Las obras de infraestructura como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas en Paraíso, Tabasco o el Aeropuerto de Tulum siguen siendo el foco de atención de más de una empresa e intermediario financiero especializado, y aun cuando los dos primeros están ya en plena marcha y con avances, para este tipo de firmas aún hay oportunidad de poder participar en alguna forma, ya que hasta ahora han estado excluidas.
Figuras como uniones de crédito o las sociedades financieras de objeto múltiple (Sofomes) no descartan que en estos proyectos puedan participar en alguna de las cadenas de proveeduría o bien atendiendo a terceros que hoy ya fueron elegidos. Aunque en ‘el peor’ de los casos, la dinámica que están generando o generarán impulsará el consumo en la zona y verán una reactivación económica más directa y no necesariamente asociada al turismo como es en Quintana Roo, por ejemplo.
Platicando con los empresarios de esas entidades del país como con Juan Manuel Ponce, que preside la región sureste de la Asociación de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple de México (Asofom), tienen la expectativa de que estas instituciones no bancarias participen de alguna forma en estos grandes megaproyectos, tales como el aeropuerto de Tulum, que cambiaría por mucho la cara de esos municipios con la llegada de más viajeros, o el Tren Maya, que tendrá un impacto en el futuro también en la región (de concretarse, claro está), pero desafortunadamente eso aún es algo que no se visualiza para estas figuras financieras y es algo que les preocupa y ocupa.
Si bien, por ejemplo, el corredor entre el aeropuerto de Cancún hasta Tulum es ya una zona totalmente llena de proyectos de vivienda de todo tipo, desde lujo hasta accesible para los trabajadores de todos esos complejos turísticos, hay construcción de plazas comerciales para marcas de lujo o para los residentes o habitantes permanentes, un nuevo aeropuerto detonaría aún más esa parte del sureste, pero lo más importante, coincidieron directivos de Sofomes, es que se debe tener una política que cambie la visión de la inversión en infraestructura.
Aunado a eso, como bien decía Enrique Presburger, presidente de la Asofom, son estas financieras quienes están dispuestas a correr los riesgos y le prestan a los empresarios locales, por ende, también esperarían que en estos grandes proyectos a los que aún les falta mucho camino para que se concluyan, los diferentes intermediarios financieros sean invitados a participar, ya que han demostrado su cercanía con las Pymes, para lo cual esperan que fluya el financiamiento de la mano de la banca de desarrollo y puedan ser integradas más figuras financieras, ojalá se logre.
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Y en el otro lado de la moneda, el 2022 es el año de los festejos de 20 años de varias empresas. Empezaron en Banco Azteca, y ahora sigue esta semana el café de la sirena –Starbucks–, que cumple también dos décadas en México, y para festejar anunció, como ya saben, la inversión por más de cuatro mil 500 millones de pesos en los próximos cuatro años, por lo que verán más cafeterías en todo el país de la mano de más de seis mil empleos aproximadamente, una buena presentación para su director Armando Torrado, habrá más cafeterías que nunca; quien también estará de ‘manteles largos’ y e incluso hará el tradicional campanazo en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) será Toyota Financial Services de México, que por un lado celebrará 16 años de su listado y dos décadas de operar en el país. Sin duda, pese al ambiente económico que se vislumbra complicado, las empresas mantienen perspectivas positivas para sus negocios.