En 12 días llegará a Yucatán el primer gobierno de Morena. Hasta ahora, las cosas están así: Si encuentran a un electricista en Mérida, tómense una foto con él. No hay.
La ilusión de una vida en paz en un estado mexicano atrajo a esa esquina del país a tanta gente como inversiones en infraestructura y casas ¿Resultado? Una escasez de trabajadores disponibles para construir y dar mantenimiento a las mismas.
Sucede que, a la paz de la oferta de seguridad, el estado se subió a una ola de crecimiento económico iniciada hace unos nueve años, cuando en un parteaguas de la industria local, fue anunciada en aquella ‘Residencia Oficial de Los Pinos’ la construcción de una cervecería de Grupo Modelo en una zona yucateca en la que antes no había más que un ‘Modelorama’ rodeado de perros callejeros.
Ahí llegaron vías férreas, un ducto de gas y nuevas líneas de transmisión de electricidad, y detrás de éstas, las plantas de Envases Universales y luego las de Kekén, productor de carne de cerdo de Grupo Kúo. Luego, pequeños parques industriales que entre todos cambiaron el municipio de Hunucmá, aledaño a Mérida, que en cuestión de cinco años recibió unos mil millones de dólares en inversiones que ni por asomo se comparan con una situación de bonanzas previas.
Así arrancó en días del gobernador priista, Rolando Zapata, una nueva etapa económica para un estado que no había despertado después de la debacle en los ochenta, de la era del henequén, del ‘oro verde’.
También iniciaba la gestión del abogado Ernesto Herrera Novelo –un exejecutivo de la consultora global EY– como secretario de Fomento Económico (SEFOET), a quien el gobernador panista, Mauricio Vila, mantuvo en su puesto en 2018, pese al cambio de gobierno.
La continuidad rindió frutos: llegó más manufactura y centros de distribución de Amazon, Mercado Libre y Walmart que atendieron a la creciente población local y migrante ávida de nuevos servicios. También, los centros comerciales: Thor Urbana construyó The Harbor, Grupo Gicsa, La Isla Mérida y cientos de inversionistas llenaron la capital de centros comerciales.
El PIB estatal pasó de 15 mil millones a 24 mil millones de dólares anuales en una década.
Al final de este mes, Vila –ahora senador– y el secretario Herrera dejarán el gobierno estatal.
Pero en una muestra de la inclinación política de los habitantes de la entidad, la capital seguirá regida por la panista Cecilia Patrón y el nuevo gobernador morenista, Joaquín Díaz Mena, Huacho, un hombre proveniente de un pueblo pesquero, hábil y popular comerciante ganadero, reconoce que inició su trayectoria política formando parte de las filas albiazules.
Salió del PAN cuando la mala gestión del líder nacional del partido, Marko Cortés, desincentivó su fidelidad con el mismo.
Ayer, Díaz Mena presentó el resto de su gabinete en el que, amén de algunos funcionarios con experiencia como Luis Felipe Saidén Ojeda, quien repite como secretario de Seguridad Pública, destaca la figura conocida de la artista musical, Federica Quijano, como secretaria de Desarrollo Sustentable.
La clave de la continuidad económica quedará en manos de Jorge Ermilo Barrera Novelo, un joven yucateco que viene de la secretaría de Economía de Puebla y sustituirá a Herrera en la SEFOET. Empresarios locales le atribuyen haber sido el artífice de una inversión de mil millones de euros en una nueva planta de Audi.
En su tierra natal, sus tareas de arranque involucran la continuidad de proyectos ya anunciados, como una nueva cervecería de Heineken y una nueva planta de fabricación de Mission Foods, de Grupo Maseca, que ya fueron pactadas.
Le encargarán también el ‘Renacimiento Maya’ promovido por su jefe, el gobernador electo.
La muestra de que ese proyecto realmente caminará involucra la culminación de la ampliación del Puerto de Progreso, gestionada desde hace seis años y que ahora podría finalmente tener una venia presidencial de la mano de Claudia Sheinbaum.
¿Qué urge para no detener al estado? Abundará la generación de electricidad, pero a la par de electricistas, faltan líneas de transmisión para atender el norte de Mérida. Lo apremiante: resolver el desequilibrio entre la abundancia de desechos y la ausencia de drenaje en un área metropolitana que no deja de crecer.