Estamos a menos de un mes del año nuevo. Como cada año, intentaré resumir lo que considero será más importante a nivel global y para nuestro país. Comienzo con la parte global en cinco puntos:
(1) Generalidades. 2026 será el año del “caballo de fuego”, según el horóscopo chino. La población mundial alcanzará los 8,300 millones de personas (9 mil millones de personas se proyectan hasta 2037) y entre los eventos más relevantes a nivel global estarán la Copa del Mundo de Futbol en los Estados Unidos, Canadá y México (11 de junio al 19 de julio) –en donde la inauguración será en la Ciudad de México el 11 de junio en el Estadio Banorte (antes Azteca) y la final se jugará en el MetLife Stadium en Nueva York–, y también se llevarán a cabo las Olimpiadas de Invierno en Cortina, Italia (del 6 al 22 de febrero). Asimismo, el gobierno de los Estados Unidos presidirá el G20 por primera vez desde 2008 que se creó y en la que lideró al grupo en 2009 y las reuniones anuales de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) se llevarán a cabo en la ciudad de Bangkok, en Tailandia.
(2) Otro año centrado en los Estados Unidos. A diferencia de otros años en los que los grandes temas a nivel global se encontraban más equilibrados entre países y regiones, este año la atención ha estado puesta en los cambios de política que ha llevado a cabo el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y las consecuencias de dichas decisiones. De hecho, hace un año escribí que “…las acciones que decida emprender el presidente electo (en ese momento) Donald Trump una vez que tome posesión este 20 de enero, representan el riesgo más relevante para el mundo el año que entra” y agregué que “…casi con esto podría terminar esta columna, sin ahondar más” (“¿Qué nos depara 2025?”, 3 de diciembre, 2025). Ahora la pregunta es ¿Cómo será 2026? En este sentido, considero que a pesar de que aparentemente los cambios más relevantes que ha instrumentado el presidente Trump quedaron atrás tanto en temas económicos, como comerciales y geopolíticos, es muy posible que 2026 vuelva a ser un año en el que la atención estará enfocada en los Estados Unidos.
Eventos y circunstancias afianzarán el enfoque centrado en EU. Las decisiones que ha tomado Trump en temas geopolíticos este año han sido clave y es muy factible que continúen teniendo repercusiones en 2026. Tal es el caso de la operación militar para minar los esfuerzos nucleares en Irán en junio pasado, así como la intervención en las negociaciones de cese al fuego en Rusia y Ucrania, así como en India y Paquistán y en el conflicto Israel-Hamás. También destaca la intervención directa para apoyar a los presidentes Milei de Argentina, Noboa de Ecuador y Bukele de El Salvador, al más puro estilo de la ‘Doctrina Monroe’ y los ejercicios militares alrededor de Venezuela, aunados a los comentarios sobre el deseo de un cambio de régimen en Venezuela y el corte de las elecciones en Honduras. Pero, además, por si fuera poco, en 2026 hay eventos globales y otras circunstancias que ponen a los Estados Unidos en el centro de la discusión geopolítica y económica a nivel mundial. Como comenté al inicio, en 2026 los Estados Unidos van a liderar el G20, será uno de los tres países en los que se lleve a cabo la Copa del Mundo de futbol soccer y llevará a cabo celebraciones con ‘bombo y platillo’ del 250 aniversario de la declaración de su independencia.
(3) Posible cambio de las políticas de Trump hacia el interior del país. Una diferencia importante en 2026 puede ser que en contraste con el enfoque externo que tuvieron las políticas de Trump este año, los incentivos del presidente Trump el año que entra estén más orientados a lograr objetivos internos, con la instrumentación de políticas que impulsen el crecimiento económico de los Estados Unidos y mejoren el poder de compra de sus ciudadanos, hacia las elecciones intermedias de noviembre de 2026, en donde se renovarán las 435 curules de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado (34 asientos). Si bien considero que los resultados de las elecciones recientes para alcalde de Nueva York, así como las gubernaturas de los estados de Nueva Jersey y Virginia a favor de Partido Demócrata, no son representativas del sentimiento a nivel país, sí tienen un componente que comparte toda la población: La preocupación de que Estados Unidos se está haciendo muy caro para los propios estadounidenses. La economía estadounidense puede ser impulsada al menos por cinco fuerzas: (a) La reforma fiscal “One Big Beautiful Bill”; (b) las políticas de desregulación; (c) el ciclo manufacturero post-Covid; (d) la inversión masiva en inteligencia artificial (AI); y (e) la política monetaria.
(4) Retos importantes. No obstante lo anterior, existen al menos tres retos muy relevantes: (a) Incrementos de precios por la imposición de aranceles que aún no se ha manifestado; (b) los ataques a la autonomía del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), así como el posible reemplazo del actual presidente Jerome Powell; y (c) los efectos de la política migratoria del presidente Trump.
(5) Mercados financieros a nivel internacional. Una de las grandes preguntas que tienen los participantes de los mercados financieros es ¿Qué tanto camino le queda por recorrer al incremento de los precios de las acciones del sector tecnológico relacionado con AI, semiconductores y criptoactivos? Sin embargo, también se preguntan si continuará la debilidad del dólar hacia delante y cuál será el comportamiento del precio de las materias primas o commodities.
En las siguientes ediciones de la presente columna comentaré sobre los temas aquí tratados con más detalle.