Ojos que sí ven

Oposición sin unidad

La desaparición del equilibro de poderes, y la concentración de las decisiones en un gobierno, que en términos claros es de facto la desaparición de la República, debería tener a los partidos políticos en una posición de defensa de lo poco que queda de independencia y democracia en nuestro país.

Me resulta altamente preocupante la situación que vive en este momento la oposición política en México, luego del desastre que resultó el proceso electoral del Poder Judicial que, nos guste o no, consolida la desaparición del equilibrio entre poderes, dándole al gobierno actual emanado del partido Morena el control de absolutamente todo.

Esas dos razones, la desaparición del equilibro de poderes, y la concentración de las decisiones en un gobierno, que en términos claros es de facto la desaparición de la República, debería tener a los partidos políticos en una posición de defensa de lo poco que queda de independencia y democracia en nuestro país. Pero no, no sucede así.

Lejos de ver una coordinación entre los tres principales partidos de oposición para reclamar los efectos a corto, mediano y largo plazo de la Reforma Judicial, da la impresión de que algunas de estas instituciones se han resignado a su pequeño tamaño numérico dentro del Congreso sin la posibilidad de mover nada. Sabemos perfectamente que la representatividad de la oposición fue mermada o, mejor dicho, fue robada por el partido Morena quien a base de triquiñuelas dejó en un 29 por ciento a los partidos que, con base en el resultado electoral de 2024 debió ser del 46 por ciento.

Esta atrocidad que le dio a Morena la mayoría simple y la mayoría calificada es la justificación una y otra y otra vez de la falta de acciones claras para tratar de detener esa pesada locomotora en la que se ha convertido el partido en el poder. Las preguntas concretas son: ¿Por qué no reacciona el Partido Acción Nacional? ¿Por qué no reacciona el Movimiento Ciudadano?, ¿Por qué no quieren ir en alianza al menos estos tres partidos?, ¿de verdad cree el PAN que solos y sin unidad podrán recuperar la mayoría en el Congreso? ¿De verdad piensa Acción Nacional que sin unidad podrán retener Querétaro y Chihuahua?

Aunque es claro el retroceso del Movimiento de Regeneración Nacional en los resultados electorales de Durango y Veracruz y qué decir de los 13 millones de asistentes a las urnas para la elección judicial cuando en 2024 lograron 36 millones, los números no son suficientes como para pensar que algún partido opositor pueda en solitario reconquistar la decencia en la política nacional. Lo que más me preocupa es que eso lo saben. PAN y Movimiento Ciudadano saben que, si hubieran ido en alianza en las elecciones de Durango y Veracruz, en el primer caso hubieran enviado a Morena al tercer sitio sin triunfo alguno, y en el segundo caso le hubieran arrebatado la mitad del estado.

Aun sabiendo esas realidades, no vemos una voluntad de conformar una gran alianza opositora de partidos políticos, que sume a las organizaciones políticas de la sociedad y a toda la oposición de la sociedad civil. Un ejemplo. A principios de esta semana solo el PRI acudió al Instituto Nacional Electoral para presentar una denuncia de nulidad para el proceso electoral judicial ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por estar plagado de irregularidades, inequidades y trampas.

Solo la dirigencia nacional del PRI, junto con destacados legisladores de ese partido tuvieron la valentía de enfrentar al aparato gubernamental y exigir la nulidad de ese montaje llamado elección judicial. ¿Dónde estaban los otros dirigentes? Tenían una oportunidad de oro de mostrar a la opinión pública de manera conjunta, a pesar de su mermado número en el Congreso, la cohesión y voluntad necesarios para iniciar una campaña sólida, con sentido y estrategia para la reconquista del Congreso en el 2027 y reconquistar la presidencia de la República en 2030. No lo hicieron.

Es una omisión que desde mi punto de vista tendrá un costo en tiempo, estrategia e imagen elevadísimo. En diversos espacios en medio de comunicación en los que participo, he insistido en la necesidad, vaya, en la urgencia de la construcción de un gran líder o lideresa que encabece los esfuerzos de una gran Alianza Nacional Opositora.

Con escritos, estatutos, ideas y masa la oposición no logrará el objetivo, y mucho menos si van en solitario. Podemos empezar con liderazgos locales como sucede con Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan Michoacán que arriesgando su vida misma ha levantado la voz para denunciar la corrupción de las instituciones gubernamentales y tratar, a pesar de todo, hacer bien su trabajo como servidor público. Se trata de un hombre valiente que esta demostrando a la sociedad mexicana opositora que sí se puede, a pesar de los reveses electorales que han sufrido estos partidos en elecciones anteriores.

Hoy el PRI es el único partido que ha convocado a todos a ir en unidad. Ojalá no se convierta en una voz en el desierto, por que una cosa es cierta, los partidos e instituciones que opten por la omisión a este llamado estarán ayudando en los hechos al partido en el poder.

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