Post-verdad Digital

Breve historia de la manipulación digital en México

Con la llegada del internet y posteriormente de las redes sociales esta manipulación se empezó a romper.

La principal función de los medios de comunicación, desde la óptica de la clase política, es manipular la opinión pública de la población. Los últimos 100 años el control de los medios impresos, el cine, la televisión y la radio han sido fundamentales para los gobiernos, que mientras más tiránicos se volvían, más controles implementaban silenciando voces de cualquier oposición.

Sin embargo, con la llegada del internet y posteriormente de las redes sociales esta manipulación se empezó a romper.

De hecho, en México, la historia del desarrollo de contenidos digitales para manipulación de la opinión pública viene mucho antes de la llegada de las redes sociales. Es la izquierda en nuestro país la que ha marcado la vanguardia en la adopción e implementación de estas estrategias, donde uno de los primeros casos documentados, es la aparición del conocido portal informativo “El Sendero del Peje” de Federico Arreola, el cual se lanzó como una estrategia para atacar a Felipe Calderón durante su campaña presidencial en un lejano 2006. Posteriormente el medio cambio de nombre a SDP Noticias (por sus iniciales Sendero del Peje) e incluso fue comprado, en parte, por Televisa en 2017.

Posteriormente, con la llegada y popularización de las redes sociales en 2008 – 2010 se dio un gran cambio que el gobierno no se esperaba y fue Peña Nieto a quien tomaron por sorpresa. La historia comienza con dos escándalos que mostraron el poder de estos medios. El primero fue en 2013 con “Lady PROFECO” que provocó la caída del titular de la PROFECO Humberto Benítez al viralizarse un video de su hija Andrea amenazando con cerrar un restaurante usando el cargo de su papá para amedrentar a los meseros. Y sí, de aquí vienen todos los “Lords y Ladys” ya tan arraigados a nuestra cultura popular. El segundo fue la salida de David Korenfeld como titular de CONAGUA cuando en 2015 se viralizó un video suyo subiéndose a un helicóptero con toda su familia para irse de vacaciones.

Después se dieron los casos de la Casa Blanca y los 43 de Ayotzinapa que también se levantaron en la opinión pública por medio de bots y trolls de izquierda, quienes de manera altamente efectiva estrangularon las comunicaciones oficiales y en el caso Ayotzinapa incluso pudieron imponer la narrativa de culpabilidad del gobierno federal, cuando había hasta fotos del presidente municipal de la localidad con López Obrador. Esta estrategia se mantuvo y se hizo más grande durante todo el sexenio de AMLO y se le agregaron los medios e influencers oficiales que hoy ya todos conocemos y son asiduos en las mañaneras presidenciales.

De hecho, hoy en día,ha fluctuado tanto la influencia de las redes sociales que ¿quién se imaginaría hoy a un funcionario de la 4T renunciando a su cargo porque lo vieron subirse a un helicóptero oficial con su familia? Ese es el punto de todo esto, si bien cada vez que hay algún avance tecnológico que de manera directa y eficiente influye sobre la opinión pública, siempre hay un periodo de impacto, un posterior aprendizaje colectivo sobre el manejo de estos medios y finalmente se da una especie de vacuna. En el caso de las redes sociales esta vacuna fue la “posverdad” una forma de narrativa donde no importaba la realidad o la evidencia de los hechos, todo se podía negar o arreglar con mentiras siempre que haya un grupo que te apoye en redes y crea todo lo que dices.

Algo similar va a pasar con la entrada de las inteligencias artificiales que hoy pueden emular videos de personas para hacerlos parecer reales y crear contenidos de manera automatizada para influir en la opinión pública. Primero causarán un impacto en la sociedad muy importante, pero poco a poco aparecerán los mecanismos para mediar esta influencia. El nombre del juego es el mismo de siempre y se llama: CREDIBILIDAD.

En medio de todo el posible caos que esto pueda generar, es muy probable que los medios de comunicación más tradicionales vuelvan a retomar un papel importante dentro de la sociedad, siendo ellos quienes asuman la responsabilidad de verificar la realidad o no de una información y retomen la confianza de la sociedad en ellos, que hoy se ve disuelta ante la gran cantidad de influencers y oferentes de contenidos.

En otras latitudes digitales…

En la elección del hoy subordinado Poder Judicial se vio clarísima la mano de ya sabes quién, que sigue controlando el poder político nacional por encima de la mandataria actual. No hay cúpula sin estructura.

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