La economía mexicana sufre. Tenemos un crecimiento a la baja y una inflación al alza. Normalmente un bajo crecimiento económico se relaciona con una baja inflación por lo que la concurrencia de un estancamiento de la economía con alta inflación (estanflación) es poco frecuente. Sin embargo, México se encuentra hoy en una situación particularmente difícil por la aparición conjunta de estos dos males.
Empecemos con la inflación. La inflación al consumidor en abril fue 3.9%. Este nivel es alto, aunque no demasiado. Sin embargo, su tendencia es al alza (acumula ya tres meses consecutivos con alzas) y se encuentra en el límite superior del rango de variabilidad del objetivo del banco central. Tal vez lo más preocupante sea el aumento en el último mes de la inflación subyacente que paso de 3.6% a 3.9%. La parte subyacente es menos volátil y muestra la tendencia de largo plazo de la inflación, por eso es preocupante su repunte.
Banco de México afirma en su más reciente anuncio de política monetaria que el aumento de la inflación se debe a un “incremento mayor al anticipado en la inflación de las mercancías”. No sé bien qué esperaban, pero el aumento en precios de las mercancías alcanzó su punto mínimo (2.4%) en febrero de 2024 y ha crecido desde entonces. Cabía esperar que no se mantuviera tan baja la inflación de mercancías por mucho tiempo.
Desgraciadamente, los precios de las mercancías se pueden seguir acelerando si consideramos que la inflación de bienes y servicios intermedios (medida con el Índice Nacional de Precios Productor) fue 7.15% en abril. Esto significa que los costos que enfrentan muchas empresas han crecido significativamente y tendrán que trasladarlos, aunque sea parcialmente, al consumidor.
Por su parte, el crecimiento económico se encuentra deprimido. La economía creció sólo 0.2% en el primer trimestre del año. Este resultado se vio impulsado al alza por un crecimiento de 8.1% de las actividades primarias, cuyo crecimiento es muy volátil y cuyo buen desempeño no es muy probable que se repita.
Los especialistas en economía encuestados por Banco de México han recortado su pronóstico de crecimiento para el cierre de 2025, mes a mes. En enero de 2024, su pronóstico era de 2% y en enero de 2025 había bajado a 1.1%. El deterioro de las expectativas ha sido muy notorio en 2025 ya que en abril esperaban un crecimiento de sólo 0.1%. El pronóstico más optimista es 0.8% y el más pesimista -0.9%.
Los datos anteriores muestran que México tiene el doble problema de una recesión económica con inflación al alza. ¿Cómo llegamos a esta situación? Banco de México, como institución encargada de mantener una inflación baja y estable tiene un objetivo de inflación de 3%, pero desde marzo de 2024 empezó a reducir la tasa de interés de referencia, aunque la inflación estaba por arriba del 4%. El banco central ha reducido la tasa 7 veces más desde entonces, siendo la última reducción la semana pasada. Esto significa que la institución que debería de preocuparse por la inflación dejó de hacerlo hace más de un año.
Por su parte, el crecimiento económico se ha visto afectado por un alto grado de incertidumbre. La mayor fuente de incertidumbre se refiere a la destrucción del orden institucional del país. La desaparición de varios órganos autónomos y el fin de la separación de poderes a través de la reforma judicial han minado la confianza en el país. Por esa razón la economía cayó en el último trimestre del 2024. A esto hay que agregar la incertidumbre externa que ha generado Donald Trump con la imposición de aranceles a México y a prácticamente todo el mundo.
El año 2025 será un año de recesión para México. Además, la inflación no está controlada y ha mostrado una preocupante tendencia alcista recientemente. Aunque la incertidumbre comercial proveniente de Estados Unidos ha venido a complicar la situación económica en México, la recesión y la falta de control de la inflación se deben a fallas en la conducción de la política económica nacional. Es necesario considerar con más seriedad las implicaciones económicas de las decisiones políticas que se toman en este país para evitar que la economía empeore y afecte, aún más, el bienestar de las familias mexicanas.