Contracorriente

La política comercial estadounidense se ha ido apartando del propósito elemental de cualquier economía, que es el de maximizar el beneficio propio, para tratar de impedir el ascenso económico de sus competidores, especialmente el de China.

Donald Trump sabe bien cómo crear un enemigo imaginario para presentarse como salvador con poderes que le permiten atropellar los derechos humanos y violar acuerdos internacionales.

Parece que el gobierno de Donald Trump ha focalizado sus estrategias en los aspectos económicos y políticos internos, para evitar el avance de China en la hegemonía global.

Además de las sociopatologías de los supremacistas de la Casa Blanca, el gobierno de Claudia Sheinbaum tiene que lidiar con la hipocresía de la administración estadounidense.

Víctor L. Urquidi hizo aportaciones, algunas precursoras, a la búsqueda de caminos para la construcción de sociedades más justas en América Latina.