Hoy lo urgente supera a lo importante. El ataque ruso de Vladimir Putin a los ucranianos impide saber si habrá suficiente petróleo para gasolina y gas para electricidad durante el verano.
Es urgente que el país que tenga estos recursos, trate de obtenerlos, en afán de mantener en paz y trabajando a su gente.
Tienen razón el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el aspirante a ícono de esta generación, Elon Musk.
“Uno de estos multimillonarios del mundo hace unos días, creo que manifestó que con mucho coraje tenía que aceptar de que se iba a seguir necesitando el petróleo, y él está en el negocio de los carros eléctricos”, dijo ayer el mandatario con relación al fundador de Tesla.
“Agradecemos a Estados Unidos porque nos autorizó la compra de la refinería. Tuvimos esa visión de comprar en su momento esa refinería (de Deer Park)”, añadió.
En este mismo espacio expuse previamente que ante la trayectoria del país, la perspectiva laboral impedirá que muchos mexicanos renueven su coche para tener uno más eficiente en el uso de energía. Dependerán por mucho tiempo de la gasolina, contrario a lo que ocurrirá en países vanguardistas y prósperos.
Comprar una refinería –o la mitad que le faltaba a Pemex de la texana de Deer Park– puede tener sentido económico, considerando que la europea Shell la desechó y en remate la vendió a buen precio. La refinería de Dos Bocas es un asunto distinto y ya la abordaré después.
Lo que motivó esta declaración presidencial fue un par de mensajes de Musk publicados en Twitter:
“Odio decirlo, pero necesitamos aumentar la producción de petróleo y gas de inmediato.
Tiempos extraordinarios exigen medidas extraordinarias”, advirtió el multimillonario en cuestión el viernes 4 de marzo.
“Obviamente, esto afectaría negativamente a Tesla, pero las soluciones sostenibles de energía simplemente no pueden reaccionar instantáneamente para compensar las exportaciones rusas de petróleo y gas”.
Esta última declaración encaja casi de manera perfecta con otra que ayer soltó el presidente mexicano:
“Pues la verdad, todos quisiéramos que se avanzara más en innovación tecnológica y que se utilizaran energías renovables, energías limpias, pero falta. Entonces, no es un asunto nada más de buenos deseos”.
Quienes sostienen la hipótesis de que el político morenista está en contra de las energías renovables pueden encontrar aquí argumentos en sentido contrario.
Rusia, por orden de Putin, rompió con lo que parecía el regreso de la gente a una vida relativamente normal después de la pandemia, por tanto, alguien debe hacer la tarea de los adultos aquí y eso requiere de atender lo urgente… que no es necesariamente lo importante.
Que las petroleras instaladas en Estados Unidos y en México produzcan combustibles adicionales rápidamente de forma responsable para balancear la oferta de esos insumos.
Shell intenta hacerlo, inclusive en Estados Unidos. Demandada en Holanda por no hacer suficiente para detener el calentamiento global –la verdadera gran guerra de esta generación– se apura a reducir sus emisiones contaminantes, por ejemplo, vendiendo refinerías.
Ayer, durante el evento anual más importante en materia de análisis sobre energía, CERA Week, las grandes petroleras mostraron sus planes para ese combate: Petronas apuesta 7 por ciento de sus inversiones anuales a energías renovables y formó una división a cargo de ese negocio; Petrobras presumió una inversión anual de 100 millones de dólares en descarbonización, incluyendo la meta de extraer del aire y reinyectar al suelo 40 millones de toneladas de carbono en 2025; Ecopetrol avisó de una inversión de 400 millones de dólares para reducir el envío de gas a la atmósfera; Equinor prometió una reducción de 40 por ciento en emisiones para 2030; BP y el resto de las gigantes, cero emisiones netas para 2050, empezando ya con reducciones… Pemex no avisó de algo nuevo, vaya, no apareció.
Los mexicanos estamos ocupados en lo urgente, no en lo importante.