Parteaguas

Trump está ayudando, en serio

“Los aranceles de Trump son una victoria contra el cambio climático”, tituló su texto la directora de sostenibilidad en la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California, Berkeley.

¿Hacia dónde van las cosas, ahora? Depende. Hubo días en los que quizás fue fácil decirles en mayo más o menos cómo cerraría el año.

Pero hoy, cada declaración del presidente Donald Trump es como esos golpes que rompen el triángulo de bolas en el billar: no sabes cuál va a caer en la buchaca.

Si bien él podría preferir el ascenso de políticos afines a sus propuestas, en elecciones como la de Canadá, ganan ahora los candidatos menos afines a sus ideas, gracias a su campaña promotora de un imperialismo anacrónico y la división entre países.

Esta misma agenda en contra del comercio global, motivó una publicación hecha ayer que sinceramente brinda esperanza en un ámbito inesperado.

¿Tienen en casa a un potencial manifestante ambientalista? Pueden mostrarle que Amy Chan escribió una columna para The Wall Street Journal, que favorece un mensaje optimista para las nuevas generaciones:

Los aranceles de Trump son una victoria contra el cambio climático”, tituló su texto la directora de sostenibilidad en la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California, Berkeley.

En efecto, Trump, el destructor del Acuerdo climático de París, está ayudando con esa tarea.

Son poderosos los argumentos de esta experta que presume de haber pasado más de una década encabezando iniciativas e inversiones ambientales en el Banco Mundial y Apple. Juzguen ustedes mismos. Van:

Uno. La reorganización del comercio global está obligando a las empresas a replantear las cadenas de suministro.

Ayer les comenté que Ford dejó de exportar a China. ¿Y se acuerdan de sus coches Hot Wheels ‘Made in China’? Consérvenlos porque están en extinción.

Esa compañía está replanteando su manufactura para dejar de depender de esa nación. México brinca como candidato natural a recibir esos empleos de tristes salarios porque ese tipo de productos hechos aquí entran a Estados Unidos sin pagar aranceles.

Chan plantea el nacimiento de una estrategia emergente que denomina “manufacturing in region for region” o “fabricación en cada región”, pero ustedes pueden llamar “nearshoring”.

Producir en norteamérica para los norteamericanos reduce la longitud de la ruta de suministro y envíos. Chan explica en su texto que el transporte representa aproximadamente el 15 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Dos. Los estadounidenses están menos tentados a comprar en Shein y en Temu, a partir de la eliminación de la exención fiscal de minimis para las importaciones de bajo valor procedentes de China. Menos ventas para esas empresas, significa menos producción y menos tiraderos.

El efecto de alza de precios no se limitará a este tipo de productos de corta duración, sino también a los coches, lo que significa un desincentivo para adquirir nuevos.

Fabricar uno implica emitir a la atmósfera entre cinco y ocho toneladas de bióxido de carbono, equivalentes a un año de consumo de gasolina en un auto como el que tienen ustedes. No cambiarlo implica precisamente evitar esa contaminación.

“El coche más ecológico no es un vehículo eléctrico nuevo; es el que no se reemplaza”, advierte Chan.

Tres. Estados Unidos depende en gran medida de China para obtener minerales críticos, insumos útiles para teléfonos inteligentes y vehículos eléctricos.

China, una potencia en la administración de esos recursos, ha contraatacado comercialmente a Estados Unidos, dificultando el acceso a esas ‘tierras raras’.

Tal circunstancia incentiva a las empresas estadounidenses a apresurar las estrategias y tecnologías para la reutilización de esos insumos.

Aquí les conté hace tiempo acerca de JB Straubel, el ex ejecutivo de Tesla que creó en 2019 una empresa de reciclaje de baterías llamada Redwood Materials, que se convirtió en la mayor recicladora de baterías de Norteamérica. Se enfoca en la extracción de materiales valiosos como litio, cobalto y níquel, útiles para nuevos acumuladores de energía.

La impredictibilidad de las acciones de Trump tiene a su vez repercusiones directas e indirectas, una vez que éstas son aplicadas, por lo que el número de variables útiles para estimar resultados se multiplicó.

En estos días conviene regresar al estoicismo, al dominio y control de las pasiones y el enfoque en lo que está bajo control. Las preocupaciones por lo que viene no son más que eso y por tanto resultan inútiles.

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