Parteaguas

¿Qué vamos a ser?

Mientras México se instala en estos días por ahí del año 1984, la computación cuántica llega a la calle este 2022.

Este lunes arranca oficialmente el año, tal vez el más importante del resto del sexenio gubernamental, antes de que los políticos comiencen el juego de las sillas.

Para el resto, puede haber gustos o disgustos, pero los zapatos de México apuntan en una dirección concreta a decir de las pocas inversiones relevantes en efecto.

Desde Palacio Nacional decidieron regresar o acelerar a los mexicanos en las actividades petroleras, las manufacturas y en las tareas turísticas. Lo anterior, si todo ocurre conforme a lo planeado, pasará primordialmente en el sur.

El corredor transístmico de Oaxaca a Veracruz persigue inversiones industriales; el Tren Maya, convertir la península de Yucatán en un carrusel de entretenimiento y lo de Pemex es una apuesta en la que nos jugamos ‘el resto’ en ánimo de refinar petróleo.

En vista de que acá la ciencia y la tecnología son dignas de sospecha y no de procuración, este pueblo bueno se aproxima a ser más petrolero, más obrero y con el favor de las visitas, mejor anfitrión.

La pandemia, la política y la triste suerte de wework parecen decretar la extinción del ‘godinato’ que alguna vez emergió como el rey del empleo en las ciudades.

Mientras México se instala en estos días por ahí del año 1984, la computación cuántica llega a la calle este 2022.

Sidney, por ejemplo, lanzará una licitación para ordenar todo el transporte en la ciudad australiana. Los nuevos sistemas de computadoras de IBM, del tamaño de un refrigerador, prometen resolver problemas de ‘efecto mariposa’.

Imaginen que el tren, el Metro, el Metrobús, los Uber y el semáforo de la esquina trabajan coordinadamente, para que todo ocurra como en orquesta y ustedes tarden solo 20 minutos en llegar al aeropuerto.

Google, Microsoft, Amazon, IBM e Intel se acomodan en el espacio cuántico a través de lanzamientos de productos, proyectos de investigación y desarrollo, inversiones y asociaciones, advirtió la consultora neoyorquina CB Insights.

En otro plano, los bancos aceleran en tecnología financiera o fintech. La primera generación de ésta permitió a los ‘changarros’ en México cobrar con tarjeta de crédito usando un celular o a ustedes hacer transferencias justamente usando una app.

Ahora, Goldman, Citigroup y JPMorgan entran en una fase de competencia incluso en los criptoactivos, que detonaron a partir de las ‘criptomonedas’.

Una duda que podría resolverse este año es si finalmente el blockchain que hizo posible ese mundo, puede brincar a la economía real de todos los días ayudando, por ejemplo, a certificar la compra y venta de propiedades sin los tortuosos procesos legales actuales.

Si una oportunidad se abre, los bancos querrán y tendrán una tajada en un eventual nuevo negocio de transacciones.

Como en días de carretas negaban la posible proliferación de coches sin caballos, hoy buena parte de la humanidad cree imposible el arribo de los automóviles eléctricos.

Mientras, Ford y Tesla rompen sus planes porque terminan vendiendo más de lo que esperaban.

Ford Motor divulgó el martes que planea casi duplicar la capacidad de producción anual de su próxima camioneta eléctrica F-150 Lightning, en una clara señal de que ellos mismos subestimaron la demanda de este producto. Es la segunda vez que Ford anuncia que duplicará la producción del vehículo que saldrá en primavera. Inicialmente anunciada de 40 mil unidades, ahora la producción proyecta 150 mil.

“La recepción de este vehículo ha sido absolutamente increíble”, dijo el martes a CNBC Kumar Galhotra, presidente de Ford para las Américas.

Computadoras poderosas, servicios financieros nuevos, vehículos eléctricos… la gente de afuera prepara fiestas.

Todos ellos podrán contar con que la gente al sur del río Bravo estará lista para armar barato las piezas de lo que inventen, si hay luz; para servir margaritas a la orilla del mar, si no hay balazos y para recibir los coches viejos que ya no quieran, si alcanza el erario nacional para hacer mucha gasolina.

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