Parteaguas

Tulum: la ciudad del futuro’

La Península de Yucatán tiene una enorme oportunidad para desarrollarse, la cual detonará en la medida en que la gente reciba educación de alta calidad y la seguridad prevalezca, escribe Jonathan Ruiz Torre.

Por ‘el algoritmo’ o por lo que sea, el fin de semana fui atrapado en Youtube por un video bajo ese título: Tulum: City of the Future. Mi reacción inmediata fue la de reir incrédulo, pero caí. Di click.

Visité los Emiratos Árabes Unidos y me sorprendió cómo ese país notorio por sus estructuradas ciudades Dubai y Abu Dhabi, conformadas por filas de nuevos rascacielos, ascendió en la conciencia de las personas como una nación futurista, todo basado en una narrativa oficial, cimentada en grandes inversiones.

¿Puede alguna región de México atraer positivamente la atención recibida por ese país desértico que es del tamaño de la Península de Yucatán?

Quizás los más maduros desdeñarán la idea de golpe. Pero una generación enorme de jóvenes en todo el mundo, hambrientos de experiencias que los diferencien de sus padres, provocarán una nueva revolución de ciudades atípicas.

Los cabos que ató este audiovisual con duración de una hora provocan al menos una reflexión:

Esta localidad que ya atraía a mexicanos y extranjeros, desde este año cuenta con un nuevo aeropuerto internacional y un tren regional recién inaugurado. No hay muchos destinos que puedan presumir de eso y eso es relevante para una generación global que prefiere el término de ‘nómada digital’ por encima del de ‘oficinista’.

Es distribuido en Youtube por el ucraniano Anatoliy Letaev en un canal de poco contenido llamado Borderless, que destaca cómo este pueblo de Quintana Roo de unos 40 mil habitantes, ya es multicultural e internacional. Letaev dice ser fundador de Migronis, una compañía que facilita el trámite de visas para nómadas.

Lo que enfatiza en su audiovisual es la personalidad que adquirió esa naciente ciudad a partir de las construcciones ancestrales de su costa, a la que se suman nuevos hoteles, restaurantes y desarrollos habitacionales.

Tomen como muestra Cobá, de la cadena Coqui Coqui, perteneciente a un modelo de origen argentino llamado Nicolás Maleville, que sentó las bases de un tipo de arquitectura que parece integrarse con las rocas de la playa. Luego, Azulik, fundado por su paisano ‘Roth’, o Jorge Eduardo Neira Sterkel, que estableció el uso del bambú y fibras materiales en sustitución de los ángulos rectos que proponen el concreto y el acero en metrópolis comunes.

Influye también el belga Yves Naman y sus propiedades agrupadas en Namron. En otro sentido también cuenta la aportación de individuos locales, como la diseñadora Glenda Hernandez Puente; el chef Jose Luis Hinostroza y la joven activista Steph Ferrera.

La influencia de Tulum representa solo una de varias ciudades cargadas de personalidad que atraen el pensamiento de la gente a una península llena de oferta de experiencias. Cuenten Playa del Carmen, Cancún, Chichén Itzá, Cozumel, Calakmul, Holbox, Mérida, Telchac, y en ascenso, Valladolid y El Cuyo.

Todo, a una distancia de unas tres horas en coche o, claro, en un nuevo tren conectado con cuatro aeropuertos internacionales, un plan similar al que ofrecen los Emiratos Árabes, pero con una variedad mucho más amplia de opciones de entretenimiento.

“Desde las playas de Tulum hasta todas las haciendas en el área de Yucatán y Cobá, fue fantástico poder viajar de un lado a otro en solo 3 horas. Pero después de estar en la playa durante 3 días me aburría y quería ir a la jungla y después de 3 días en la selva, quería ir a la ciudad (...) para luego sentirme como Indiana Jones en la jungla, luego James Bond en una ciudad kitsch como Valladolid, seguido de una ciudad glamorosa decadente como Mérida”, explicó Nicolás Maleville en una entrevista.

Todavía no cumple un año, y el aeropuerto de Tulum ya presume de haber recibido a un millón de pasajeros, mediante unos 20 vuelos diarios, principalmente internacionales.

Una enorme oportunidad para desarrollar esta región peninsular de México existe y detonará en la medida en que la gente local reciba educación de alta calidad, la seguridad de sus habitantes prevalezca y todos cuiden el medio ambiente, lo que conviene por igual a pobladores e inversionistas.

Mucho se agradecería, por ejemplo, que el Plan Nacional Hídrico presentado por la Presidencia de la República la semana pasada incluyera un proyecto de drenaje y tratamiento de aguas negras para esta zona que lo necesita con urgencia para no contaminar los cenotes.

Una ciudad sustentable quizás sí represente a la Tulum del futuro. Ojalá.

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