Desde ayer, México tiene una nueva lista de legisladores en la Cámara de Diputados. Por primera vez, advierten autoridades, hay tantas diputadas como diputados.
La LXV o Sexagésima Quinta Legislatura es por su equidad de género, histórica.
¿Traerá eso una mejor administración de gobierno? Eso esperamos todos.
En los hechos, hasta antes de este 2021 los mexicanos ignoraron en buena medida lo que las mujeres consideran que deben incluir las leyes nacionales.
Las excepciones que constituyen las legisladoras que abrieron brecha en el pasado, debieron someterse a límites establecidos por una mayoría de hombres que inclinaban para sí las reglas de juego. Ahora parece estar en ellas el aprovechamiento de su influencia.
Pero girar la cabeza hacia las empresas expone un México que parece traído de otra era.
Hasta hace poco, la falta de mujeres que prevalece en las compañías nacionales no parecía relevante para los inversionistas. Ese tiempo acabó.
Tanto mujeres como hombres son relevantes en el mercado mundial de la masa y las tortillas de maíz. De acuerdo con información recopilada por Bloomberg, en Gruma, la mayor empresa de ese negocio, no hay una sola mujer en su consejo de administración, que decide hacia dónde debe ir la compañía. Tampoco en su equipo ejecutivo.
Es un caso extremo, pero el resto de las compañías que figuran en la Bolsa Mexicana de Valores, no están en una posición mucho mejor.
Revisen a la minera Industrias Peñoles, productora de oro y plata que también carece de mujeres en su consejo de administración. En la dirección acaso cedieron una silla para Celia Ortega, quien se encarga de la relación con inversionistas.
En el otro extremo destacan un par de compañías: Walmart de México y Grupo Bimbo.
No es que luzcan ejemplares. El sexo femenino aún conforma una clara minoría en su liderazgo, pero sí hay una variedad perceptible que las distingue de lo que ocurre en otras oficinas.
En Walmart, Blanca Treviño, Kirsten Evans y Amanda Whalen, tienen sólo tres de las 11 sillas del consejo de administración; aparte, Beatriz Núñez, Adriana Velázquez, Lilia Jaime, Ivonne Montiel y Pilar de Garza Fernández del Valle ostentan cinco de las 17 posiciones directivas que ejecutan los planes de la compañía.
En Bimbo, cuatro de las 19 posiciones del consejo son ocupadas por María Isabel Mata, María Luisa Jorda, Estíbaliz Laresgoti Servitje y Marina Tavira Servitje. Pero solo una de las 13 plazas directivas revisadas por Bloomberg es responsabilidad de una mujer llamada Estefanía Poucel, directora de relación con inversionistas.
En Grupo Lala, una de nueve consejeros es de sexo femenino, Blanca Treviño. Entre 13 puestos disponibles, solamente Anne Napoli y Ana María Orozco ocupan cargos directivos.
Estudios internacionales como este (https://bit.ly/3Bs6IoJ) publicado por Harvard Business Review, muestran que las empresas con mayor diversidad de género son más productivas. Generan más dinero, pues.
Eso ya es importante, pero, además, desde 2004 la Organización de las Naciones Unidas empuja a las compañías del mundo a procurar derechos humanos como la igualdad, dentro de un paquete de obligaciones que tienen con la sociedad. Un documento publicado ese año llamado Who Cares Wins, estableció valores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (eso que hacen los consejos de administración) y los agrupó como ASG por sus siglas, o ESG, en inglés.
Este 2021, Larry Fink, líder del mayor fondo de inversión del mundo, dueño de acciones de todas las empresas relevantes en el planeta, escribió lo siguiente en su carta anual:
“Dentro de las industrias, desde automóviles hasta bancos y compañías de petróleo y gas, estamos observando otra divergencia: las empresas con mejores perfiles de ESG se están desempeñando mejor que sus pares y disfrutan de una ‘prima de sostenibilidad’”, expuso el presidente de Blackrock.
Eso evidenciaría que las empresas mexicanas no solo parecen retrasarse socialmente, sino también económicamente. Si bien ya lo vale por la gente, al menos el dinero debería funcionar como incentivo para hacer ajustes.
El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.