Coordenadas

La relevante autonomía del Banxico

Esta característica es uno de los factores que genera confianza en los mercados financieros sobre México, más allá de que sus decisiones de política monetaria puedan ser objeto de debate entre especialistas.

A pesar de las presiones existentes, el Banco de México continúa siendo una institución autónoma con un criterio verdaderamente independiente.

Esta característica es uno de los factores que genera confianza en los mercados financieros sobre México, más allá de que sus decisiones de política monetaria puedan ser objeto de debate entre especialistas.

Esa independencia se refleja claramente en sus informes trimestrales, como el presentado ayer.

En dicho informe, la estimación de crecimiento económico para el primer trimestre de este año se ajustó a la baja, bajando medio punto porcentual respecto al trimestre anterior, de 0.6 por ciento a apenas 0.1 por ciento.

El rango previsto se sitúa entre un nivel mínimo de -0.5 por ciento y un máximo de 0.7 por ciento.

Este pronóstico contrasta notablemente con la estimación de la Secretaría de Hacienda, que en los Precriterios de Política Económica para 2026 mantiene un crecimiento del PIB para este año entre 1.5 y 2.3 por ciento.

Banxico mantiene su postura al margen de las proyecciones oficiales.

Quienes han seguido las entrevistas que hemos tenido con la gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, saben que ella ha señalado una expectativa de menor actividad económica futura, lo que implicaría una reducción en la demanda de bienes y servicios.

Ese es uno de los factores que la Junta de Gobierno ha considerado para aplicar tres recortes consecutivos de medio punto porcentual, cada uno en su tasa objetivo.

Un elemento clave que ha influido en la revisión a la baja de la proyección es la política comercial estadounidense, especialmente los aranceles.

En el Informe del tercer trimestre del año pasado, publicado en noviembre y ya con la elección de Donald Trump conocida, se estimaba un crecimiento del 1.2 por ciento para este año.

Sin embargo, en el Informe correspondiente al cuarto trimestre de 2024, revelado en febrero, la cifra se redujo a 0.6 por ciento.

Hoy es 0.1 por ciento.

Esperemos que no baje más.

Durante la conferencia de presentación del informe, la gobernadora enfatizó lo que las cifras indican: no estamos ante una recesión por ahora, pero sí frente a un crecimiento muy moderado. En términos coloquiales, hablamos de estancamiento.

Un crecimiento de 0.1 por ciento representa un estancamiento virtual, pero no un retroceso generalizado de la actividad económica, que sería necesario para declarar una recesión.

A mediano plazo, la visión del Banxico coincide con la del gobierno en cuanto a los beneficios que México puede obtener en sus exportaciones, gracias al TMEC, aunque sus estimaciones de crecimiento para 2026 difieren: Banxico pronostica 0.9 por ciento, mientras Hacienda apunta entre 1.5 y 2.5 por ciento.

A más años en perspectiva, podrían converger las visiones.

Vivimos en un contexto donde los contrapesos al gobierno federal se debilitan.

Los órganos autónomos desaparecen y el Poder Judicial parece cada vez más alineado con la 4T, especialmente el que se visualiza que resultará después de la elección del domingo.

Banco de México es de las pocas instancias autónomas que ha resguarado su visión.

Banxico conserva su independencia de criterio en sus proyecciones, sin ceder ante la contradicción con las proyecciones oficiales.

Eso, sin duda, es una buena noticia.

COLUMNAS ANTERIORES

La deserción de Musk: lo que significa
¿Está sobrevaluado el peso?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.