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Posibles consecuencias de una intervención

El riesgo de que el gobierno norteamericano intervenga en México es cada día más alto. Donald Trump se lo ha dicho a Sheinbaum. No se trata de un rumor, sino de una agresión militar cada vez más cercana

Las acciones norteamericanas contra México (comerciales, migratorias, diplomáticas, judiciales) cada vez son más agresivas y frecuentes. Como candidato y como presidente, Donald Trump ha dicho que lanzará misiles contra los refugios de narcotraficantes que operan en nuestro país. A pesar del incremento de las acciones del gobierno contra el narcotráfico, México no ha roto el pacto (la “intolerable relación” que señala EU) entre el grupo gobernante y el crimen organizado.

El riesgo de que el gobierno norteamericano intervenga en México —con misiles, drones o fuerzas extractivas— es cada día más alto. En sus conversaciones telefónicas, Trump se lo ha dicho a Sheinbaum. No se trata de un rumor, sino de una agresión militar cada vez más cercana (Estados Unidos quiere vengar la muerte de cientos de miles de norteamericanos). Podemos, como el avestruz, esconder la cabeza en la arena y pensar que no pasará nada o imaginar los posibles escenarios que desataría una acción agresiva. Huelga decir que en lo personal juzgo nefasta una violación de la soberanía mexicana. Ante una posible intervención, ¿qué haría la presidenta Sheinbaum, qué su partido, los militares, el expresidente López Obrador y la oposición? Imaginemos.

Presidenta Sheinbaum. Dos reacciones posibles ante una intervención: o la respalda o la rechaza. Lo primero: afirma que las fuerzas armadas de México y de EU realizaron acciones militares conjuntas bajo la supervisión mexicana (aunque no sea cierto). Lo segundo: reclama la intervención, protesta en foros internacionales y agita el avispero nacionalista (con el grave riesgo de parecer cómplice de los criminales). En la primera opción, conserva el cargo y puede desembarazarse de los radicales de su partido que le disputan el poder. En la segunda, puede perder la presidencia o vivir atrincherada como Maduro.

El partido oficial (Morena). La facción radical de Morena exigirá ruptura de relaciones, resistencia a la cubana, retórica antiimperialista, romperá con Sheinbaum si ella avala y cerrará filas con ella si invoca desde Palacio el masiosare. La facción más pragmática verá la oportunidad de zafarse de “los puros”; en el fondo saben que no hay desarrollo posible (ni reparto de programas sociales) cargando al cuello el peso de la “intolerable relación” con el narcotráfico. Al día de hoy, Sheinbaum no controla el partido. La coyuntura de la intervención puede ser una oportunidad de eliminar el lastre de su antecesor (y de su hijo) y hacerse por fin con el control de Morena.

Andrés Manuel López Obrador. El 25 de junio de 2024 AMLO declaró: “Solo regresaría de mi retiro si hay una invasión”. ¿Así o más claro? Si Sheinbaum avala la intervención, López Obrador podría salir de su encierro y reclamar el poder para hacer frente a la agresión. No lo haría por nacionalismo, sino por temor de que a los misiles siga una fuerza extractiva que lo persiga a él y a sus hijos. Su política sería la de Numancia (resistir el asedio como un nuevo Castro). Toda libertad de expresión sería cancelada. Las relaciones con Estados Unidos, rotas. Haría llamados a los mexicanos en EU para que protesten airadamente. Enviaría misiones diplomáticas de emergencia a China y Rusia. Como principal responsable de la política de “abrazos, no balazos”, que en los hechos se tradujo en la cesión de vastas zonas del territorio al narcotráfico y en la construcción de una amplia base exportadora de fentanilo hacia el norte, la amenaza contra él sería directa. Podría terminar sus días como vecino del Sr. Guzmán o como Allende, inmolado en La Moneda. Cumpliría así su sueño de “pasar a la Historia”. La otra posibilidad es que, ante los primeros misiles, saliera huyendo a La Habana, donde sería muy bien recibido gracias a los generosos obsequios que su gobierno hizo a la dictadura.

Fuerzas armadas. México no cuenta, según declaró el General de Brigada Reyes Ortega en el Senado, con un Programa de Seguridad Nacional. Ante el envío de misiles, México podría activar su sistema antimisiles… pero no lo tenemos. La Secretaría es de “defensa nacional”, pero no tenemos fuerza suficiente para defendernos de un ataque; por eso quizá los militares se han dedicado a la construcción. Las Fuerzas Armadas no son homogéneas, hay facciones. Una, por razones de sobrevivencia, pragmáticamente apoyaría a Sheinbaum si esta decidiera avalar la intervención, pero sin duda una facción nacionalista vería la oportunidad de culminar su ascenso paulatino de estos años con la toma del poder.

La oposición. En términos prácticos, en México no existe oposición. Seguirán cobrando pase lo que pase.

Es totalmente indeseable una intervención militar en México, pero altamente probable. El gobierno de Trump responsabiliza a México por la muerte de cientos de miles de estadounidenses, pertenecientes sobre todo a áreas donde Trump tiene su base dura electoral. Si Trump es capaz de lanzar misiles para vengar la muerte de decenas de marines en actos terroristas, es muy capaz de arrojarlos sobre México para satisfacer a su base electoral. Indeseable, pero posible.

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