Coordenadas

El nuevo optimismo global y el efecto sobre México

La reducción de las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo disminuye el riesgo de una recesión global, beneficiando así a México y al resto del mundo.

Los mercados bursátiles alrededor del mundo celebraron las señales positivas surgidas de la reciente reunión entre funcionarios de China y Estados Unidos.

El índice Nasdaq en EU subió más de 4 por ciento y el S&P 500 aumentó más de 3 por ciento.

El propio presidente Trump indicó que esta misma semana podría sostener una conversación directa con el presidente chino, Xi Jinping.

Se ha filtrado información sobre una posible reducción significativa en los aranceles. Estados Unidos podría disminuir sus tarifas a productos chinos del 145 por ciento actual a un 30 por ciento, mientras que China reduciría las aplicadas a bienes estadounidenses de 125 por ciento a solo 10 por ciento.

Aunque la existencia de aranceles no es en sí misma una buena noticia, lo que realmente alienta a los mercados es el proceso de “desescalada” en las tensiones comerciales.

El esquema inicial prácticamente equivalía a un embargo en el intercambio comercial entre ambos países, por lo que esta reducción mejora considerablemente las expectativas económicas globales.

Para México, la situación presenta matices positivos y negativos.

Indudablemente, la reducción de las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo disminuye el riesgo de una recesión global, beneficiando así a México y al resto del mundo.

No obstante, esta mejora en las relaciones comerciales podría significar una menor reducción de las importaciones estadounidenses provenientes de China. En consecuencia, México perdería parte de las ventajas comparativas proyectadas frente a su competidor asiático en el mercado de Estados Unidos.

Durante el primer trimestre de 2025, las importaciones estadounidenses desde China aún crecieron 5.2 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado. Por otro lado, las importaciones provenientes de México se incrementaron en 9.3 por ciento, consolidando al país como el principal proveedor de EU. Es probable que los datos de abril reflejen una diferencia aún más marcada.

James Robinson, premio Nobel de Economía, quien participó en la reciente Convención Bancaria, destacó que, contrario a la percepción generalizada, Trump es un personaje pragmático y no duda en modificar sus estrategias cuando no funcionan según sus expectativas.

Con relación a las tensiones comerciales entre México y EU, Robinson expresó confianza en que se resolverán de manera favorable para nuestro país, dejándonos en una mejor posición comparativa frente a otras naciones.

Esta visión es compartida por funcionarios públicos, banqueros y algunos analistas mexicanos. Si bien reconocen los efectos negativos inmediatos provocados por la incertidumbre derivada de la política comercial estadounidense, sostienen que, incluso si persisten los aranceles en los términos planteados por Trump, México mantendrá ventajas estratégicas frente a otros competidores internacionales.

Luis de la Calle, por ejemplo, expresó en un panel del viernes pasado en la Convención Bancaria, su pesimismo en el corto plazo, pero afirmó mantener su optimismo hacia el futuro, una postura con la que coincido plenamente.

Ya hemos mencionado antes la dificultad de que México diversifique de manera significativa sus exportaciones para reducir la dependencia de EU. Lo que sí está al alcance es avanzar en la reconstrucción de las cadenas de proveeduría, incentivando una mayor participación de empresas establecidas en territorio mexicano.

Este proceso no será rápido ni sencillo, pero el llamado ‘Plan México’ apunta precisamente en esa dirección estratégica. Requerirá de consistencia y perseverancia para que tenga efecto.

Los resultados favorables podrían verse dentro de aproximadamente cinco años; antes será difícil obtener cambios sustanciales.

Más vale que nos hagamos a esa idea.

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