Dolores Padierna

Aranceles y Plan México

La presidenta Claudia Sheinbaum ha planteado el fortalecimiento del Plan México, una estrategia que busca fortalecer las industrias mexicanas sin dejar de impulsar las inversiones extranjeras.

Sería risible si no fuese trágico que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya impuesto aranceles a decenas de países e incluido en su lista del “ojo por ojo” a una isla habitada solo por pingüinos.

Las bolsas han caído y el mundo entero se prepara para un alud de afectaciones todavía inciertas, aunque nadie duda que habrá graves daños y que entre los primeros afectados están las y los ciudadanos del país que su presidente quiere hacer, otra vez, grande.

En términos políticos, las arbitrarias políticas de Trump, que castigan a sus propios ciudadanos y a países supuestamente aliados de Estados Unidos, parecen comenzar a traducirse en un resquebrajamiento del modelo proteccionista por decisión única del presidente norteamericano.

Las fuerzas de la ultraderecha en el mundo tienen ahora la enorme dificultad de explicar en sus países por qué reconocen como líder mundial a un personaje que no es confiable para sus aliados y que agrede con medidas que afectan a los sectores productivos y a los ciudadanos de a pie.

En nuestro caso, el TLC original y luego diversas dinámicas económicas mundiales han llevado a México a ser el principal socio comercial de EU. El valor de las exportaciones nacionales, por ejemplo, es superior al de las que proceden de China.

Muchos analistas estiman que vamos hacia un nuevo orden mundial, aunque no atinan a ponerse de acuerdo sobre los contornos que tendrá ese nuevo escenario.

Las medidas tomadas por Estados Unidos afectan no sólo a nuestro país, sino también a sus principales aliados comerciales, como Canadá, China y Europa. Tales afectaciones dificultan proyectar los daños que causarán a la economía nacional.

La incertidumbre es el signo de los tiempos. Muchos analistas coinciden en el agotamiento del modelo neoliberal, marcado por la globalización y la integración comercial.

La vulnerabilidad derivada de la enorme dependencia de las exportaciones hacia Estados Unidos se confirma como un riesgo permanente para nuestro país y nos exige construir un nuevo paradigma de desarrollo fundado en el fortalecimiento del mercado interno.

El enorme potencial de México para crecer debe tener como eje el mejoramiento del ingreso y el poder adquisitivo de la mayoría de la población.

El escalamiento de la guerra comercial desatada por el poderoso vecino del norte, con el anuncio de nuevas imposiciones arancelarias a China, enrarece aún más un panorama en el cual la prudencia y la visión estratégica de la presidenta Sheinbaum —que han merecido elogios de los medios internacionales, incluyendo algunos adversos a los gobiernos progresistas— ha sido clave para sortear la insensatez y la bravuconería que marcan el comportamiento de la cúpula del gobierno estadounidense.

Frente a ese convulso escenario, la presidenta Claudia Sheinbaum ha planteado el fortalecimiento del Plan México, una estrategia que busca fortalecer las industrias mexicanas sin dejar de impulsar las inversiones extranjeras, una ruta nacional frente al nuevo escenario mundial que suponen las políticas de la administración de Donald Trump.

El Plan México se propone que México sea una de las 10 primeras economías del mundo, la creación de 1.5 millones de empleos, la capacitación de miles de profesionales y técnicos, incentivos a las empresas que innoven y el aumento de la producción local de energía.

Se busca que, en un plazo de cinco años, la mitad del consumo de textiles, calzado, mobiliario y juguetes sea nacional.

Se trata de una hoja de navegación que se alimentará de nuevas medidas que atiendan la complejidad del comercio en el marco del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) al tiempo que buscan la diversificación de nuestras relaciones comerciales.

El punto de partida es la fortaleza de la economía nacional, el crecimiento suficiente y sostenido que incremente los ingresos de la población y su mejor distribución, para reducir la dependencia del mercado global.

Poner manos a la obra en la construcción de un nuevo modelo de desarrollo es lo que se propone en el Plan México.

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