Como que andamos arrastrando los pies. Para quienes tienen o quieren empresa, hay malas noticias: no hay certidumbre. No la habrá pronto.
Ya pasó antes: “O nos levantamos en armas, o nos levantamos más temprano”, solía decir de broma durante los días de crisis Lorenzo Servitje, fundador de Grupo Bimbo, quien también repetía que no hay buen momento para abrir un negocio. Bien, esta semana vamos a probarlo durante un encuentro en Mérida.
Pensemos en qué momento estamos: en esta era que fue sacudida por los pendientes.
El sistema ya no parece funcionar para la mayoría, como tal vez sí lo hizo antes.
Va una estampa: el director general de The Coca Cola Company gana mil 799 veces más que lo que gana un empleado medio en la compañía, de acuerdo con su “Declaración de Poder” o Proxy Statement, presentada a la Securities and Exchange Commission en 2024.
Ignoro cuál es el múltiplo ideal, pero a decir de la gente que sigue a Donald Trump desde 2016, hubo avisos de que la liga llegaba al límite de la flexibilidad.
Recuerdo reuniones al inicio de este siglo cuando empresarios locales sonreían y decían: ‘pasó cerca la bala’, cuando su candidato ganó por poco.
Acá también en México, cuando Trump llegó al poder la primera vez, directivos de empresas extranjeras reconocían: ‘debimos hacer algo para explicar los beneficios del TLCAN’.
Quizás pensaron actuar de algún modo para corregir, pero a decir de los hechos no lo hicieron, pues a la Casa Blanca regresó Trump y a otros países económicamente relevantes llegaron líderes políticos que vendieron la idea de traer la solución que no llegó por otro lado.
Esos políticos sacuden todo en afán de que, rotas las estructuras, algo pueda construirse, a ver qué. En esas estamos.
¿Es posible actuar desde donde uno está parado? Eso es lo que discutirán esta semana cientos de representantes de fondos de inversión y emprendedores, durante el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto, con sede en Mérida (FLII), que cumple 15 años.
Tiktok for Business, BID Lab, Fomento Social Banamex, Nacional Monte de Piedad y Fundación Coppel figuran entre los patrocinadores.
Existe la “inversión de impacto”, es decir, la creación de negocios para generar beneficios sociales o ambientales y retornos financieros. Lo mejor de dos mundos.
Una expositora clave de este movimiento es Morgan Simon, de Candide Group, quien después de la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses de noviembre anticipó lo que hoy vemos:
“Es posible que algunas de las personas a las que más necesitamos escuchar no sean las primeras en hablar en los días posteriores a las elecciones. Eso significa mantener nuestras mentes y corazones abiertos a los muchos impactos dolorosos y personales que esta elección ha tenido y tendrá en muchas personas”.
Citó a Kamala Harris, quien dijo después de perder: “Este no es momento de rendirnos. Es momento de arremangarnos”.
Candide Group invierte en empresas de hortalizas urbanas para surtir restaurantes, en compañías que facilitan el mercado de reventa, y en otras varias de energías renovables.
Es el tipo de inversiones de impacto que buscan varios fondos de inversión en México, de los cuales les contaré esta semana.
La abundancia de pesimismo no suele ser usado como excusa entre quienes de verdad disfrutan de los negocios.
También Servitje solía decir: “Los empresarios no nos desanimamos a la primera. Somos como lagartijas apedreadas: sabemos correr, escondernos, defendernos y estar alerta", recuerda el libro Rebanadas de Sabiduría, de Silvia Cherem.
Si bien este momento presenta retos, también motiva a buscar las oportunidades.
“En 2019, ¿estabas preparado para una pandemia global que transformaría todo lo relacionado con nuestra forma de trabajar, comprar y vivir? ¿Viste venir el cambio masivo al trabajo remoto? ¿La explosión de TikTok?”, preguntaba a sus lectores el inversionista Peter Diamandis en una editorial reciente.
“Probablemente no ¿Por qué? Porque la mayoría de nosotros pensamos de manera lineal, a pesar de que vivimos en un mundo exponencial”. Les leo aquí y en redes sociales.