Sergio Raimond-Kedhilac (quien fue director del IPADE y fundador de la Licenciatura en Economía de la Universidad Panamericana) me dijo un día que la clave para entender a Uber y la forma de regularlo se encontraba en Milton Friedman. Efectivamente, una lectura o relectura de este economista que fue galardonado con el premio Nobel en 1976 ayuda a comprender qué tipo de regulación deberían tener las plataformas de transporte como Uber, Didi y Beat.
Milton Friedman fue uno de los economistas más destacados del siglo XX. Un economista con un pensamiento profundo y una extraordinaria claridad de ideas que influyó fuertemente en muchos otros economistas y en el debate público. Su libro, Capitalismo y Libertad, publicado originalmente en 1962, discute varios temas importantes de forma accesible, pero profunda. En particular, el capítulo 7, que trata el tema de licencias ocupacionales, es particularmente útil para entender las aplicaciones móviles de transporte que Friedman no llegaría a conocer.
Uber y otras aplicaciones de transporte han revolucionado toda una industria con un modelo de negocio innovador. Los legisladores en los diferentes países han enfrentado un desafío para regular estas plataformas porque no es fácil entender un nuevo modelo de negocio que usa una aplicación móvil en un teléfono inteligente para ofrecer un servicio de transporte diferente. De hecho, la legislación ha variado mucho de una ciudad a otra y algunas ciudades han decidido prohibir este servicio por completo. Sin embargo, los fundamentos económicos para enfrentar este desafío no son nuevos.
En el libro citado previamente, Friedman distingue tres niveles de control que limitan la libertad de una persona para dedicarse a una cierta ocupación: registro, certificación y licencias. Un registro simplemente exige que quien se quiere dedicar a una ocupación en particular comparta sus datos con las autoridades. La certificación implica que una agencia oficial asegure que la persona cuenta con ciertas habilidades, pero no prohíbe a quien no está certificado el practicar esa ocupación. Por último, la licencia restringe la práctica de una cierta ocupación a quienes no cuentan con la misma.
Milton Friedman afirma que es necesario considerar con detenimiento tanto los beneficios como los costos de cualquier regulación. En este sentido, el economista de la Universidad de Chicago considera que el costo social más evidente del control sobre las ocupaciones es que se convierten, casi inevitablemente, en una herramienta para que un grupo de productores obtenga una posición monopólica en perjuicio de los consumidores. Esto exige tener una buena razón para implementar cualquier tipo de control.
En el mismo libro, el afamado economista reconoce que se puede justificar el exigir un registro a los taxistas porque están en una posición en la que pueden robar a sus usuarios. Un registro permite inhibir estas prácticas con un número que debe exhibirse en el taxi y que el usuario puede memorizar para denunciar cualquier abuso. El caso del servicio de las aplicaciones móviles de transporte es diferente porque ayudan a resolver este tipo de problemas con el uso de la tecnología. El sistema de información y control que se ha diseñado en estas plataformas disminuye la necesidad de que el gobierno controle este servicio.
Sin embargo, estos servicios han sido regulados y hasta prohibidos, aunque tengan ventajas significativas tanto para usuarios como para conductores. Friedman explica que esto sucede con frecuencia porque los productores influyen en los legisladores más que los consumidores. Esto es así, aclara, porque los últimos consumen cientos o miles de artículos y servicios por lo que no pueden dedicar mucho esfuerzo a defender sus intereses con respecto a un servicio en particular; mientras que los productores (en este caso, los taxistas) tienen mucho más que ganar o perder y dedicarán más tiempo y esfuerzo por influir en la legislación.
Los modelos de negocio basados en nuevas tecnologías implican desafíos importantes en términos de regulación. Para superar estos desafíos es útil volver a los fundamentos básicos de la ciencia económica. Milton Friedman nos exige tomar en serio los costos de limitar la libertad individual, principalmente cuando un grupo con un interés particular es quien presiona por una legislación que le favorecerá en detrimento del resto de la sociedad.