Hay muchos vendedores de coches chinos de BYD en México, pero Liverpool presume de ser uno de los distribuidores más grandes de esa marca automotriz en México.
La empresa difundió que solo en el último trimestre vendió mil 300 unidades, que completan un total de 3 mil 200 desde que comenzó su aventura de distribuir esos vehículos en México.
Su ritmo actual de 14 coches vendidos diariamente es el ritmo de ventas que más o menos tiene Volvo en México, pero en todas sus agencias. No está claro cuántos coches venden todos los concesionarios BYD.
Lo que está claro es que son agresivos, mucho. Uno distinto de Liverpool me sorprendió en Instagram. Su campaña publicitaria vigente al menos hasta ayer trataba de venderme una camioneta Tang. ¿El gancho? Un 2X1, como en el súper.
De ‘regalo’ un compacto Dolphin Mini, con valor de aproximadamente 358 mil pesos, en la compra de la otra nave eléctrica cuyo precio de lista llega a casi 1.4 millones de pesos.
Aquí conviene una pausa. ¿Cómo una marca china inexistente en México la década pasada ya vende cientos de unidades y puede disrumpir el mercado con ofertas sin precedentes?
Conviene recordar que parte de la responsabilidad la tiene Warren Buffet, quien en 2008 –cuando la crisis financiera de Estados Unidos estaba iniciando– compró el 10 por ciento de esa compañía china a cambio de unos 230 millones de dólares.
Su firma de inversión Berkshire Hathaway apostó desde esos días a que la gente iría hacia los coches eléctricos y el magnate opinaba abiertamente que esa marca china se convertiría en el principal jugador global del mercado.
La profecía se cumplió. BYD rebasó a la estadounidense Tesla con coches que llevan el nombre de antiguas dinastías de China, como Tang, que gobernó del año 618 al 907 en un periodo de paz y prosperidad en esa nación asiática.
Ese punto marcado en la historia viene a conectar con un suceso de menores ambiciones. En agosto, Liverpool, que ya había avanzado en la Ciudad de México, abrió su primer concesionario de automóviles de servicio completo en Guadalajara, en Galerías Santa Anita.
El actual optimismo de esta empresa mexicana con la venta de autos evidencia que ajustaron la estrategia en este 2024.
Al inicio de este año, el líder de la compañía, Enrique Guijosa, expresaba todavía su malestar con el resultado de 2023, cuando apenas pudo colocar unos 350 automóviles.
“Eso estuvo significativamente por debajo de lo que esperábamos cuando lanzamos esta nueva oferta”, expresó ante analistas al reportar sus cifras del año pasado.
¿Qué sigue en la historia de esta marca de coches eléctricos chinos en México? El rebote de sucesos ocurridos esta semana del otro lado del mundo:
La Unión Europea impuso aranceles más altos a los vehículos eléctricos procedentes de China a partir del miércoles.
Los aranceles se suman al 10 por ciento actual y oscilan entre el 8 por ciento y poco más del 35 por ciento, según el fabricante. Los de la armadora SAIC, por ejemplo, pagan un impuesto de 35.3 por ciento a la entrada. Geely, 18.8 por ciento y BYD, 17 por ciento.
Son barreras distintas de las impuestas en Estados Unidos este mismo año, cuando el presidente Joe Biden anunció un arancel del 100 por ciento a los vehículos eléctricos fabricados en China como parte de una estrategia más amplia para proteger a los fabricantes estadounidenses de lo que los gobiernos de esa nación y los de Europa definen como competencia desleal debida a importaciones basadas en subsidios del gobierno chino.
Directivos de BYD difieren de ese juicio, pero en cualquier caso avisan que trasladarán al Viejo Continente la producción de los coches que venden en la región.
Algo similar quieren hacer en Norteamérica ante la amenaza de Donald Trump, cuyo eventual triunfo en la contienda electoral por la Presidencia de este martes podría elevar barreras a los automóviles que no sean fabricados en esa nación.
Vaya, la estrategia de Liverpool con BYD es solo una rama de una serie de variables que están en movimiento. Eso no la hace menos interesante.