Post-verdad Digital

Las barbas del vecino venezolano y el Foro de Sao Paulo

Estados Unidos quiere consolidar, nuevamente, su poder en la región y para eso es necesario que no haya gobiernos disidentes que estén aliados con enemigos como China, Rusia e Irán.

Por más que la 4T nos ha demostrado que está alineada con el gobierno de Maduro, es dificil que puedan demostrar su apoyo abiertamente, sobre todo en el escenario de una eventual intervención armada de Estados Unidos sobre Venezuela, lo que coloca al gobierno de México en una posición cuando menos incómoda.

El mensaje es claro: Estados Unidos quiere consolidar, nuevamente, su poder en la región y para eso es necesario que no haya gobiernos disidentes que estén aliados con enemigos como China, Rusia e Irán. Lo que convierte a la intervención en Venezuela no solo en un tema del control del petróleo en ese país, sino también para alinear al resto del continente con la Casa Blanca.

El golpe es duro para los países dominados por el Foro de Sao Paulo, cuyos representantes más acérrimos son, hoy por hoy, Venezuela, Brasil, Cuba, Colombia, Nicaragua, Honduras y la 4T en México. Que enfrentan el dilema de respaldar a Caracas o bajar el tono para evitar represalias diplomáticas, financieras, comerciales o hasta militares.

Es posible que una eventual caída del regimen venezolano genere un efecto dominó al meter presión sobre el “ecosistema” de la izquierda regional. Recordemos que el Foro de Sao Paulo es un espacio de articulación de partidos y organizaciones de izquierda en América Latina y el Caribe, convocado originalmente en 1990, con la participación de figuras como Lula da Silva y Fidel Castro, cuyo objetivo es coordinar esfuerzos de tras la caída del comunismo en la Unión Soviética. Aunque el Foro no equivale automáticamente a “gobiernos”, sí tiene gran influencia y coordinación entre actores alineados a la izquierda latinoamericana, además de funcionar como referencia política regional para múltiples corrientes de izquierda y sus redes.

Por supuesto, una de las características más importantes de los miembros del Foro de Sao Paulo ha sido que sus gobiernos buscan tomar y mantenerse en el poder a como dé lugar. Son en la práctica gobernantes autoritarios que abusan del sistema democrático para llegar al poder y posteriormente destruirlo. Falsean elecciones, dan golpes de estado, destruyen instituciones y contrapesos, reprimen al pueblo y encarcelan o matan a opositores, entre otros abusos. El modelo populista cubano es el abuelito de todos ellos y el venezolano era hasta el momento su experimentos más exitoso y que todos buscaban replicar en sus países.

Ejemplos de como actores políticos de diversos países están coordinados y se protejen entre sí hay varios, el más reciente es el asilo político que dio la Embajada Mexicana en Perú a la política de izquierda Betssy Chávez y que llevó a que el país sudamericano declarara persona non grata a la presidenta Sheinbaum. O el escándalo por la irrupción de la policía ecuatoriana en la Embajada Mexicana en Quito, donde se le había dado asilo al ex vicepresidente correísta Jorge Glas, acusado de acoso sexual. También están los médicos cubanos traídos a México prácticamente en calidad de esclavos y las células bolivarianas que asesoran a diversos miembros de Morena y que incluso han tenido presencia en la UNAM y en colonias de la CDMX.

Por eso, cuando Washington escala su presión sobre Venezuela, el impacto no se limita a Caracas. También condiciona, en mayor o menor medida, a gobiernos considerados cercanos a esa órbita ideológica, donde se vuelven más costosas las defensas públicas, las fotos y los comunicados que suenen a alineamiento automático.

En el caso mexicano, el margen de maniobra es especialmente estrecho. Además de que la hoy violada Constitución Mexicana obligaba a conducir la política exterior bajo principios como “no intervención, solución pacífica de controversias y proscripción de la amenaza o uso de la fuerza”, está el dato duro que explica el principal incentivo para mantenerse “prudentes”. Y es que el comercio de bienes entre Estados Unidos y México fue de 839.6 mil millones de dólares en 2024, y el de servicios sumó 95.6 mil millones.

A lo anterior hay que agregar la renegociación del tratado de libre comercio para el próximo año y las próximas elecciones intermedias de nuestro vecino del norte, donde suelen agarrarnos de piñata. En un contexto así, el margen para una confrontación política prolongada con Washington es limitadísismo ya que cualquier fricción puede contaminar agendas sensibles como comercio, inversión, seguridad fronteriza y coordinación migratoria.

Así que, seguramente la postura de la 4T será quedarse callados, pero, muy probablemente también tiendan la mano a recibr nuevas oleadas de migrantes venezolanos, estos alineados con el régimen totalitarista bolivariano, que en este escenario tendrían reducidas posibilidades de huir a otros países.

Estamos viendo las barbas de nuestro vecino ya remojadas y listas para cortarse, sería bueno tomar nota.

En otras latitudes digitales…

Por fin salió Gertz Manero de la PGR, varios pensabamos que iba seguir ahí incluso desde el más allá… Llega Ernestina Godoy, cercana a Claudia Sheinbaum, esperemos haga mancuerna con García Harfuch para el tema de seguridad.

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