Parteaguas

¿Trabajar en EU? Ahora viene la reforma migratoria

Hay 9.2 millones de puestos vacantes en la nación vecina.

Solemos ver el diálogo entre el presidente de México y la vicepresidenta de Estados Unidos como si éste fuese a dictar el destino económico entre México y Estados Unidos. No es que sea irrelevante, pero ayer quedó más claro quién manda aquí en realidad.

Una vez, puede ser excepción. Dos veces seguidas, coincidencia, pero tres… eso ya tiene otro nombre.

Tres solicitudes explícitas han establecido los líderes de la poderosa US Chamber of Commerce, la Cámara de Comercio de EU, y las tres les han sido concedidas. Ahora empujan una cuarta: una reforma migratoria que con muy poco margen de error, es posible decir que ya está en camino.

Eso podría propiciar que ustedes o su vecino, tengan una oportunidad de trabajar legalmente en el país vecino al norte.

Ubíquense en 2017. En esos días, Enrique Peña Nieto habitaba Los Pinos y Donald Trump, la Casa Blanca.

La US Chamber defendía la necesidad de una reforma fiscal. ¿Su argumento? Menos impuestos permitirían a las empresas invertir más. El crecimiento genera más impuestos y… todos ganan.

“El momento de la reforma fiscal es ahora”, decía públicamente Neil Bradley, directivo de la organización, en septiembre de ese año. Tres meses después, la reforma fiscal fue aprobada y desde 2018 las empresas estadounidenses pagan menos impuestos.

También en 2017, el líder histórico de la organización pedía a Trump detener la loca idea de acabar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En todo caso, decía el mismo Tom Donohue, habría que modernizarlo.

“Retirarse del TLCAN sería devastador para los trabajadores, las empresas y las economías de nuestros países”, argumentaba el director general de la organización que defiende a compañías como Ford o Facebook.

El 1 de julio de 2020 entró en vigor el Tratado México Estados Unidos y Canadá, el TMEC, que sustituyó al TLCAN sin acabar con el comercio regional. Vendría entonces la tercera propuesta.

“A principios de año, una coalición de más de 100 organizaciones nacionales y locales, lideradas por la Cámara de Comercio de Estados Unidos y el Centro de Política Bipartidista, lanzaron la coalición ‘Construir antes del 4 de julio’ para presionar a la administración Biden y al Congreso a aprobar un paquete de infraestructura fiscal y ambientalmente responsable”, rezaba hace unos días un texto en el sitio del gremio empresarial.

Ayer, el Senado estadounidense aprobó este paquete con el que el gobierno invertirá 1.2 billones (trillions) de dólares en ‘remodelar’ todo Estados Unidos en materia de transporte, telecomunicaciones y electrificación.

El fiscal, el comercial y el de infraestructura fueron tres tiros certeros que trascendieron el cambio en la Casa Blanca y en la administración de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, ahora presidida por Suzanne Clark, quien expresó en su cuenta de Twitter: “Aplaudimos al Senado por aprobar el proyecto de ley bipartidista de infraestructura y ponernos un paso más cerca de un logro histórico para nuestro país. Instamos a la Cámara de Representantes a enviarlo a @POTUS (el presidente) sin retraso. #InfrastructureNow”.

Ahora, a lo que sigue: “Ser una nación de inmigrantes no es solo parte de la identidad de Estados Unidos, es parte del motor de crecimiento que nos ha convertido en el país más poderoso y próspero del mundo. Pero hoy nuestro sistema de inmigración está roto y necesita una reparación desesperada”, advierte desde hace dos semanas un artículo en el sitio de la US Chamber of Commerce, llamado ‘Why Immigration Reform Matters to Local Communities’. Así, comenzaron las otras exitosas peticiones. Es cuestión de tiempo.

Hay 9.2 millones de puestos vacantes en la nación vecina.

“Los Estados Unidos no pueden cubrir la demanda de trabajadores temporales. En la primera mitad de 2021, el Departamento del Trabajo certificó que patrones estadounidenses no pudieron cubrir 126 mil 943 plazas (de este tipo)”, revela el texto referido. Pronto hablaremos de quiénes demandan más gente y para qué.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

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