Si platicamos de una crisis bancaria en los Estados Unidos con consecuencias globales y un cambio relevante en la política monetaria en dicho país, seguida de una guerra en Europa, la más relevante hasta ese momento, una pandemia relacionada con un virus proveniente de China que afecta vías respiratorias con graves consecuencias, algunos años de alto crecimiento en los Estados Unidos, que termina con el gobierno de dicho país imponiendo aranceles, no estoy hablando de lo que está ocurriendo ahora. Hace cien años, el mundo observó “el pánico de 1907”, una gran crisis bancaria en los Estados Unidos que los grandes empresarios y banqueros de la época, incluyendo a John Pierpont Morgan y John D. Rockefeller, lograron mitigar. Esto brindó las bases empíricas para que el gobierno de los Estados Unidos modificara la forma en la que se hacía la política monetaria hasta ese momento con la fundación del Sistema de Bancos de la Reserva Federal en 1913, al que hoy se le conoce como Fed.
Asimismo, la “Gran Guerra” o “Primera Guerra Mundial” se llevó a cabo de 1914 a 1918 entre los “Aliados” y las “Potencias Centrales”, principalmente en Europa. Acto seguido, apareció un brote terrible de influenza en el estado de Kansas, en Estados Unidos, que se convirtió en pandemia. Se dice que este virus se contrajo por primera vez por trabajadores chinos y la llevaron a Europa. A este episodio se le llamó “influenza española”. Se dice que se le llamó así debido a que como España no participó en la Primera Guerra Mundial, la prensa era más libre que la del resto en Europa –informando continuamente sobre la pandemia–, dando la impresión de que fue el país en el que hubo más casos. Al salir de la pandemia, los Estados Unidos vivieron un episodio de alto crecimiento económico de manera sostenida y que permeó a varias regiones en el mundo llamado “los Tremendos Veintes” (“Reflexión pos-Covid: ¿Vienen los ‘tremendos veintes’?”, 26 de enero de 2021).
Sin embargo, como todas las cosas en la vida, incluyendo lo bueno, “los Tremendos Veintes” terminaron con la imposición de aranceles en los Estados Unidos. En este sentido, hace seis años escribí una columna en este mismo espacio, que prácticamente podría haber ‘copiado y pegado’ sobre las consecuencias potenciales de que Trump hubiera impuesto aranceles (“Trump pone en peligro el crecimiento económico global”, 6 de marzo, 2018). La Ley de Aranceles de 1930 (Tariff Act of 1930) o Ley Smoot-Hawley, tomando los apellidos del senador Reed Smoot y del representante Willis C. Hawley –ambos afiliados al Partido Republicano–, incrementó el arancel existente para tres mil 200 productos de 15 a 60 por ciento. Con la instrumentación de esta ley, el arancel promedio para todas las importaciones se incrementó de 13.5 por ciento en 1929 a 19.5 por ciento en 1930. Esto fue suficiente para iniciar una guerra comercial con varios países. Los precios de las importaciones en general se incrementaron 65 por ciento y si bien no todo es atribuible a la instrumentación de la Ley Smoot-Hawley, la tasa de desempleo se duplicó de 8.0 por ciento en 1930 a 16 por ciento en 1931. No fue hasta la Segunda Guerra Mundial que la economía estadounidense volvió a la senda de crecimiento sostenido.
Pues, ¿cómo ven? Parece que ya vimos esta película ¿no? y no tuvo un final feliz, por decir lo menos. En este siglo tuvimos la “Crisis Financiera Global” de 2008 que hizo desaparecer a más de mil bancos en los Estados Unidos y tuvo consecuencias globales. Esto propició que el Fed cambiara radicalmente cómo lleva a cabo su política monetaria, instrumentando el ‘estímulo cuantitativo’ (Quantitative Easing o QE, en inglés), tratando de controlar también las tasas de interés de largo plazo, entre otras cosas. Luego Rusia invadió y se anexó Crimea en 2014, para después invadir Ucrania por completo en 2022. En ese lapso tuvimos la pandemia de Covid-19, generada por un virus proveniente de China que, entre otras cosas, ataca las vías respiratorias y que tuvo consecuencias graves. En línea con lo que sucedió hace cien años, en la post-pandemia, la economía estadounidense experimentó un periodo de alto crecimiento sostenido llamado “Excepcionalísimo americano”. Solo que parece que la persona encargada de acabar con este ’boom’ –utilizando la misma herramienta de hace cien años: los aranceles–, llegó ‘antes de tiempo’. Hace cien años fue en 1930 y ahora llegó en 2025.
Entonces, ¿en qué parte de Smoot-Hawley 2.0 nos encontramos? Bueno, pues al anunciar los llamados “aranceles recíprocos” a las importaciones provenientes de 185 países –de los cuáles, México fue exentado, como comenté en este espacio la semana pasada (“¿Qué nos espera el anuncio de mañana sobre aranceles de Trump?”, 1 de abril)–, Trump dio inicio a una guerra comercial, principalmente ante la primera gran respuesta retaliatoria de parte del gobierno chino, imponiendo un arancel generalizado de 34 por ciento a las importaciones de los Estados Unidos. El valor de prácticamente todos los mercados financieros a nivel global ha caído de manera generalizada, descontando la posibilidad de una gran pérdida de dinamismo en la actividad económica y de los retornos de las empresas, así como de la capacidad de pago de los hogares, empresas y gobiernos ante un reto así. ¿Se puede parar esto? Yo creo que sí. Si Trump utiliza estos aranceles como le hizo con México, a manera de amenaza comercial para obtener resultados no comerciales y comienza un periodo de negociación país por país. Esto sería en línea con su libro “El arte de la negociación” (1987), en el que, entre otras cosas, comenta que es necesario abrir varios frentes, enviar términos de negociación muy desfavorables para la contraparte, ver quién se acerca a la mesa de negociación y con qué propuestas y negociar.
Referencia
Trump, Donald J. y Tony Schwartz (1987). El arte de la negociación. Nueva York, NY, Estados Unidos de América: Random House.