Perspectiva Global

¿Quo vádis crecimiento?

Se ve difícil que la economía mexicana vaya a observar una contracción este año. Inclusive, el PIB del país registraría una tasa de crecimiento positiva este año.

Como dice el clásico: “Una buena y una mala”. La mala es que al revisar el reporte de oferta y demanda agregada del primer trimestre de este año, el crecimiento de enero a marzo no estuvo sostenido por el consumo de los hogares ni la inversión, sino por el comercio internacional. Es decir, por el adelanto de las exportaciones de bienes a los Estados Unidos para evitar los aranceles que entraron en vigor en abril. La buena es que la aproximación del PIB mensual de abril (IGAE) observó un crecimiento de 0.5 por ciento con respecto a marzo y de 1.4 por ciento con respecto a abril del año pasado, a pesar de que se instrumentaron los aranceles. Así, se ve difícil que la economía mexicana vaya a observar una contracción este año. Inclusive, considero factible que el PIB de nuestro país registre una tasa de crecimiento positiva este año (0.7 por ciento vs 0.1 por ciento del consenso de analistas en varias encuestas).

En cuanto al reporte de oferta y demanda agregada del primer trimestre de 2025, que nos brinda la composición del PIB de lado de la demanda agregada, la inversión registró una contracción trimestral de 4.0 por ciento, seguido por el consumo, que observó una caída de 0.4 por ciento, por lo que hasta este punto, el 93 por ciento del PIB cayó en el primer trimestre del año. No obstante lo anterior, el PIB terminó creciendo 0.2 por ciento en 1T25, principalmente explicado porque las exportaciones crecieron 1.1 por ciento y las importaciones cayeron 4.3 por ciento, que junto con un crecimiento del gasto público de 0.4 por ciento, sobrecompensaron las caídas del consumo y la inversión. Como comentaba al inicio, con el fin de evitar el pago de aranceles que comenzaban a aplicar en abril, hubo una aceleración importante de las exportaciones hacia Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.

Por el lado de la aproximación mensual al PIB de lado de la oferta agregada o IGAE (Indicador Global de Actividad Económica), éste registró un crecimiento mensual de 0.5 por ciento en abril. Este indicador estuvo principalmente impulsado por el sector servicios y la producción industrial, que observaron tasas de crecimiento mensual de 0.9 y 0.1 por ciento, respectivamente, que sobrecompensaron la caída de 3.7 por ciento de la producción agropecuaria. De esta manera, el PIB registró una tasa de crecimiento de 1.4 por ciento con respecto a abril del año pasado. En mi opinión, no solo le doy la bienvenida a un resultado positivo de crecimiento en nuestro país, sino que además, éste haya ocurrido justo en el mes en el que el gobierno de los Estados Unidos impuso aranceles a las importaciones de una gran cantidad de bienes producidos en nuestro país.

No tengo duda de que el crecimiento en México será bajo este año. La diferencia que tengo con la mayoría de mis colegas es sobre el número en sí, i.e. qué tan bajo va a ser (“Los reportes trimestrales de PIB y de Pemex”, 6 de mayo y “Descifrando el PIB”, 25 de febrero). Nuestro país se encuentra viviendo un choque dual. Por el lado global, desde el año pasado las elecciones en los Estados Unidos, tema que exacerbó la incertidumbre al ver que el en ese entonces expresidente Trump estaría en la boleta y que después ganara y no solo amenazara con imponer aranceles, sino que los haya instrumentado. Por el lado local, las elecciones en México, así como el hecho de que el partido en el poder haya obtenido una victoria arrolladora –con mayorías constitucionales en ambas cámaras y en la mayoría de los gobiernos estatales–, y que el expresidente López Obrador hubiera emprendido una cruzada para aprobar las reformas que había propuesto en febrero del año pasado, que incrementaban la incertidumbre legal, sobre todo la reforma al Poder Judicial (“¿Puede el Presidente echar a perder su sexenio?”, 11 de junio, 2024 y “¿Puede la reforma del presidente mejorar el Poder Judicial de nuestro país?”, 2 de julio, 2024).

Ambos choques tuvieron un impacto significativo en la confianza de los inversionistas, así como de los empresarios. En este sentido, un indicador que me parece que describe con mayor precisión lo que está ocurriendo en el ambiente de negocios en México para la inversión es el que construye el INEGI a partir de la opinión de empresarios sobre si es buen momento para invertir en la industria de la construcción. Este índice cayó de un nivel de 36.4 puntos en agosto de 2024 a 26.2 en septiembre de 2024, respondiendo a las declaraciones del expresidente López Obrador sobre la aprobación de sus reformas. Más tarde el índice sufrió otra fuerte caída cuando el candidato republicano Donald Trump gana la elección presidencial en EU (-12.4 por ciento, de 27.7 a 24.3). Por último, el indicador observó una drástica caída de 25 por ciento de enero a febrero, ubicándolo en 17.2 puntos, después de la toma de posesión del presidente Trump. Sin embargo, ya se ha recuperado un poco. Al parecer, lo peor de la política comercial de EU y de la reforma judicial –habiendo pasado ya la elección judicial–, ya quedó atrás y de manera similar al comportamiento de los mercados financieros internacionales, pero de manera menos volatil y algo rezagada, el indicador de confianza en México se ubicó en 23.4 en mayo. Todavía hay una gran cantidad de riesgos tanto a nivel global, como nacional. Por ahora, considero que el pragmatismo y los cambios en materia de energía y seguridad de la presidenta Sheinbaum, en conjunción con una segunda ola de relocalización (‘nearshoring’) apoyarán a nuestro país para volver a crecer al menos alrededor de 2.3 por ciento de manera sostenida.

A Fernando Solís Camara y Jiménez Canet: Querido Fer, te acompaño en la sentida pérdida de tu mamá, la señora Beatriz Jiménez Canet Cordero, que en paz descanse, especialmente tras la partida de tu papá hace apenas unos meses. Recibe un abrazo fraternal con cariño en estos momentos difíciles.

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