocios antiguos de bajo crecimiento.
Entiendo que la vorágine informativa impida ver lo rápido que cambian las cosas en estos días, pero parece haber terminado la era comenzada apenas en 2024 de empresas que usando Chat GPT o algún otro modelo de lenguaje, como Llama o Anthropic, resolvían alguna necesidad.
Somos tantos los que ya usamos esas herramientas, que ya hacemos tráfico como un viernes de quincena en el Viaducto.
Quien de verdad quiera trascender en el ambiente actual de su negocio debería comprender que eso supone convertirse en un estratega que además sepa explicar muy claramente lo que quiere. Y no con Java o Python, sino en español y en su computadora.
Muchos pretextos son eliminados estos días para los emprendedores.
Sugiero concentrarse en tres palabras: Instantáneo, ética e irrelevancia, que compartí en una discusión pública con el director del Instituto Nacional para el Desarrollo Industrial y la Transformación (INADI), Arturo Oropeza.
Los cambios ya no son rápidos, sino instantáneos; no hay reglas, pero existe la ética y hay que defenderla. Avanzar en IA impedirá que nosotros, nuestra gente y nuestro país caiga en la irrelevancia.