Perspectiva Bursamétrica

¿Que ha pasado con la Inversión Financiera Extranjera en México?

Estos inversionistas suelen invertir sus recursos de manera profesional, en función a su objeto y como parte de una estrategia de diversificación de cartera.

En adición a la Inversión Extranjera Directa, que es aquella inversión que realizan empresas e inversionistas del exterior comprando empresas, bienes raíces, o creando nuevos puestos de trabajo, existe también la Inversión Extranjera Financiera. Aquel flujo de recursos que se canaliza a la adquisición de activos financieros, ya sean títulos de deuda o acciones.

La Inversión Extranjera Financiera no se refiere a los “capitales golondrinos”, aquellos recursos que vienen a aprovechar alguna ventaja de rentabilidad temporal, que en cuanto realizan su objetivo liquidan sus inversiones. La Inversión Extranjera Financiera es un recurso más permanente.

En los mercados internacionales, incluido el mexicano, existen los inversionistas institucionales (compañías de seguros y reaseguros, fondos de pensiones, fondos de universidades, family offices, fondos de inversión de distintas clases, fondos soberanos, hedge funds, reservas de los bancos centrales). Estos inversionistas suelen invertir sus recursos de manera profesional, en función a su objeto y como parte de una estrategia de diversificación de cartera e invierten sus recursos en diversos activos financieros buscando maximizar rendimientos y minimizando el riesgo.

Normalmente los fondos de inversión tienen reglas estrictas de inversión que cumplir, principalmente la calificación que los valores a adquirir deben de tener. Normalmente se pide que el emisor de un valor tenga la calificación mínima de Grado de Inversión, con al menos dos calificadoras internacionales.

México obtuvo el Grado de Inversión en el año 2000. Desde entonces los bonos del gobierno mexicano se han vuelto activos sujetos de inversión por parte de un universo de inversionistas institucionales internacionales. Desde entonces inició un fenómeno que no habíamos visto antes. Se empezó a acumular un flujo de inversión creciente en bonos del gobierno mexicano en pesos por parte de inversionistas del exterior.

Para darnos una idea de la importancia de este flujo de inversión, y haciendo el análisis en pesos, para evitar la distorsión que pudiera darse con la volatilidad del tipo de cambio, el máximo registrado en el saldo de inversión extranjera financiera se dio en febrero del 2019, al inicio de la pandemia, en donde se registró un total de 2.27 billones de pesos; este saldo implicaba 116 mil millones de dólares a un tipo de cambio de 19.60 pesos por dólar. Este importe es similar al saldo de la deuda externa del Gobierno Federal. Equivale también a un 50% del monto de las reservas internacionales del Banco de México.

Posteriormente, junto con la crisis de la pandemia, se dio una rápida reducción de las tasas de interés por parte de la FED y de la mayoría de los bancos centrales en el mundo a mínimos históricos, incrementado la oferta monetaria global de manera extrema en un monto cercano a 20 billones de dólares. La inflación global se disparó a niveles cercanos al 10% anual en los siguientes años y en marzo del 22 la FED inició un ciclo alcista de las tasas de interés. Descontando este ciclo alcista, en octubre del 2022 se tocó un mínimo en el saldo de la Inversión Extranjera Financiera de 1.52 billones de pesos, equivalentes a 77 mil millones de dólares. A partir de ese mínimo se ha observado una tendencia de recuperación y en marzo de este año se alcanzó un importe de 1.88 billones de pesos, equivalentes a 96.3 mil millones de dólares.

Es destacable el hecho de que de octubre del 22 a la fecha se ha incrementado el saldo en 277 mil millones de pesos, 18.3% de incremento, a pesar del desmantelamiento de las instituciones y de la autonomía del Poder Judicial, y a pesar de las amenazas proteccionistas del presidente Trump.

La clave para poder seguir contando con este flujo de inversión financiera que contribuye a la estabilidad del tipo de cambio, y a al fortalecimiento del peso, está en conservar el Grado de Inversión. La evolución en el saldo de la Inversión Financiera externa es evidencia de que el mercado no está descontando que México lo pierda en el corto plazo.

Si el mercado llegara a percibir la posibilidad de que México pierda el Grado de Inversión observaríamos una reducción abrupta en este saldo. Lo que se traduciría en una sobreoferta de valores gubernamentales en pesos, e implicaría un desplome en los precios de los bonos y un incremento abrupto en las tasas de interés en pesos de estos instrumentos. Quizás veríamos tasas de 20% o más en los valores del gobierno. Los recursos se tendrían que pasar de pesos a dólares lo que implicaría una demanda descomunal abrupta de dólares y una presión cambiaría que podría llevar al tipo de cambio por arriba de los 30 pesos por dólar.

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