Hace ocho días estuvimos analizando el boom de los metales preciosos, dentro del fenómeno de lo que hemos denominado la megaburbuja global de los mercados financieros, que se viene observando desde hace tres años. (Todas las clases de activos subiendo). Todavía el jueves pasado se registraron nuevos máximos históricos tanto en el oro a 4,304 dólares la onza y la plata cerrando en 52.82 dólares. Con esto, el oro acumulaba un rendimiento del 63% y la plata 81% en lo que va del año.
Dentro de la megaburbuja, las criptomonedas también han marcado récords históricos hace unas semanas. El bitcoin alcanzó un máximo de 126,251 dólares por unidad, el pasado 6 de octubre, con lo que acumulaba un rendimiento del 35% en el presente año. Otras criptos como ethereum también han subido con fuerza, marcando máximos históricos ese mismo día cuando el mercado de criptos alcanzó el máximo valor de capitalización, pero a partir de ahí cambió radicalmente su tendencia alcista hasta el viernes pasado.
La fase alcista estuvo apoyada por las mismas circunstancias que han empujado al boom del resto de las diferentes clases de activos, particularmente el exceso de liquidez inyectada desde la pandemia por la mayoría de los bancos centrales que hasta ahora han retirado solo una mínima parte de la circulación. En adición, se pueden mencionar los siguientes factores: a) Los temores de riesgos fiscales en EU, por las consecuencias de largo plazo de un déficit fiscal insostenible y creciente, en el endeudamiento norteamericano y en la inflación. b) La sobrevaluación en los mercados accionarios, que se perciben sobrecalentados. c) Las amenazas a la independencia de la Reserva Federal cometidas por el presidente Trump. d) Las reducciones recientes y las esperadas por parte de la Reserva Federal y de otros bancos centrales en sus tasas de referencia. e) La política proteccionista de la Administración Trump y sus posibles efectos en la inflación y en el debilitamiento del dólar.
Pero también han favorecido a las criptomonedas el desarrollo tecnológico de las plataformas blockchain, el desarrollo de sistemas de trading de criptomonedas, así como la institucionalización de las monedas digitales bajo vehículos de inversión, regulados dentro del sistema financiero, como los ETFs de criptomonedas, listados en las bolsas, que han logrado captar una importante cantidad de recursos hacia ese mercado, y han permitido también la aparición de un mercado de derivados y de estructuras apalancadas en las criptomonedas,
Días después de los máximos ya mencionados, una secuencia de acontecimientos ha precipitado ajustes generalizados en los mercados financieros, pero otros eventos particulares del mercado de criptos han generado un ajuste aún mayor en los precios de las monedas virtuales.
1. La nueva fase de fuego cruzado en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que para variar, ha tenido secuelas de gran tensión con ciertas distensiones, lo que tendrá un desenlace en una reunión entre los presidentes Trump y Xi Jinping acordada para realizarse entre el 29 de octubre y el 1 de noviembre próximos al margen de la reunión de la APEC en Corea del Sur.
2. El cierre parcial del Gobierno de los Estados Unidos ante la falta de acuerdos en el Congreso americano para la autorización de nuevo endeudamiento.
3. El anuncio de algunos bancos regionales americanos de problemas de liquidez ante el incremento de la cartera vencida. First Brands Group y Tricolor Holdings han reavivado la ansiedad por pérdidas crediticias ocultas, mientras que las amortizaciones vinculadas al fraude en Zions Bancorp y Western Alliance también han provocado fuertes pérdidas en las acciones de los bancos.
Para el mercado de criptomonedas en particular se dio además una grave incidencia tecnológica en la mayor plataforma de intercambio de criptomonedas del mundo, Binance, como un factor clave de la ola récord de liquidaciones cuando los usuarios experimentaron fallos técnicos y discrepancias de precios. Binance ha ofrecido a clientes y empresas casi 600 millones de dólares en compensación tras la caída.
La caída del bitcoin desde su máximo hasta el nivel registrado el viernes pasado, acumula una corrección del 18%. Se considera que esta magnitud está en el umbral entre un ajuste técnico o un cambio de tendencia más estructural. El problema es que no hay mayor respaldo que la confianza para sustentar el valor de las criptomonedas. No tienen un activo subyacente generador de flujos como las acciones. Las criptomonedas no lo pueden tener.
Bursamétrica considera que las circunstancias que favorecen la megaburbuja global ya mencionadas van a prevalecer, por lo que podría apostarse en el caso de las criptomonedas a que lo que estamos observando es un nuevo episodio de ajuste técnico, y no un cambio de tendencia estructural.