La reciente formación del Grupo de Trabajo en Mercado para Activos Digitales en Estados Unidos, bajo la administración del presidente, Donald Trump, marca un hito significativo en la aceleración de la transformación digital. Este grupo, liderado por David Sacks, otro miembro de la famosa “Mafia PayPal”, busca reactivar la economía estadounidense mediante la integración de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y los activos digitales. En México, iniciativas similares están tomando forma, destacando la importancia de la convergencia tecnológica para el desarrollo económico.
La economía digital ha demostrado ser un motor para el crecimiento económico global. En 2024, la inteligencia artificial alcanzó los 300 millones de usuarios, con una proyección de superar los 500 millones para 2028. Este crecimiento no solo refleja la adopción masiva de herramientas basadas en IA, sino también las inversiones significativas en infraestructura digital.
En este contexto, de acuerdo con un estudio de Mordor Intelligence, la gestión de activos digitales alcanzó un valor estimado de 5.27 mil millones de dólares en 2024, con una proyección de crecimiento anual compuesto del 15 por ciento, lo que llevaría al sector a duplicar su valor en 2029.
En México, el Maestro José Antonio Quesada Palacios, director de Alianza para la Inclusión Financiera (AFI, por sus siglas en inglés) y presidente del Colegio Nacional de Consejeros Profesionales, está por publicar su libro “Normatividad Bancaria 2025: análisis y perspectivas de una industria en disrupción”.
En este, el capítulo sobre la regulación de los criptoactivos, subraya la necesidad de alinear nuestro marco regulatorio con el americano para fomentar la innovación dentro del sector bursátil. Escrito por Eduardo Rodríguez, presidente de FlatStone Capital Markets LLC y su equipo, quienes por su experiencia en Sandbox regulatorios de Canadá, Europa y el Reino Unido fueron precalificados por el Banco de Inglaterra para participar en el nuevo Sandbox digital en Londres, luego de pivotear a Wyoming en 2024.
Se encuentra en pláticas la creación de una iniciativa conjunta entre AFI y FlatStone para desarrollar un Playbook Digital que permita al sector financiero nacional facilitar la integración de la inteligencia artificial y los activos digitales para apoyar la economía nacional.
La convergencia de los activos digitales y la inteligencia artificial no solo es una estrategia central de la administración de Trump, sino también una oportunidad para que México se posicione como líder en la economía digital.
El Comité Técnico Nacional de Transformación y Economía Digital del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) se suscribe a dichas iniciativas y ha destacado la necesidad de revisar la reforma Fintech para permitir la tokenización del crowdfunding.
Esta revisión podría combinarse con nuevas iniciativas para financiar a las Pymes dentro de un modelo simplificado, presentado recientemente. Como indica Rodríguez de FlatStone, la tokenización reduce los costos y tiempos al automatizar procesos, democratizando el acceso al capital para empresas y startups.
La relevancia de estas iniciativas a nivel macroeconómico es innegable. Recortar el costo del capital impulsa la innovación y la productividad, facilitando nuevos modelos de negocios. Como he escrito en otras publicaciones del IMEF, Banco de México ha dicho que la digitalización podría aumentar hasta el PIB en un 2m por ciento anual. Este crecimiento económico se traducirá en una mayor competitividad global y en una mejora significativa en la calidad de vida de los ciudadanos.
La transformación digital y la regulación de activos digitales son esenciales para el desarrollo económico sostenible y por tal razón, el Comité Técnico Nacional de Transformación y Economía Digital del IMEF, que tengo el honor de presidir, ponemos el dedo sobre el tema.
Estas iniciativas son fundamentales hacia la creación de un ecosistema financiero más inclusivo y resiliente. La convergencia de la inteligencia artificial y los activos digitales no solo representan una oportunidad para reactivar la economía, sino también para renegociar TMEC reposicionando a México como líder a nivel global.