Llegó el tiempo de las stablecoins, una forma de dinero relativamente reciente que puede revolucionar el sistema de pagos global. Aunque las stablecoins existen desde hace más de una década, ciertos cambios regulatorios y la maduración de la tecnología están impulsando un crecimiento reciente en su uso en servicios financieros tradicionales. Las stablecoins dejarán de ser una curiosidad usada por un grupo relativamente pequeño de tecnólogos y entusiastas para convertirse en una herramienta que llevará a tener un sistema financiero más eficiente.
Las stablecoins son un tipo de dinero virtual (criptomoneda) con un valor fijo con respecto a otro activo. Lo más común es que su valor esté aparejado al del dólar estadounidense. La idea básica es simple: una stablecoin es una criptomoneda como el Bitcoin, pero en lugar de tener grandes fluctuaciones de precios, tiene un valor igual que el del dólar. En teoría hay varias formas de lograr un valor estable frente al dólar, aunque la forma más común (y confiable) exige contar con reservas que sustenten el valor de la stablecoin. Así, si se emiten 100 mil stablecoins se tienen que tener 100 mil dólares en reservas. Las stablecoins dependen del dólar del cual toman muchas de sus ventajas.
¿Y para qué puede alguien querer una stablecoin en lugar de dólares directamente? Me parece que la principal ventaja de este tipo de dinero es la forma en la que se puede transferir su propiedad. Si quiero pagar con un billete tengo que entregarlo físicamente, cara a cara. Por su parte, el dinero virtual (por ejemplo, cuentas bancarias) simplifica el proceso de pagos a distancia. Sin embargo, la necesidad de comunicación y conciliación entre los sistemas de diferentes instituciones financieras tiene costos y complicaciones que no son del todo eficientes. Estas dificultades son mucho más evidentes cuando se requiere hacer un pago transfronterizo.
En contraste, transferir la propiedad de una stablecoin es más rápido y eficiente. La tenencia de stablecoins se realiza en una cadena de bloques (blockchain) que es un registro distribuido (no centralizado) confiable. Esto significa que en lugar de tener que conciliar la información del banco A con la del banco B, la información es accesible directamente para todos los usuarios del sistema. En concreto, el punto importante más allá de detalles técnicos, es que “enviar” una stablecoin de un usuario en México a uno en Nigeria es prácticamente inmediato. Las fronteras desaparecen.
Una primera aplicación importante de las stablecoins es precisamente la de pagos transfronterizos. Es un tema poco controvertido que el sistema de pagos tradicional es complicado e ineficiente. El sistema actual con su necesidad de bancos corresponsales puede tardar varios días en completar una transacción y es prácticamente imposible rastrear el dinero o saber de antemano cuáles comisiones se pagarán. En contraste, un pago con el uso de stablecoins será mucho más rápido (se completa en minutos) y transparente (se conoce su costo previamente), además, comúnmente será más barato.
Este tipo de aplicaciones de las stablecoins ya había crecido recientemente, pero ha recibido un impulso mayor con la promulgación de la Genius Act en Estados Unidos en julio de 2025. Esta ley regula el uso de las stablecoins y ha dado certidumbre a un ecosistema que ya estaba preparado para aprovechar la oportunidad. Hoy, las dos principales stablecoins: USDT (Tether) y USDC (Circle) tienen, conjuntamente, un poco más de 250 mil millones de dólares en circulación lo que representa poco más del 80 por ciento del total de stablecoins. Esto es todavía una fracción muy modesta del mercado potencial. Considérese que el valor promedio de transacciones diarias en dólares es de 8.5 billones de dólares.
Las criptomonedas, en general, y las stablecoins, en particular, han tenido hasta hoy usos relativamente marginales para un grupo reducido de la población mundial. Sin embargo, este año muy probablemente será un punto de inflexión a partir del cual las stablecoins se empezarán a usar en servicios financieros tradicionales. Los pagos transfronterizos son el inicio. Una vez que madure el mercado de stablecoins, su uso se generalizará a otros servicios financieros. Las stablecoins se pueden convertir en una llave que abrirá las puertas para diversas aplicaciones financieras que impulsarán la innovación en este importante sector de la economía.