Coordenadas

El optimismo de los banqueros, ¿está justificado?

Diversos banqueros señalan que México ha logrado sortear con éxito los embates externos, evitando hasta el momento caer en una recesión técnica, al registrar un modesto crecimiento de 0.2% en el primer trimestre.

Al dialogar con numerosos banqueros que participan en la Convención Bancaria sobre la perspectiva económica para este año, me sorprendió descubrir el optimismo que aún prevalece, pese a que sus propias áreas de análisis económico anticipan mayormente un escenario de estancamiento.

Inicialmente marcan una clara diferencia entre las perspectivas inmediatas y aquellas proyectadas para un plazo más amplio.

Las razones esgrimidas no provienen de un optimismo superficial, sino que se sustentan en argumentos sólidos y diversos.

En primer lugar, resaltan la resiliencia económica del país. Diversos banqueros señalan que México ha logrado sortear con éxito los embates externos, evitando hasta el momento caer en una recesión técnica, al registrar un modesto crecimiento de 0.2 por ciento en el primer trimestre.

Un segundo factor fundamental es el fenómeno del nearshoring. Aunque muchos proyectos están actualmente en pausa debido a la incertidumbre generada por las políticas comerciales de Estados Unidos, algunos directivos bancarios consideran que esta situación es temporal. Aseguran que México podría beneficiarse significativamente del traslado de empresas hacia su territorio, incrementando considerablemente sus exportaciones en los próximos años.

Asimismo, mencionan la posibilidad de que México obtenga ventajas arancelarias en EU frente a sus principales competidores en el mercado estadounidense, convirtiéndose así en un destino atractivo para nuevas inversiones empresariales.

Otro argumento relevante es el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). A pesar de estar sujeto a revisiones futuras, el acuerdo no parece enfrentar riesgos inmediatos y es percibido por el sector financiero como una garantía fundamental para mantener la estabilidad y el dinamismo comercial, tal como se ha reflejado en los datos del primer trimestre del año.

La estabilidad macroeconómica es también un punto fuerte subrayado por los líderes financieros. Algunos destacan la política monetaria cautelosa del Banco de México, que mantiene controlada la inflación a pesar del ligero incremento registrado en abril. Esto aporta certidumbre, genera confianza y favorece la atracción de inversiones.

Adicionalmente, mencionan el compromiso del gobierno con la disciplina fiscal, reflejado claramente en las cifras del primer trimestre del año, donde se observa un crecimiento notable en la captación tributaria y un estricto control del gasto público.

El consumo privado sigue siendo otro motor importante. Aunque ha perdido fuerza, factores como la solidez del mercado laboral y las altas remesas continúan impulsando el gasto de las familias mexicanas.

Por naturaleza, los banqueros, paradójicamente, tienden a sobregirarse en su optimismo. Además, debido a la baja penetración bancaria existente en México, ven en su sector grandes oportunidades de crecimiento a mediano y largo plazo, algo que pocas industrias pueden presumir.

Como mencionamos anteriormente, el crédito bancario como porcentaje del PIB en México se encuentra muy por debajo del observado en otros países de la región como Brasil y Chile.

Los funcionarios públicos que participaron en la inauguración de la Convención Bancaria, especialmente la presidenta Sheinbaum y el secretario de Hacienda, Edgar Amador, compartieron este optimismo. Sin embargo, incluso la presidenta Sheinbaum señaló explícitamente la falta de crédito como uno de los temas pendientes en la economía mexicana.

Entiendo el optimismo general percibido, pero considero que sería más sano contar con una mayor autocrítica, particularmente desde el propio sector bancario.

Es más productivo reconocer carencias y no solo ponderar logros.

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