Economía empresarial

¿La inteligencia artificial hará obsoleta a la universidad?

No sabemos qué tan rápido y en qué sentido avanzarán las tecnologías como la inteligencia artificial. Saber con exactitud qué hará la IA significa saber cómo lo hará y sería equivalente a saber cómo hacerlo hoy.

¿Los estudios universitarios quedarán obsoletos con el ascenso de la inteligencia artificial (IA)? Jad Tarifi, fundador del primer equipo de inteligencia artificial generativa de Google, ha dicho en una entrevista reciente con la revista Business Insider que antes de terminar un grado universitario o un doctorado, la IA ya habrá resuelto los temas que se estudian y que se aprenderá más estando fuera de la universidad. ¿Esto es así?, ¿algunas (o tal vez todas) las carreras universitarias serán inútiles con el ascenso de la IA?

Podríamos afirmar que contestar a esta interrogante es imposible debido a lo impredecible que resulta el cambio tecnológico. No sabemos qué tan rápido y en qué sentido avanzarán las tecnologías como la inteligencia artificial. Saber con exactitud qué hará la IA significa saber cómo lo hará y sería equivalente a saber cómo hacerlo hoy. Cualquier avance concreto en ese sentido es inherentemente impredecible. Pero, aunque no podamos saber exactamente de qué será capaz la IA, podemos esperar que logrará hacer cada vez más tareas mejor que los humanos como lo ha hecho en los últimos 10 años.

En este contexto, ¿qué deberían aprender los jóvenes?, ¿cómo se pueden preparar para el avance tecnológico? En algún momento parecía lógico suponer que se necesitaba era aprender a programar. Si son los programas computacionales los que están avanzando, había que aprender a desarrollar el código que sirve para desarrollar esos programas. Sin embargo, la inteligencia artificial generativa desarrolla código como respuesta a prompts y el llamado vibe coding (escribir código pidiéndoselo a la IA) es algo cada vez más común.

Entonces, ¿qué deben aprender los jóvenes universitarios?, ¿qué debe aprender quien quiere evitar la propia obsolescencia? Si nuestra visión de la educación en general y de la universidad en particular se centra en la transmisión de conocimientos y aprender a hacer tareas útiles para el mundo laboral, difícilmente lograremos que la universidad se ajuste a la era de la inteligencia artificial porque será imposible prever lo que se necesitará en el futuro.

Mi opinión es que la universidad puede (y debe) enseñar dos habilidades principales que servirán para adaptarse al progreso tecnológico. Una es la de aprender a aprender y la otra la de aprender a pensar. Aprender por cuenta propia es una habilidad cada vez más importante. Cuando estudié la carrera de economía nadie me pudo enseñar el funcionamiento de una stablecoin simplemente porque no existía este tipo de moneda virtual. No hay que adivinar qué conocimientos serán relevantes en el futuro, sino preparar(se) para aprenderlos.

Por otro lado, tal vez la habilidad más importante para evitar la obsolescencia será la de pensar y ser capaz de comprender una realidad compleja. En el curso de mis estudios universitarios aprendí muchos modelos difíciles que no he usado directamente. Pero el esfuerzo requerido para aprenderlos me ha preparado para comprender otros temas que tampoco son sencillos, como el ejemplo de las stablecoins comentado previamente.

También hay que mencionar que las llamadas habilidades blandas continuarán siendo relevantes en la era de la IA, además de que serán una forma de diferenciación y de ventaja competitiva de los humanos frente a las máquinas. El desarrollo de estas habilidades requiere de práctica y, en el aula, requiere de técnicas pedagógicas especializadas que simulen dicha práctica. Después de más de 15 años de enseñar en una escuela de negocios como el IPADE, estoy convencido de que los conocimientos que se reciben en un MBA son relativamente irrelevantes frente a la adquisición de habilidades que facilita el mismo programa.

Las carreras universitarias que mejor se adaptarán al avance tecnológico no serán las que transmitan los conocimientos más relevantes hoy, sino las que mejor enseñen a pensar. Por ejemplo, el punto no será aprender a programar sino desarrollar una forma de pensar como lo es el pensamiento computacional. En otro ejemplo, un(a) estudiante de filosofía no encontrará una referencia específica a las nuevas tecnologías leyendo a Kant, pero el esfuerzo de entender ese texto le ayudará a comprender otros temas complejos, como puede ser el funcionamiento de una cadena de bloques.

Sin duda, la universidad tiene un reto importante y tendrá que adaptarse a una nueva realidad. La visión de la universidad como una institución que prepara personas para desarrollar un trabajo en particular está destinada, irónicamente, a fallar en su intento. En contraste, durante la ceremonia de apertura de curso de la Universidad Panamericana (UP), Fernanda Llergo, Rectora General UP-IPADE, afirmó que “nos urge recordar que la razón última de la universidad no es otra que la búsqueda desinteresada de la verdad”. Esta visión de la universidad la posiciona mejor para adaptarse a un mundo cambiante, aunque todavía tendrá varios aspectos concretos que solucionar.

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