Coordenadas

¿Por qué seguimos comprando coches?

Octubre deja una lectura clara: seguiremos comprando coches cuando se combinan empleo seguro, crédito accesible y producto atractivo.

Octubre nos dejó una sorpresa: las ventas de vehículos ligeros repuntaron a una tasa de 6.0% anual y sumaron 129,736 unidades.

Con ello, la cifra acumulada para el periodo enero-octubre llegó a 1.2 millones, 0.1% arriba del año pasado, marcando un cambio de tono respecto a la debilidad de meses previos.

El dato no es casualidad: detrás hay un mercado interno que resiste, un financiamiento que vuelve a ‘engrasar’ la demanda y factores propios de la industria que alinearon las piezas.

En primer lugar, conviene identificar un sustento clave de la demanda: el empleo formal. En octubre se crearon 198,454 puestos de trabajo formales, de acuerdo con los datos del IMSS, y el número total de trabajadores registrados alcanzó 22.64 millones, la segunda cifra más alta en dos años.

Más empleos y mayor estabilidad laboral significan hogares con capacidad de comprometer pagos multianuales: sin esa red, la compra de un auto nuevo simplemente no ocurre.

El segundo factor es el crédito. En septiembre, el ecosistema automotriz mostró una salud que no todos los rubros del consumo pueden presumir: más del 60% de las compras de vehículos nuevos se realiza con financiamiento y la morosidad sigue baja, alrededor de 1.09% en agosto. El crédito bancario para compra de autos creció 18.1% en términos reales en septiembre, pero son las financieras de marca las que dominan y ofrecen condiciones más blandas. En todos los casos, los costos efectivos son sensiblemente menores que los de una tarjeta, lo que ofrece incentivos para cambiar de auto.

El tercer elemento son los precios. La inflación general cerró septiembre en 3.76% anual, pero el subíndice de automóviles solo creció 1.5%, abaratando en términos relativos la decisión de compra. La normalización de inventarios y logística permitió que muchas marcas contuvieran aumentos y, en algunos casos, preparan promociones y bonificaciones de fin de año.

Finalmente, la oferta. La recomposición del portafolio hacia vehículos de usos múltiples (SUV y crossovers) —hoy los preferidos del mercado— ha sido un imán. La industria no solo repuso inventarios; también lanzó modelos con mejor equipamiento de seguridad y conectividad, y, crucialmente, con paquetes de financiamiento atados a la marca. Incluso en el segmento de origen chino, la penetración del crédito supera 70%: la combinación de precio, producto y financiamiento se volvió especialmente competitiva y empujó ventas en la parte media del mercado.

Ahora bien, ¿fue el de octubre un repunte aislado o puede marcar tendencia?

Todo dependerá de la continuidad de ciertos factores. El impulso reciente se sostiene en tres columnas que pueden prolongarse: (1) empleo formal que se recuperó; (2) una trayectoria de crédito automotriz muy positiva; y (3) un calendario comercial que típicamente concentra promociones entre noviembre y diciembre.

Si a esto se añade que la tasa de interés de referencia ha venido descendiendo gradualmente, el costo financiero de un plan automotriz resultará más accesible para los próximos meses.

Sin embargo, no todo es viento a favor. El avance acumulado del año sigue siendo marginal, lo que sugiere que el consumidor permanece selectivo. La incertidumbre externa —aranceles, riesgo cambiario o un menor dinamismo en Estados Unidos— podría enfriar los planes de compra. Además, la competencia por el ingreso disponible es feroz: hipoteca, renta, educación y alimentos compiten peso a peso con la mensualidad del auto.

Por eso, el pulso de la industria en el cierre de 2025 dependerá de que las marcas mantengan estrategias agresivas de financiamiento y disponibilidad de unidades donde hoy está la demanda.

Con todo, octubre deja una lectura clara: seguiremos comprando coches cuando se combinan empleo seguro, crédito accesible y producto atractivo.

El mercado mexicano ha mostrado resiliencia aun con un crecimiento económico que apenas alcanza medio punto porcentual, apoyado en una oferta financiera que traduce el deseo de compra en pagos alcanzables para amplios segmentos de consumidores.

Si el empleo continúa firme y la inflación automotriz se mantiene por debajo de la general, el último bimestre puede consolidar el repunte y dar algo de oxígeno a un 2025 que ha sido más bien de resistencia que de expansión.

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