Moneda en el Aire

Sofomes: ‘vacunadas’ contra contagios

Además de atender millones de clientes, son un sector que no representa un riesgo sistémico o de contagio, ni un colapso pronto de estas figuras.

Si hay un sector que ha ido de la mano de las Pymes y que en plena pandemia logró mantener el fondeo en los últimos años, son las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), ya que uno de cada cinco pesos es prestado por ellas, aunque eso no significa que estos 16 años de operación hayan sido fáciles.

En lo que esperan sea el encuentro más grande del sector, luego de los bancos, esta semana prevén reunir a más de 800 asistentes en su convención anual que regresa a ser presencial en el sureste del país, en donde con participantes igual de instituciones bancarias y unicornios, esperan encontrar el punto justo para que la industria financiera siga creciendo y siendo un brazo de apoyo para las empresas; tarea nada fácil dado el entorno actual.

Enrique Presburger, presidente de la Asofom, tiene claro que además de atender millones de clientes, son un sector que no representa un riesgo sistémico o de contagio, ni un colapso pronto de estas figuras, pero sí es un hecho que las noticias generadas por Crédito Real y Unifin han afectado a todos, desde clientes a inversionistas institucionales, por lo que podrían ‘pagar justos por pecadores’.

Y esto, porque pese a esas noticias hay que reconocer que la industria en general ha tenido un año de crecimiento en sus negocios, aunque hay mayor rigidez en el tema de liquidez por esos dos casos, por lo que una solución para evitar problemas a un sector que ha estado al pie de las Pymes es quizá que el gobierno federal manifieste explícitamente que no hay riesgo de contagio y trabaje en dar un apoyo de liquidez a quien lo necesite, porque de manera individual las Sofomes –hoy se puede asegurar–, se encuentran estables y continúan trabajando, pero dado el momento que se ha vivido con esas dos empresas relacionadas al sector, requieren el apoyo de la banca de desarrollo para no depender de los mercados al 100 por ciento, por lo que se necesita aplicar políticas públicas enfocadas en trabajar con estos intermediarios.

Para la Asofom lo que más preocupa es que no hay una percepción correcta del riesgo del sector, cuando han diseñado esquemas novedosos de financiamiento y han mantenido buenos niveles de control con la banca de segundo piso con la que operan, pero la imagen del sector se ha afectado y desafortunadamente queda poco margen de maniobra.

Hay mucho trabajo por hacer, pero ojalá que así como se realiza el análisis de otros intermediarios que han quebrado, por ejemplo bancos, y que no afectan en nada a los otros participantes del sector, las Sofomes reciban esta oportunidad de ser valoradas y analizadas por su desempeño individual y poder así seguir teniendo acceso al financiamiento tan escaso y caro que hoy se tiene, pero del que dependen millones de pequeños negocios en el país; ya les platicaremos cómo se ve el panorama desde la convención.

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Y en el otro lado de la moneda, interesante fue la Convención de la Amsofipo que rompió récord de asistentes, y quizá mucho tuvieron que ver los temas seleccionados por el Consejo, desde David Romero hasta su directora Miriam Chávez, ya que se plantearon desde las propuestas de cambios regulatorios que podrían ayudar a que de manera más ágil estas figuras pudieran integrar a sus operaciones modelos novedosos digitales, hasta experiencias de primera mano de aquellas Sofipos que ya lo lograron de las cuales hay muchas historias que contar y que podrían servir no solo a otros Sofipos, sino a otras figuras reguladas que les ha costado dar el salto al uso de la tecnología para mejorar sus servicios, aunque hay que aclarar que a veces no es porque no quieran o no tengan los recursos, sino que la regulación y la aprobación de las autoridades es un proceso más que largo. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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