Lo dije ayer y lo repito hoy. Yo no me distraería con el precio de las acciones de Nvidia en este momento. Ayer recuperaron valor y es posible que recuperen más. Ya veremos.
Lo importante a partir de la revelación de la china DeepSeek es decidir qué tan grandes o qué tan pequeños quieren ser los mexicanos a partir de la disponibilidad de herramientas que ya tenemos y otras que al parecer van a llegar.
Si apenas llegan a esta película, va un brevísimo resumen:
En cuestión de meses, Liang Wenfeng, un tipo dedicado a hacer inversiones en bolsa, puso su tiempo libre y sus poderosas computadoras usadas habitualmente para el trading a trabajar en lo que luce como una copia mejorada de ChatGPT, la herramienta de OpenAI.
¿Lo nuevo? Dice que lo consiguió con 6 millones de dólares y la detallada explicación de cómo lo logró con tan poco dinero ha convencido a varios especialistas. El servicio de su DeepSeek lo ofrece gratuitamente, es open source.
Ojo. Ese millonario monto es el precio de una casa en las Lomas de Chapultepec.
Entiendo que eso puede ser mucho dinero, pero comparen esa cantidad con la apuesta inicial de mil millones de dólares de Microsoft en OpenAI, más la reciente promesa de otros miles más para futuros proyectos.
¿Cómo creen que se siente hoy Satya Nadella, director de la empresa fundada por Bill Gates?
Nvidia no produce estos ‘modelos fundacionales’, es la empresa que diseña chips y vende los procesadores (Graphic Processing Units o GPUs) que hacen posible este nivel de razonamiento en las máquinas. Los vende a gigantes como AWS, Google, Tesla y sí, Microsoft.
A mi juicio, si bien indirectamente está relacionado, el suyo es otro negocio que tiene otros mercados, no debe distraernos.
¿Qué puertas abre DeepSeek?
DeepSeek abre las puertas a un mundo más nivelado. La economía de Estados Unidos ha crecido en años recientes a un ritmo que ha ocasionado un desbalance. El dinero que circula en ese país cada año ya supera en un tercio el de la economía de Europa, que luce rezagada.
Pero ahora, uno de los más innovadores productos de su ciencia está disponible prácticamente para cualquiera. La ‘fórmula de la Coca Cola’ ha sido revelada.
No parece ser por la vía de la renta de esa tecnología de ChatGPT como Estados Unidos generará una nueva empresa poderosa.
Esa situación abre una convocatoria: ¿qué país o qué empresa quiere asumir un nuevo rol de liderazgo? Decidan el camino: ¿Arquitectura ecológica? ¿Un nuevo ‘Disney’? ¿Luchar contra el cáncer? La IA generativa es poderosa, lo será más y no parece que vaya a ser cara.
“Es como lanzar a cientos de genios desde un helicóptero” en cada nación, dijo Dario Amodei, creador de Anthropic, otro modelo fundacional estadounidense que también compite en el ring de ChatGPT.
Imaginen que tienen a su disposición, explicó, decenas o cientos de individuos más brillantes que los premios nobel.
Bajo su lógica, a través de la IA generativa pueden explicarles hablando o escribiendo en lenguaje común una necesidad o un problema y conducir un análisis o una investigación acompañada por especialistas humanos que lleven a soluciones o a nuevas propuestas más creativas, cada vez mejores, potencialmente en un círculo virtuoso.
Esta misma semana, cientos de ingenieros en Silicon valley están ‘desmenuzando’ DeepSeek, dijo el director de la publicación norteamericana The Atlantic, Nicholas Thompson.
Están haciendo ‘ingeniería inversa’ para entender cómo mejorar ese modelo, lo que supone una lluvia de nuevas herramientas que bien podría llegar con la primavera.
¿Hay mexicanos haciendo algo similar? O más allá: ¿cuántos mexicanos están usando cualquiera de los modelos fundacionales ya disponibles para, digamos, ganar en turismo a Francia, competir con los bancos tradicionales, crear mejores paneles solares o un mejor servicio de salud que el de los hospitales actuales?
¿Quién quieren ser? ¿Qué país quieren que sea México? Hay juego nuevo.