Bitcoin fue creado para ser una alternativa al dinero creado por los bancos centrales, pero no ha logrado ser un medio de pago generalmente aceptado. Irónicamente, los bancos centrales están estudiando cómo incorporar los avances tecnológicos que se relacionan con Bitcoin y otros criptoactivos digitales para lograr un sistema financiero más eficiente.
El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) publicó el 29 de junio su Reporte Económico Anual cuyo tercer capítulo está dedicado a la forma en la que la tecnología subyacente a los criptoactivos puede transformar el sistema financiero. El BIS tiene varios proyectos para hacer pruebas acerca de la implementación de cambios tecnológicos que pueden mejorar sustancialmente el sistema de pagos internacional.
El objetivo principal del BIS es la tokenización del dinero. Esto es que el dinero electrónico se convierta en un activo programable en un registro distribuido. Veamos qué significa esto. Hoy, la mayor parte de los pagos en un país se lleva a cabo a través de dinero electrónico que está registrado en bases de datos de los bancos comerciales y de los bancos centrales. Con la tokenización cambiarían principalmente dos características del sistema actual.
La primera característica que cambiaría sería que el registro de los saldos de los clientes bancarios se tendía en bases de datos distribuidas, es decir, bases a las que tendrían acceso los distintos bancos comerciales y bancos centrales en lugar de que cada institución tenga su propio registro. La segunda característica sería que los activos se convertirían en tokens programables. Es decir, el activo (por ejemplo, el peso) puede incluir información que determine su uso. Ahora explicaremos cada una de estas características.
Actualmente, cada banco comercial tiene su propio registro de las cuentas de sus propios clientes y cada banco tiene una cuenta con el banco central. Esta multiplicidad de bases de datos hace necesario que para realizar un pago haya que intercambiar mensajes entre los bancos, cambiar los saldos en cada banco y en las cuentas que tienen con el banco central. Cuando el pago implica diferentes países el proceso es más complejo e implica mayores costos, mayor tiempo y menor confiabilidad.
En contraste, al contar con un registro distribuido y programable, los pagos se pueden hacer de forma inmediata. No es necesario conciliar los sistemas de diferentes bancos, cambiar los saldos de cada banco y el de sus cuentas con el banco central. El registro unificado cambia la tenencia de un activo de una persona a otra de una forma más económica, rápida y eficiente.
Por otro lado, el hecho de que los activos sean programables abre las puertas a nuevas posibilidades en el sistema de pagos y a la innovación. La idea es incorporar los llamados contratos inteligentes al sistema financiero tradicional. Por ejemplo, se puede programar un pago sujeto a una condición. El ejemplo más claro es el de entrega contra pago en el cual se transfiere la propiedad de un activo (por ejemplo, un bono) sólo cuando se libera su pago. La ventaja con el nuevo sistema será que esto se puede programar de forma que se cumpla automáticamente. Así, el vendedor no tiene el riesgo de no recibir el pago ni el comprador el riesgo de no recibir el activo.
Estas características también servirán para hacer intercambio de monedas y pagos internacionales de forma más rápida y eficiente. La idea es que no sólo las monedas se conviertan en tokens en este registro distribuido y programable, sino que también otros activos puedan tener la misma característica con lo que transferir su propiedad pueda ser también más fácil y eficiente. En principio, el BIS está haciendo pruebas para que los bonos soberanos cumplan también con esta característica.
El Banco de Pagos Internacionales hace bien en liderar iniciativas que aprovechen los avances tecnológicos relacionados con los criptoactivos. La idea es aprovechar sus ventajas sin dejar de lado las que tiene el sistema actual con relación a la emisión de moneda y el sistema de pagos con mecanismos para evitar lavado de dinero, por ejemplo. Sin embargo, aunque ya tiene programas piloto en marcha, la implementación de estas mejoras está siendo muy lenta por lo que muchos participantes del mercado financiero están resolviendo, aunque sea parcialmente, esta necesidad con el uso de criptomonedas estables (stablecoins) y finanzas descentralizadas.