Locales y turistas hablan de su comida. ¿Qué tanto escuchan ustedes de las empresas de Mérida? Viene una ola interesante.
Es lunes por la noche. Alrededor de 200 mujeres y hombres coinciden en una terraza, el piso 16 de City32, un nuevo y gran edificio ubicado al norte de la ciudad peninsular.
Este complejo de oficinas y centro comercial es la sede del corporativo de The Palace Company, nacido en la capital de Yucatán. Es fácil pasar por alto la cantidad de dinero que ustedes dejan en la Riviera Maya y que va a dar a la ‘ciudad blanca’.
Los convocados a esta cita en algunos casos han viajado desde la Ciudad de México; de Santiago de Chile o de Brasil y se congregan para escuchar una conferencia de su sensei: Marty Cagan, quien está de visita junto con su equipo de trabajo para una reunión de revisión semestral. Se ha dado el tiempo para estar de cerca con sus ‘fans’.
Es un escritor relevante y un referente en la creación de productos de Silicon Valley. Trabajó en HP, Netscape y eBay. Fundó Silicon Valley Product Group y asesoró a empresas como Google y Amazon.
Entre sus seguidores está su anfitrión, Anuar Chapur, un joven que basado en la lógica de Cagan y en el apoyo de su equipo, en un par de años digitalizó y transformó el servicio en los hoteles de The Palace Company en México, Jamaica y República Dominicana.
Convirtió la atención a huéspedes en un producto en mejora permanente. El reciente cambio brinda señales de resultados. Hablan de cientos de miles de dólares para la organización, en cuestión de meses.
Chapur ha invitado a esta reunión al equipo de Guillermo Osorio. Si no lo conocen, les aviso que varias veces leerán sobre él.
Fundó hace años una distribuidora de celulares Telcel en la península de Yucatán, llamada Macrocel. Esa compañía meridana dio un vuelco, cambió de nombre y ahora abre cuatro tiendas cada semana.
El crecimiento de la ahora llamada Macropay lo basa en la simplificación de su esquema de crédito directo para la venta de smartphones en más de 800 establecimientos repartidos de Tijuana a Cozumel.
Para entregar un celular, solicita únicamente la credencial de elector del INE, cuya información coteja con los sistemas de identidad de Incode –empresa estadounidense fundada por el mexicano Ricardo Amper, por cierto– y el número telefónico del interesado. Éste contiene tanta información, que resulta más relevante incluso que el documento oficial.
A quien no paga, le bloquean el acceso a sus datos e información en el celular, que es reactivado en unos tres minutos después del pago.
Crearon un producto, un sistema simple, pero lo suficientemente efectivo para convertir esta compañía en una fintech que crece explosivamente.
En esta terraza, este lunes también hay gente del equipo de Soft Restaurant, fundado por el yucateco Farique Cetina y adquirido por un fondo a cargo de Alonso Alcocer y Santiago Estévez. Su software de administración de restaurantes es líder del sector y recién lanzó su servicio en la nube.
Miembros de otras empresas tecnológicas locales complementan el público y la actividad de esta ciudad caracterizada por el comercio y los servicios, actividades difíciles de comprender en el norte del país, tan cargado de manufactura y cosas tangibles.
La Mérida empresarial construyó su historia sobre compañías tradicionales como Millet Industria del Vidrio; Proteínas y Oléicos; Grupo Nicxa; Tere Cazola o Grupo Bepensa.
Pero las empresas tecnológicas se protegen en la intimidad de oficinas que impide ver la dimensión, por ejemplo, de Edifactmx, o el empuje de Plenumsoft, Dacodes y del Tecnológico de Software, una escuela privada.
Otros yucatecos emprendedores impulsan deliberadamente la creación y el networking de un talento que haga crecer esa comunidad, entre ellos, Regina Garza, en un club de innovación llamado Área71, o Ricardo Rubio, de Product Latam.
La Universidad Anáhuac Mayab contribuye con Tecnia, un centro de innovación y de aceleramiento de proyectos de emprendimiento. Se suman inmigrantes, nómadas digitales, más emprendedores.
Es perceptible cierta efervescencia. Desde la terraza de este edificio puede verse a medio kilómetro un rascacielos de 160 metros de altura, construido por una empresa llamada Sky Capital. Seguramente tiene otra terraza, lo inaugurarán pronto. Mérida marcha.