Parteaguas

¿Vivirías en una oficina? ¿Y si sale barato?

Especialistas advierten que ahora sí, de verdad, el mercado de oficinas va a recuperarse en 2024, porque ya todos regresarán al ambiente de escritorios vecinos.

Colonia Juárez, Ciudad de México, muy cerca del Ángel de la Independencia:

“Ubicado en una de las mejores zonas. Cuenta con 68 metros y un baño. Espacio muy amplio para adaptarse a las necesidades del cliente, con elevador. Mantenimiento incluido”, así reza el anuncio en una plataforma de renta de inmuebles en línea.

¿El precio? Son 15 mil pesos mensuales por ese espacio dividido en pequeños cubículos. ¿O recámaras?.

A unas cuadras de ahí ofrecen otra propiedad. Departamentos equipados con tecnología en vigilancia y control de accesos en una aplicación de smartphone, promete la oferta. Máximo 49 metros cuadrados a un precio de 22 mil 300 pesos mensuales.

Hay una realidad: los ‘depas’ están saturados, algunas veces por roomies, cada vez ofrecen menos espacio y a decir de una gentrificación que algunos argumentan, los precios suben en zonas céntricas.

El fenómeno no es exclusivo de la Ciudad de México. Monterrey, Guadalajara, Querétaro… Incluso ciudades pequeñas como Mérida enfrentan esta circunstancia.

Estos demandados inmuebles suelen convivir con edificios llenos de oficinas, que en muchos casos están vacías.

¿Cuál es la razón? Puede estar basada en un choque posterior a la pandemia.

Jefes que demandan el regreso de empleados que por ese requisito, buscan otras opciones laborales que no requieran una asistencia diaria al lugar de trabajo; éstas además están tan disponibles como abrir LinkedIn y buscar puestos “remotos”.

Son requeridos desde maestros de español en línea, hasta desarrolladores de software.

Especialistas advierten que ahora sí, de verdad, el mercado de oficinas va a recuperarse en 2024, porque ya todos regresarán al ambiente de escritorios vecinos y los breaks para un café. Puede ser.

La firma especialista en inmuebles Jones Lang Lasalle lanzó el mes pasado el resultado de su Reporte de Mercado de Oficinas Ciudad de México.

En resumen, advierte que hasta el cierre del año pasado, una de cada cuatro oficinas seguía desocupada, 23.6 por ciento del total, un nivel récord del que prácticamente no baja desde 2021.

Por arriba del promedio están Santa Fe, Interlomas y la zona norte de la capital del país.

Los precios que se ubicaron en 28 dólares por metro cuadrado todavía en 2015, cayeron desde ese año al equivalente a 23 dólares desde el año antepasado, y no levantan.

No es un asunto que atañe solamente a México. The Washington Post publicó una nota esta semana bajo el título: Work from home has downtowns empty. A solution? Live in a former office (El trabajo desde casa vació los centros de las ciudades. ¿Una solución? Vive en una antigua oficina.

El texto escrito por Linda Chong y Erica Werner ilustra así la idea:

“El número 100 de Van Ness es un poco diferente de un apartamento de lujo promedio. Recibidos por una puerta giratoria automática, los residentes de este edificio residencial del centro de la ciudad descansan o trabajan en espacios comunes con máquinas de café, salas de reuniones y espacios para conferencias. Con sus cubículos de vidrio, estación de refrigerios y escritorios, hay en el entorno algo vagamente parecido a una oficina. Probablemente, porque solía ser un edificio de oficinas”.

El texto refiere una transformación en San Francisco, donde los espacios de oficinas vacías mutan en viviendas.

“Se ha hecho antes, pero no es fácil. Convertir un edificio de oficinas en apartamentos puede ser más costoso y más difícil que construir un edificio residencial completamente nuevo desde cero, según arquitectos y desarrolladores”, advierte el reportaje.

En México no hay señales todavía respecto de un cambio de esa naturaleza, pero vaya que los dueños de inmuebles de oficinas deberían hacer algo para sacar provecho a sus edificios.

Dueños como ustedes, por cierto, considerando que las Afores –su Afore– son propietarias, digamos, de un montón de oficinas en Paseo de la Reforma, que adquirieron con la compra de participación en Fibras.

COLUMNAS ANTERIORES

Un juego para escapar de Trump
¡Aguas!

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.