La propuesta enviada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que tiene como presidente desde septiembre a Ángel Cabrera y por el Banco de México (Banxico) con Victoria Rodríguez ha levantado todo tipo de reacciones, y la gran mayoría encuentra algunos puntos positivos, pero a su vez aseguran que pone en riesgo la competencia y la inversión en el sistema de pagos mexicanos.

El eje central de la propuesta es la reducción de las cuotas de intercambio, es decir, la comisión que el banco adquirente paga al banco emisor cada vez que un cliente paga con tarjeta, lo que hay que recordar es que son la principal fuente de ingresos para los emisores y sirven para cubrir costos de operación, riesgos y programas de recompensas, ojo en este último punto.
Actualmente los límites vigentes son hasta 1.91 por ciento por operación con tarjeta de crédito; hasta 1.15 por ciento por operación con tarjeta de débito, con un promedio ponderado de 0.69 por ciento según Banxico. Ahora el nuevo proyecto propone topes máximos de 0.6 por ciento para crédito y 0.3 por ciento para débito, es decir, una reducción de hasta 70 por ciento, a lo que hay que sumar que así como sucede con las Afores, ahora las instituciones sujetas a estas reglas deberán registrar anualmente las cuotas ante Banxico, justificar su cálculo con base en costos reales, y además, estarán sujetas a posibles ajustes ordenados por la autoridad, es decir, los planes de inversión o de ingresos que proyecten tendrán que esperar a que les autoricen.

Aquí hay como explicábamos ayer, ganadores y perdedores y tanto la Asociación de Bancos de México (ABM) que preside Emilio Romano y la de Agregadores de Pago que ha llevado Myriam Cossío han estado revisando, ya que por un lado serán los emisores digitales o bancos nuevos los más perjudicados, pues su modelo de negocio —basado en la emisión masiva de tarjetas y el pago de recompensas o cashback— depende de los ingresos por intercambio, por lo que muchos de esos programas podrían decir adiós.
Y esto debido a todas las obligaciones que ahora tendrán que cumplir desde reportes regulatorios más frecuentes, trazabilidad en las comisiones y lo que ya existe que es la prohibición de prácticas comerciales como ventas atadas, subsidios cruzados o exclusividades.
Los que ganan serán los comercios y adquirentes —los intermediarios que procesan los pagos—, ya que tendrán cuotas más bajas, los comercios pagarían menos por aceptar tarjetas, y los adquirentes mejorarían su rentabilidad. También los agregadores de pagos, empresas que conectan a pequeños negocios con las redes de tarjetas ganan, ya que el proyecto reconoce su figura jurídica, exige separar cuentas y evita que sean bloqueados o intermediados por grandes bancos, hasta ahí todo suena bien.
Pero dado el esquema, se prevé menos inclusión financiera pues las cuotas de intercambio financian la expansión de tarjetas en segmentos no bancarizados; reducirlas podría frenar la emisión y uso, los grandes bancos sí ganarán, aunque ojo también es relativo, ya que al final tendrán que absorber la pérdidas o dejar de dar incentivos, con lo cual los clientes pierden, y al recibir menos recursos por esa vía las inversiones en prevención de fraude y autenticación podrían afectarse.
Además a nivel internacional, nuestro país quedaría por debajo de estándares internacionales, ya que en la Unión Europea las cuotas son de 0.2 por ciento a 0.5 por ciento; en Estados Unidos, entre 0.7 por ciento y 1.5 por ciento.
Es cierto, que el objetivo es abaratar costos para comercios y usuarios, pero de aprobarse sin cambios, redefiniría el modelo de negocio de los bancos emisores y reconfiguraría todo el ecosistema de pagos en México, lo que podría afectar la competencia, además de dejar la duda si el país está viendo el camino de topes en servicios, y si esto abre la puerta a otros “topes” en el sector financiero y si podría haber más en otras industria, la línea es muy delgada.
México vuela bajo
La decisión del Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT) para frenar el crecimiento de las líneas aéreas mexicanas hacia aquel país no debería ser una novedad para el gobierno de México, ya que el riesgo existía y de hecho nunca desapareció y la secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes que lleva Jesús Esteva lo sabía.

Tan así que por la orden emitida hace unas semanas las aerolíneas, Aeroméxico que lleva Andrés Conesa, Volaris con Enrique Beltranena y Viva con Juan Carlos Zuazua, estaban informando permanentemente al DOT sobre nuevas rutas o incremento de frecuencias.
El congelamiento que inició tanto de las rutas que ya operaban como de las nuevas, no es más que una llamada de atención de Estados Unidos para que México comience a atender este tema, si es que le interesa defender al sector aéreo nacional, como si lo está haciendo el gobierno de Donald Trump que busca que en el Mundial sea el vecino país quien tenga todas las facilidades para recibir turistas por esa vía.
Para American Airlines, United, Delta, Southwest, Spirit, Alaska, Allegiant, además de las líneas de carga, este momento es crucial para aumentar su participación de mercado y tomar ventaja del descuido que ha tenido la Agencia Federal de Aviación Civil, y las autoridades aeroportuarias para cumplir el acuerdo bilateral.
MiPymes: Fábrica de Negocios (y de sueños)
Hoy arranca en el Estado de México gobernado por Delfina Gómez un evento que ha generado grandes expectativas entre emprendedores y pequeñas empresas de esa entidad y es la llamada “Fábrica de Negocios” en el Centro de Convenciones y Exposiciones de Toluca.
El encuentro reunirá a más de 14 cadenas y marketplaces nacionales, incluyendo Amazon, Oxxo, Super Kompras y Nutrisa, con un objetivo claro: abrir canales para que las MiPymes mexiquenses coloquen sus productos en grandes plataformas de venta y distribución.
La Secretaría de Economía de la entidad (SEDECO) a cargo de Laura González Hernández, tiene registrado que hay 13.02 por ciento de micro, pequeñas y medianas empresas a nivel nacional. En los primeros siete meses de este año se crearon 749 mil empleos formales representando el 55.4 por ciento de los puestos de trabajo generados en el país. También hay que mencionar que en el evento participan los estados que conforman la zona centro: Edomex, Puebla, Tlaxcala, Querétaro, Hidalgo, Morelos, Michocán y la CDMX, por lo que será un encuentro a seguir, ya que los emprendedores podrán presentar directamente sus productos a compradores corporativos, cerrar contratos y colocarlos en el mercado, mientras acceden a programas de capacitación y asesoría para cumplir con estándares de venta y logística.
Seguridad biométrica avanza
La banca digital está en plena carrera por asegurarse de que sus procesos automatizados no saboteen la confianza de sus clientes. IBM Security reporta que el costo promedio de una brecha de datos ronda los 4.8 millones de dólares, y más del 30 por ciento involucra sistemas de IA mal configurados.
Ahí es donde hoy están los focos y las empresas buscan cerrar la puerta, ya que los estafadores suelen ser los primeros en adoptar nuevas tecnologías, por lo que el sector financiero busca nuevos productos y sevicios, hay que ver Agentic Identity que combina biometría resistente a deepfakes con análisis de comportamiento, para que cada “actor – agente” tenga un respaldo humano al que se le pueda pedir cuentas, producto diseñado por Incode que lleva Ricardo Amper.

Para el sector bancario, esto significa que cuando un agente autónomo realice una transferencia, tome una decisión crediticia o incluso interactúe con un cliente, no será un “bot sin rostro”, sino un sistema operando bajo permiso concreto, con identidad, alcance delimitado y registro, a seguir las innovaciones.
Por lo pronto, la moneda está en el aire.